Crónica publicada en el periódico 7 Margens (escrita el 13 de octubre)
LA ORDENACIÓN DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA ES IMPERATIVO PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
La ordenación de las mujeres en la Iglesia Católica es actualmente una de las cuestiones centrales en el debate sobre los derechos humanos y la igualdad de género dentro de las instituciones religiosas. A pesar del reconocimiento del papel fundamental de las mujeres en la vida y la misión de la Iglesia, la exclusión de las mujeres del sacramento del orden sigue sostenida por los argumentos teológicos y la tradición eclesiástica. Sin embargo, la persistencia de esta exclusión se ha cuestionado cada vez más a la luz de los principios universales de los derechos humanos, que defienden la igualdad y la no discriminación por motivos de género. El acceso al diaconado, presbiterado y episcopado, es visto por muchos como un derecho fundamental, en la medida en que su negación implica el mantenimiento de estructuras de poder asimétricas y jerarquizadas, donde el masculino tiene el monopolio de las funciones de liderazgo y mediación espiritual. Este escenario contribuye a perpetuar las desigualdades históricas y refuerza la necesidad de repensar las prácticas y discursos institucionales a la luz de los valores modernos de justicia e inclusión. El debate sobre la ordenación femenina, por lo tanto, no se agota en el ámbito intraeclesial, sino que se inserta en el contexto más amplio de las luchas por los derechos de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, desafiando a la Iglesia a dialogar con las exigencias contemporáneas de respeto por la diferencia y la equidad. La Iglesia Católica tan lesta en la defensa de los derechos humanos, debería escuchar la voz de aquellos que son subordinados por una cuestión de género, será esta falta de respeto por la dignidad del ser humano una contradicción de la Iglesia Católica sobre los pobres y oprimidos, figurándose como muy clara opresión la cuestión de la ordenación femenina, es una opresión y violación del Evangelio.
Sílvia Regina Alves Fernandes, en su artículo (http://educa.fcc.org.br/pdf/ref/v13n02/v13n02a16.pdf) titulado “La no-ordenación femenina: Delimitando las asimetrías de género en la Iglesia Católica a partir de chicos y chicas vocacionados/as”, estudio dirigido en niños y niñas (estos candidatos a la única vocación que pueden tener), en el que se descubrió que las niñas son más incisivas que los chicos – estos destinados al camino presbiteral. La defensa de lo masculino se debe a: “a) la misión presbiteral fue confiada solo a los hombres por Cristo que llamó a doce apóstoles; b) la necesidad o valorización de la preservación de la tradición o de la práctica de la Iglesia a lo largo de los siglos En este tema; c) como consecuencia del segundo ítem, se aborda la irrevocabilidad del Magisterio de la Iglesia.”, como expresa el documento del Papa Juan Pablo II, “esta declaración papal no se cubrió de un carácter solemne y dogmático y, en este sentido, tal vez pueda ser revisada en tiempos no muy lejanos.” Este estudio demuestra que los muchachos -futuros sacerdotes-, “con respecto a las relaciones de género en la Iglesia Católica está marcado por la situación o lugar institucionalmente ocupado por los jóvenes vocacionados/as.”, y “vocado” es “el ejercicio de la función de presbítero/obispo y ser vocacionada para ser monja suponen diferenciación en la formación, en la relación institucional y en la relación con el mundo laico, y como consecuencia puede significar posiciones más o menos divergentes ante la Iglesia Católica y su constitución doctrinal.” Es decir, los chicos defienden los tres principios enunciados, mientras que las chicas no son tan evidentes en las respuestas
En cuanto a los puntos referenciados como impedimentos de la asunción de las mujeres al diaconado, ni siquiera es cierto, con certeza y evidencia, que Jesús habrá confiado su misión sólo a los hombres, ni siquiera es tradición de la Iglesia y ni el Magisterio de la Iglesia nunca puso alguna imposición a la ordenación femenina.
Joaquim Armindo
