En agosto del 2014 fueron ordenados 19 Diáconos permanentes en la Arquidiócesis de San José. A ellos se les asignó, como oficio eclesiástico principal, la evangelización en una Diaconía o “ambiente de frontera”… Es decir, evangelizar ahí donde no se estaba atendiendo pastoralmente. Por tanto, la Diaconía tenía (y tiene) una dimensión misionera. Se trata de ir a evangelizar a los “alejados” de la Iglesia, a los marginados de la sociedad… En los “areópagos” modernos.
Complementariamente se les designó en una parroquia, como referente eclesial, para que colaboraran con el párroco en la medida en que la labor de la Diaconía lo permitiera.
Con empeño, pero no sin dificultades, los nuevos Diáconos de nuestra Arquidiócesis asumieron la misión encomendada en cinco ambientes: Diaconía Laboral: asumiendo el mundo de los obreros y empresarios; Diaconía de la Esperanza: atendiendo a grupos de marginados y “gente de la calle”; Diaconía del mundo Rural: dando acompañamiento a campesinos agricultores; Diaconía de Jóvenes: haciendo presencia en medio de grupos de jóvenes de la ciudad; y Diaconía Universitaria: acompañando a estudiantes y personal docente y administrativo en universidades…
En agosto del 2019, dos nuevos Diáconos permanentes fueron ordenados, y a ellos se les encomendó la Diaconía del Mundo de la Familia, siendo llamados a dar acompañamiento a madres solas, jóvenes embarazadas, parejas en situación especial, entre otras situaciones…
Durante seis años, los primeros Diáconos permanentes de la Arquidiócesis de San José llevaron adelante las diversas experiencias, ciertamente, con altibajos en el desarrollo de acciones y en la respuesta de los interlocutores de la acción evangelizadora… Por otra parte, el llamado constante de las parroquias para la celebración de Liturgias de la Palabra con la comunidad, así como celebraciones de Exequias, Bautizos y Matrimonios, debilitó en algunos casos el accionar de las Diaconías en los ambientes de frontera en los que fueron llamados a servir los nuevos ministros ordenados…
En el año 2020 se realizó una minuciosa evaluación del caminar de las Diaconías, determinando logros obtenidos y acciones pendientes… Y a partir de esta realimentación se ha impulsado nuevamente el accionar de las Diaconías y, a la vez, han sido propuestas, por el señor Arzobispo, Mons. José Rafael Quirós, otros ámbitos en los cuales ampliar el horizonte de acción de los Diáconos. Así, tenemos ahora el reto de asumir la evangelización en el Mundo de las parejas en situación especial (de la Diaconía del Mundo de la Familia), en el Mundo de los migrantes, en el Mundo de las Personas Consumidoras de SPA (sustancias psicoactivas) y sus familias, en el Mundo digital de la comunicación y redes sociales, en el Mundo de la cultura y el arte, en el Mundo de lo político y comunal, y en el Mundo de los negocios, intelectuales y profesionales…
Por supuesto, la pandemia del COVID-19 ha incidido en el accionar de las Diaconías, dificultando a menudo los encuentros presenciales, pero a la vez, provocando mayores esfuerzos para continuar evangelizando…
La tarea es ardua, sin embargo, los Diáconos Permanentes no estamos solos… Humanamente contamos con el apoyo, en primer lugar, de nuestras esposas, además, del Arzobispado y del Delegado que ha sido designado para acompañarnos y, sobre todo, de manera sobrenatural, contamos con la iluminación y la fuerza del Espíritu Santo y con el alimento de Jesús sacramentado, quien nos ha dicho: “No tengan miedo, yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33), y también, “estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).