Publican los textos de los círculos menores: Viri probati, diaconisas, rito amazónico, ecología…
Varios grupos abogan por ordenar sacerdotes a hombres casados
A, día 17 de octubre, por la tarde, durante la 13 ° Congregación General de la Asamblea Especial del Sínodo de la Amazonía, los informes de los 12 círculos menores se presentaron en el Aula. Publicamos a continuación las 12 relaciones de los círculos menores, ofrecidos por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Circolo Español “A”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. José L. AZUAJE AYALA
Moderatore: Sua Em.za Rev.ma Card. Carlos AGUIAR RETES
La Relación del Circulo Hispanicus “A”, moderada por S. Em. Cardenal Carlos Aguiar Retes, consideró los siguientes temas:
1. Ecología integral y conversión ecológica
Como Cristianos, debemos preocuparnos por la creación, porque según el relato del Génesis, la creación es un acto querido por Dios, los distintos relatos de las Escrituras lo ratifican, y, el Apóstol Pablo dice que la creación sigue sufriendo dolores de parto hasta que venga la manifestación gloriosa de Cristo. Esta consideración del Apóstol habla de la interconexión, que como en la amazonia, se percibe una gran armonía, entre el agua, la tierra, la flora, el aire, el sol, la fauna, los seres humanos, que se ve distorsionada y amenazada por la ambición del hombre que pone el capital sobre el valor máximo de la creación.
Se constata una vez más que estamos en emergencia ante la crisis ecológica, que a su vez es fruto de la crisis antropológica, el ser humano desordena lo creado provocando la crisis que involucra a toda la creación.
La propuesta es una conversión ecológica integral que atienda al ser humano y a la naturaleza, que sepa distinguir entre el uso y el abuso de las cosas. Esta conversión pasa por dos momentos: 1. Haber asumido la conversión personal, que parte del encuentro con Jesucristo, y que abarca la estructura personal, social y eclesial; y, 2. La conversión pastoral a la luz de Jesús buen Pastor que da la vida por todos y nos invita a asumir actitudes nuevas en este mundo, asumiendo su responsabilidad y compromiso, porque cualquier acción repercute para bien o en detrimento de la vida propia, de los demás, y la creación entera, ya que todo está conectado.
La conversión ecológica, lleva a la Iglesia asumir su rol profético, denunciando la violación de los derechos humanos de las comunidades indígenas y la destrucción del territorio amazónico por el extractivismo y otras malas practicas que vulneran los derechos de los pueblos y la naturaleza.
Se propone que los nueve países de la Panamazonía, busquen nexos eficaces para estar más conectados y que desde el Sínodo se proponga la realización de LA SEMANA DE LA CREACION, para crear una verdadera conciencia de conversión ecológica en todos.
2. Formación de la comunidad de discípulos
La misión de la Iglesia es hacer discípulos de Jesucristo, cf. Mt 28,16-20. En la Amazonia, hay que construir una Iglesia de discípulos con rostro Amazónico, con una formación que parta desde los principios y valores de los pueblos y culturas allí presentes. No se puede llegar con planes pre confeccionados, se tiene que asumir sus valores: como la comunidad, la familia, la espiritualidad, la comunión de bienes, el respeto a la Casa común. No se puede separar la formación de la familia, es el lugar donde se forma el valor de la vida, del bien común. la familia es el lugar para la conversión ecológica.
En el ámbito amazónico, debe existir una formación que parta desde su realidad, cualquier plan de formación de los discípulos misioneros deben partir desde la antropología cultural de la Amazonía, para adentrarse luego en el ámbito bíblico y pedagógico pastoral. En la formación no se puede ir con una actitud de conquista, sino desde una perspectiva sinodal, de diálogo y escucha, de discernimiento y toma de decisiones.
La familia y los jóvenes deben ser ámbitos prioritarios para los procesos formativos, respetando el modo propio de organización comunitaria, dado que muchas políticas públicas afectan a la identidad familiar y colectiva. También la formación debe generar espacios de interacción con la sabiduría de los pueblos indígenas, ribereños y quilombos que viven en las ciudades, para que no pierdan su identidad y logren su integración y espacios de vida.
Se propone que se tenga una formación integral para todos los agentes de pastoral que sirven en la amazonia y para las Vocaciones sacerdotales, se propone la creación de seminarios indígenas, que no sean internados, sino una casa abierta a la cultura y cosmovisión de la región, se propone que la formación ministerial se haga en el mismo territorio, impulsando tareas y quehaceres desde la perspectiva local con sentido misionero.
