Dos poesías del díácono Miguel Ángel Herrera Parra en el comienzo de este Adviento

Vengan y lo verán

Te alabamos oh Señor,
pues nos animas y amas,
nos has mostrado el dolor,
del que nos salvas, y llamas.

Te hemos visto y oído, ya sabemos dónde vives,
porque así, tú lo has querido, en los pobres, siempre, vives.

Nos acoges, y así acogemos,
nos bendices, y bendecimos,
nos levantas, y levantamos,
nos liberas, y liberamos.

Tú nos amas, y así, amamos,
nos perdonas, y perdonamos,
nos ayudas, y así, ayudamos,
nos integras, y así, integramos.

Nos proteges, y protegemos,
nos auxilias, y así, auxiliamos,
nos enseñas, y así, enseñamos,
Tú nos sanas, y en Ti, sanamos.

 

¡Señor, tú nos conoces!

No podemos ocultarnos,
del Amor de los amores,
ni podemos escaparnos,
del Señor de los perdones.

Nos amas y nos conoces, porque somos hijos tuyos,
nos llamas y nos seduces, somos discípulos tuyos.

Bendice nuestros caminos,
allana nuestros senderos,
condúcenos a tu abrazo,
tus besos son verdaderos.

Sabes que somos rebeldes,
que queremos libertad,
nos perdemos en dos frentes,
hasta hallar tu Caridad.

Tú conoces nuestras vidas, en todo su desarrollo,
y has sanado las heridas, y nos libras del demonio.

Somos tu huella en el mundo,
si andamos en la humildad,
somos tu acción en el mundo,
somos solidaridad.

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