San Luis, Argentina: Convocatoria informativa sobre el diaconado para el día 27

El sábado 27 de noviembre, a las 10 de la mañana en el salón de Cáritas Diocesana San Luis, se realizará el primer encuentro informativo sobre el Diaconado Permanente. Si sentís el llamado o estás interesado, te invitamos a que participes de esta jornada. En la imagen que acompaña esta noticia, encontrarás mas información.
Los candidatos que estás casados, deben venir con sus esposas.

¿Cuál es el servicio que prestan los diáconos a la Iglesia?

El orden del diaconado, según lo afirma el Catecismo de la iglesia católica en el número 1554, está destinado a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros. La doctrina católica establece que el grado de diaconado es un grado de servicio, que viene establecido desde el tiempo de los apóstoles, como lo atestiguan los Hechos de los apóstoles y la Carta de san Pablo a Timoteo.

“Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo, mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra». Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, A Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquia; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.” (Hch. 6, 1-6).

“También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios, que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se les someterá a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos.” (1 Tim. 3, 8-11).

“Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad (Catecismo de la Iglesia Católica, 1570).

El diaconado ofrece a la Iglesia la posibilidad de contar con una persona de gran ayuda para las labores pastorales y ministeriales.

Un diácono puede bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar.

No puede, a diferencia del sacerdote, celebrar el sacramento de la Eucaristía (misa), confesar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
Su ayuda es invaluable, especialmente en nuestros tiempos en que hacen falta tantas personas que ayuden al sacerdote en todas las labores encomendadas.

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