La aplicación de la Ratio fundamentalis, debe profundizar más el sentido misionero, durante el año pastoral, los Seminaristas de la región, puedan entrar en contacto directo con los pueblos de la amazonia, para lograr una conciencia misionera en los candidatos, porque la formación no debe formar para el pasado sino para lo que se nos viene.
3. El papel de la mujer en la vida de la Iglesia
La Iglesia proclama la dignidad e igualdad entre el hombre y la mujer, a pesar de esto todavía se ven discriminaciones del mundo femenino, reflejado en los espacios de toma de decisiones y en la representatividad dentro de la Iglesia. En el mundo indígena, la mujer es la que trabaja en múltiples facetas, es la que transmite la fe. Es muy eficiente la participación de la mujer en la Iglesia y la amazonia, es una presencia testimonial y responsable en la promoción humana.
Se hace necesario que en una Iglesia Sinodal la mujer asuma responsabilidades pastorales y de dirección, debe haber un reconocimiento de la mujer en la Iglesia a través de la ministerialidad; por ello se propone que se realice un Sínodo dedicado a la identidad y servicio de la mujer en la Iglesia donde las mujeres tengan voz y voto.
4. Los jóvenes
Una preocupación especial del Sínodo está en los jóvenes, sobre todo los indígenas, que haciendo uso del mundo digital, encuentran posibilidades atractivas que los desarraiga de sus territorios. El mundo digital les conecta con lo conocido y desconocido. Es un nuevo reto de la Iglesia en la Amazonia Los mismos pueblos amazónicos están sufriendo por la perdida de identidad de sus jóvenes que buscan un mejor futuro mas allá de su cultura.
Otro reto eclesial es ayudar a mantener la identidad cultural sobre todo de aquellos jóvenes que salen a las grandes ciudades, ya sea por estudio o trabajo. Es necesario acompañar procesos de transmisión y aceptación de la herencia cultural y lingüística en las familias, para superar las dificultades en la comunicación intergeneracional. Pensando en el bienestar de los jóvenes, se debe trabajar en su acompañamiento. La Iglesia debe estar presente en el mundo digital, pero sin prescindir el acompañamiento personal.
5. Vida consagrada
Se debe hacer un reconocimiento por la gran tarea misionera que ha realizado la vida consagrada en la Amazonia, ciertamente su misión ha sido grande. Hoy por la crisis vocacional, la presencia de la vida consagrada ha disminuido, pero quienes están cumplen una misión eclesial muy intensa, con la opción por los más pobres. Hoy ante la disminución de vocaciones, muchas congregaciones han salido de la Amazonia y se han concentrado en las ciudades, lo que lleva a ver no solo una disminución numérica de la vida consagrada, sino también del significado y la acción misionera y el rol profético que siempre ha marcado a la vida consagrada.
Se pide una renovación de la vida religiosa, que, desde la CLAR, se impulse un nuevo ardor, con nuevos modos, presencias y valorando las ya existentes, en especial la vida contemplativa.
6. Vicariatos Apostólicos
La mayoría de Vicariatos Apostólicos fueron confiados a diversas Ordenes y Congregaciones religiosas, para que
sostengan con personal y apoyo económico. La realidad ha cambiado, la disminución de las vocaciones en la vida religiosa ha cambiado el panorama y la presencia en los Vicariatos es poca. Se propone que se revise el ius comissionis, y que sean adoptados o asumidos por alguna Diócesis. Las Conferencias Episcopales, pueden asumir como una tarea misionera de la Iglesia.
Otra propuesta es revisar los límites de las jurisdicciones, para reducir sus territorios y hacer más efectiva la atención pastoral en las comunidades.
7. Defensa de los derechos
La Iglesia, por su dimensión profética, está llamada a anunciar y denunciar las realidades de la Amazonia, en cuanto a los derechos de los pueblos y de la naturaleza. Ante las grandes amenazas que sufre el territorio y los pueblos, la voz de la Iglesia es importante, tiene que hablar en forma colegial, no de manera personal, para que tenga fuerza y eco ante los organismos gubernamentales.
Se propone la conformación de un organismo eclesial Panamazonico y un observatorio en defensa de los derechos humanos, para que la Iglesia que incide en algunos foros del mundo pueda llevar la voz de la Amazonia en defensa de los territorios y los pueblos. La Iglesia tiene la tarea de acompañar y proteger la vida de los defensores de los derechos humanos, que muchas veces son criminalizados por los poderes públicos.
Se propone continuar con los procesos de beatificación de los mártires de Amazonia.
