Un diaconado para la Casa común: el servicio como camino de conversión ecológica

«(…) el diaconado participa del ministerio reconciliador de Cristo, que une cielo y tierra, humanidad y creación. El “cultivar y cuidar” del Génesis encuentra su plenitud en el “lavar los pies” del Evangelio: ambos son gestos genuinamente diaconales.

«No somos pocos los diáconos que tenemos en nuestro radar pastoral la ecología integral como lugar privilegiado para el ejercicio del servicio ministerial. El diaconado nace del corazón del Evangelio como ministerio del servicio y del cuidado, y del corazón de la Iglesia como signo sacramental de Cristo servidor. Y, por eso, el diaconado remite siempre a una Iglesia en salida, encarnada en lo concreto de la vida y al servicio de los más vulnerables….

Tomado de «Vida nueva»