Nunca hasta ahora, en sus 831 años de historia, la Diócesis de Plasencia ha contado con seglares que realicen buena parte de las tareas encomendadas a los sacerdotes. Pero esta situación cambiará a partir del miércoles, cuando se conviertan en diáconos permanentes Óscar Salgado y Francisco Javier Tovar.
El primero, de 42 años, es natural de Torremenga y vecino de Navalmoral, donde ejerce como profesor de Religión en el instituto Augustóbriga. El segundo, de 56, es placentino y también trabaja como docente de Religión en el IES de Montehermoso. Ambos están casados y son padres, ya que Óscar tiene dos hijas y Francisco Javier, un hijo y una hija.
A partir del acto del miércoles, que se celebrará en la Catedral de Plasencia, podrán casar, bautizar, celebrar entierros o presidir procesiones, tras un extenso periodo que ha comprendido el «discernimiento vocacional, la formación académica y la preparación espiritual», según se explica desde la Diócesis.
«Pero no consagrar, ni confesar ni dar la unción a los enfermos», aclaran ambos, que el pasado día de la Inmaculada recibieron en otra ceremonia en la Catedral los ministerios de lectorado (para leer las escrituras sagradas) y de acolitado (preparar el altar), como paso previo a convertirse en los primeros diáconos permanentes en la Diócesis.
«Creo que es la mejor forma en la que puedo ayudar a la Iglesia y a los más necesitados», explicaba Tovar, quien añade que «ha sentido esta llamada» y, por eso, ha tomado la decisión, en la que cuenta con el apoyo de sus mujer, sus hijos, sus familiares y amigos, al igual que ocurre con Óscar Salgado, activo profesor del IES Augustóbriga y Hermano Mayor del Santísimo Cristo de la Misericordia de su pueblo natal.
Un paso firme
«Cada vez se acerca más esa fecha tan especial del 6 de Enero, Epifanía del Señor. Ese día mi amigo y hermano Javier Tovar y yo recibiremos el Sagrado Orden en el grado del Diaconado Permanente en la Santa Iglesia Catedral de Plasencia. El Señor, por medio de la imposición de manos de nuestro Obispo y la oración, nos marcará con el carácter indeleble del Orden, entrando a formar parte del estado clerical. Seremos configurados con nuestro Señor Jesucristo que vino a servir y no ser servido», decía recientemente en las redes sociales, mostrando su alegría por los momentos que está viviendo en un año tan complicado, y sobre todo, por los que están por vivir en su nueva responsabilidad.
Óscar y Francisco Javier el día que recibieron los ministerios de lectorado y acolitado
Óscar y Francisco Javier el día que recibieron los ministerios de lectorado y acolitado / HOY
Un paso firme que dan en su camino de servicio a los demás, con la pretensión de dar a conocer el Evangelio y ayudar a la Iglesia en su proclamación y en su labor asistencial. Porque no tienen duda alguna de que el mundo «necesita la mirada misericordiosa de Jesucristo». Y ellos quieren contribuir a mostrarla desde el servicio no remunerado que supone el diaconado.