8. Diálogo con la cultura
El Concilio Vaticano II, en la Evangelii Nuntiandi 19, dice que la cultura está en el corazón tanto de la persona como de los pueblos, los valores de juico, valores determinantes, líneas de pensamiento, fuentes inspiradoras y modelos de vida. Las distintas expresiones de los pueblos, deben manifestar su identidad, hoy se corre el riesgo de folclorizar la cultura. Los ritos, música, danza, son expresiones del pueblo, que no pueden estar a parte de su identidad, porque son expresión de sus sentimientos y espiritualidad. Hoy con la globalización e influencia de los medios, se siente que la identidad cultural, sobre todo en la generación de los jóvenes, está amenazada, desde ahí el llamado a crear una Iglesia con rostro amazónico, es decir con identidad propia, desde la realidad cultural de los pueblos.
En la Liturgia y la religiosidad popular, se manifiesta la expresión cultural del pueblo que iluminan la vida y la fe de las culturas. Hay que cuidar y discernir para purificar lo que va en contra del Evangelio y de los valores de la misma comunidad. La religiosidad en el mundo indígena debe favorecer aquellas expresiones que sean manifestación del misterio de Dios y demuestren el buen vivir y el bien hacer en las comunidades y pueblos.
9. Los ambientes de la Amazonia
El ambiente Educativo – formativo
En algunas realidades, el estado no ayuda a los procesos educativos llevados por la Iglesia en la Amazonia, mas bien, se obstaculiza, pero la Iglesia no puede renunciar a su misión de educadora de los pueblos. En la Amazonia, la Iglesia ha estado presente en la educación desde el inicio, porque es la base fundamental para que los pueblos no pierdan su identidad. La educación es la respuesta al sostenimiento de la cultura e identidad de los pueblos y también genera la formación para una ecología integral.
Se propone la creación de una red de Instituciones educativas de la Amazonia, que ayuden a buscar nuevos caminos en orden a una ecología integral, aprovechando los recursos que tienen en cada lugar y buscando acciones conjuntas que promuevan el cuidado de la casa común.
La educación bilingüe, llevada por los propios habitantes de las comunidades ayudará a su crecimiento, a través de una educación integral y de calidad que sea generadora de oportunidades de trabajo.
Un llamado a las universidades para que lideren procesos educativos que ayuden a implementar programas que impulsen nuevos caminos para la educación de una ecología integral.
El ambiente de salud
Que los pueblos puedan compartir los saberes ancestrales de la medicina alternativa y generar un intercambio de conocimientos entre los pueblos originarios para crecer en el buen vivir. Dar a conocer el valor de las plantas medicinales de los territorios amazónicos, con la ayuda de la educación para que se cuide y promueva el conocimiento de la medicina alternativa y no se vea explotada o patentada por personas malintencionadas.
Pueblos en aislamiento voluntario
Son pueblos que decidieron tomar esta opción de vida, necesitan la defensa de sus territorios, porque cada vez son mas desplazados por la presión de las autoridades civiles que les limita y les quita sus territorios, es una gran injusticia que debe ser comunicada para generar el respeto de estos pueblos.
La Politica
Lo importante de la formación política para darle profundidad a la formación y al acompañamiento que realiza la Iglesia en las comunidades, se busca formar no solo un líder, sino un grupo de trabajo que se ayude, se acompañen, se defiendan y no caigan en los males de la política como la corrupción. Que la escuela de lideres promueva la alternabilidad generacional, para que haya continuidad en los proyectos que busquen el bien común.
10. Comunicar los rostros amazónicos.
Hay que discernir si en la amazonia existe solo un rostro amazónico o cambiar la expresión a rostros de la Amazonia, a través de la cual se exprese la identidad de las poblaciones que viven en un territorio concreto. Este rostro-rostros es inculturado y misionero, acompañado por la Iglesia que evangeliza y abre caminos para los procesos de vida evangélicos de los pueblos. Es un rostro con un renovado sentido de la misión, profético y samaritano, abierto al dialogo, intercultural e interreligioso.
La Iglesia Amazónica con identidad propia sale al encuentro de los demás pueblos y culturas y pide ser espetada y reconocida
Circolo Español “B”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Francisco J. MÚNERA CORREA, I.M.C.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Edmundo P. VALENZUELA MELLID, S.D.B.
