Desde el pasado sábado, 18 de septiembre hasta ayer miércoles, han tenido lugar los ejercicios espirituales de los diáconos permanentes de nuestra Diócesis, en el monasterio cisterciense de Zenarruza. Estaban previstos en formato on-line para el mes de febrero pero, debido a la situación sanitaria y personal de la acompañante, se tuvieron que demorar hasta ahora. Los ejercicios han estado acompañados por Paloma Pérez Muniain, laica, de la archidiócesis de Pamplona-Tudela, donde desarrolla su labor como voluntaria en la Pastoral Penitenciaria, con presencia en la prisión de Pamplona. Paloma es esposa del diácono permanente Fernando Aranaz, capellán de la misma prisión y tienen una hija. Hace unos años, en un encuentro diáconos del País Vasco y Navarra, celebrado en Bizkaia, Paloma ya dirigió un taller sobre la Pastoral Penitenciaria. Nuestro obispo, Mons. Segura, acompañó ayer el cierre de los ejercicios con la celebración Eucarística, en la que alentó a los diáconos a seguir sirviendo en este momento concreto de la vida de nuestra Diócesis.
El tema de los ejercicios ha sido la Encíclica del Papa Francisco “Fratelli tutti”. La dinámica de trabajo, siguiendo cada uno de los capítulos de la Encíclica, se ha realizado por medio de dos reflexiones diarias, con propuestas de reflexión personal y comunitaria, acompañando un material poético de la misma acompañante, así como pistas de reflexión y material musical de apoyo. La participación en algunos momentos de la vida oracional de los monjes, así como el compartir de lo orado durante el día al final de cada jornada, «ha supuesto una experiencia enriquecedora, valorada muy positivamente por los participantes», explicaba al finalizar los ejercicios el diácono Gonzalo Eguía.
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