Dos momentos muy significativos de comunión y participación en clave sinodal fueron los que vivimos como Círculo Menor. El primero fue iniciando los trabajos el día jueves 10 de octubre. Allí, todos los participantes pusimos en la mesa nuestras expectativas, preocupaciones y esperanzas con el corazón y la mente anclados en los clamores de nuestras respectivas comunidades eclesiales y en las respuestas de esta Asamblea Sinodal. El segundo momento, lo vivimos retomando los trabajos de los Círculos, el día miércoles 16. Este fue un momento de fuerte cuestionamiento en que dejamos que resonara dentro de nosotros el llamado del Papa Francisco a toda la Asamblea sinodal a ubicarnos más allá de nuestras perspectivas todavía muy de cálculo humano y ponernos más en la lógica del “desbordarse” de Dios hacia nosotros en amor, gratuidad y misericordia para abarcar con esta otra mirada la obra que el Señor nos pide como Iglesia que a la vez se hace “presencia viva” y camina “itinerante” en la Amazonía.
Durante los trabajos de los Círculos Menores, nuestro círculo afrontó y profundizó en tres grandes temas concernientes con la Vida y acción evangelizadora de la Iglesia en la Amazonía, a saber: 1) La Ministerialidad; 2) la defensa de la vida y los derechos humanos y 3) La acción de la Iglesia en el cuidado de la “casa común”.
1. UNA NUEVA MINISTERIALIDAD PARA LA IGLESIA EN LA AMAZONÍA
Para abordar este tema se partió de una mirada a la realidad de la Iglesia en la Amazonía a través del diagnóstico ofrecido por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), referido a la presencia y ausencia de los diferentes ministerios laicales y ordenados en las jurisdicciones de nuestros países: Esto nos permitió tomar mayor conciencia de la inmensa necesidad de fortalecer esta dimensión esencial para una Iglesia con rostro propio amazónico e indígena.
1.1. La institución de nuevos ministerios laicales
Nuestro Círculo ve muy necesario el fortalecimiento de los ministerios laicales a partir de la implementación de los ministerios instituidos del Lectorado y el Acolitado prevista ya en el Motu Propio “Ministeriam Quaedam” (1971), pero ampliando su aplicación no sólo a los varones sino también a las mujeres. Es importante, además, que se perfile una ministerialidad diversificada para la Iglesia en la Amazonía que tenga en cuenta aquellos ministerios que miran al cuidado y crecimiento de la vida al interior de la comunidad, entre los que sobresalen el ministerio del animador, coordinador y guía de la comunidad y el ministerio del catequista. Luego, según las necesidades locales aparecen una variedad enorme de servicios que también podrán ser instituidos, previo discernimiento dentro de la comunidad eclesial.
En relación con la acción evangelizadora hacia la sociedad en la Amazonía se ve muy conveniente establecer e instituir ministerios que miren a los distintos ámbitos de la acción misionera de la Iglesia tales, como el arte, la cultura, la salud, la política, la educación, el medioambiente y otros. En esta perspectiva se ven muy oportuno y necesarios el ministerio del cuidado de la casa común, el ministerio de la acogida y la hospitalidad que ayude a asumir y acompañar la situación de los migrantes y el ministerio que mira a la realidad de las comunicaciones sociales y las nuevas tecnologías. No se debe perder de vista que todos estos ministerios laicales están en la lógica del servicio y la gratuidad y han de estar plenamente integrados en las dinámicas culturales de sus propias comunidades, ya sean indígenas, campesinas o urbanas de nuestra Amazonía. Su institución debe ser formalizada en el rito, previa la formación conveniente y el sucesivo acompañamiento.
1.2. El Ministerio del Diaconado Permanente
En la reflexión en torno al Diaconado permanente, este Círculo invita a acoger y continuar aplicando las luces del Vaticano II en Lumen Gentium y a desarrollarlas según las orientaciones del Documento “Ad gentes” para una mayor inculturación de este ministerio en la Amazonía. Se propone, igualmente, que se destaque su vinculación directa con el ministerio del Obispo para abrir más su actuar hacia los pobres y las periferias misioneras. Su promoción, formación y acompañamiento sea realizado por medio de las Provincias eclesiásticas contando, además, con el apoyo por parte del CELAM y de la REPAM para configurar un organismo eclesial que consolide la tarea de su inculturación en la Amazonía.
1.3. Sobre la posibilidad de plantear la cuestión del Diaconado para las mujeres en la Iglesia
Acogiendo, y en sintonía, con varios pareceres expresados en el Aula Sinodal, este Círculo alienta para que se siga estudiando este asunto mirando más a sus posibilidades futuras que a su historia pasada. Además, se reconoce que muchas funciones propias de este ministerio son realizadas por las mujeres en la Amazonía, siendo ellas quienes sostienen en tantos lugares la presencia permanente de la Iglesia y alimentan los procesos de la fe.
1.4. La Formación Presbiteral
Este tema fue ampliamente considerado en el Círculo Menor, dada la importancia que reviste para el presente y el futuro de las comunidades eclesiales de la Amazonía el poder contar con suficientes y calificados Presbíteros con un perfil propio que aporte a los nuevos caminos que se necesitan en el Territorio. Por tal motivo, se apunta a una formación fundamentada en procesos personalizados y comunitarios de iniciación cristiana y de conversión permanente, confrontada con la inculturación y la interculturalidad y con una óptica altamente comunitaria y misionera. Todo ello implica una cuidadosa adaptación de la “Ratio Fundamentalis” y de la “Ratio Studiorum” a las condiciones de la Amazonía y de la reflexión de la Teología indígena, además de una cuidadosa selección y preparación de los formadores que comprendan afectivamente el territorio y sus dinámicas.
A la base de todo esto ha de estar una fuerte opción por la pastoral juvenil y vocacional en nuestras respectivas Iglesias particulares. No olvidar que son los jóvenes evangelizados los que le dan un rostro joven a la Iglesia. A nivel de propuestas más concretas se subraya la posibilidad de crear un seminario indígena para la Amazonía.
1.5. Acerca de la Ordenación sacerdotal de varones casados en la Amazonía
El planteamiento de este asunto ha sido visto por el Círculo menor en la óptica de escuchar y discernir la voz del Espíritu que nos invita a acoger el clamor de nuestras comunidades y a mirar con compasión la manera en que se podría dar una respuesta acertada para que la vida sacramental vinculada a la presidencia de la comunidad por el Sacramento del Orden fluya para el crecimiento cristiano personal, comunitario y misionero del Pueblo de Dios de nuestra Amazonía. La propuesta va encaminada a pedir al Santo Padre la posibilidad de conferir el Presbiterado a varones casados para la Amazonía, a modo excepcional, bajo circunstancias específicas y para algunos pueblos determinados, estableciendo claramente las razones que lo justifican. No se trataría de ningún modo de presbíteros de segunda categoría. Es de tener en cuenta que son muchas las voces que insisten para que este tema sea decidido para la Amazonía en la Actual Asamblea Sinodal. Otras voces, en cambio, piensan que debería ser estudiado y definido en una Asamblea Sinodal específica.
1.6. La Pastoral de la “itinerancia” en la Amazonía
El Círculo menor propone reconocer el valor significativo, complementario e interdisciplinar que tiene esta Pastoral de la “itinerancia” sirviendo las diversas fronteras geográficas y culturales de nuestra Amazonía y ve en esta experiencia un referente muy valioso que pone al lado de la presencia e inserción un estilo de vida y una espiritualidad del camino, de la visitación y de la no instalación cómoda. Estas experiencias, que están siendo acompañadas por la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR), han de seguir promoviéndose en mayor articulación con las distintas jurisdicciones eclesiásticas.
2. LA ACCIÓN DE LA IGLESIA EN LA DEFENSA DE LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS
Un primer aspecto a ser considerado es que todas las pastorales presentes en nuestros planes de Evangelización han de estar en función de la vida y la vida en abundancia en Cristo, como lo proclama el Documento de Aparecida acogiendo las urgencias y los llamados fundamentales de la Amazonia.
A partir del reconocimiento de la fragilidad de la Amazonía y también la de la Iglesia que allí vive, se pide fortalecer la comunión y la solidaridad a todos los niveles, valorando las experiencias de integración de iglesias fronterizas, tanto en cada país como en los limítrofes; aprovechar y fortalecer el Observatorio de Realidad del CELAM al servicio de los países de la Amazonía; afrontar conjuntamente el desafío de las migraciones con una debida pastoral de la acogida y la hospitalidad.
Un “mapeo” actualizado y el conocimiento de los estándares internacionales exigidos a nuestros gobiernos son dos instrumentos permanentes para la defensa y la promoción de la vida y el territorio. Con estos dos instrumentos, la Iglesia, a través de las comisiones de Justicia, paz y cuidado de la creación y de las Conferencias Episcopales, puede llevar a cabo una exigibilidad permanente ante las instancias internacionales, siempre en la defensa de la vida de los más débiles y del territorio.
Las violencias de todo tipo y, en especial hacia la mujer y la hermana “madre tierra”, requieren una atención especial. Ha surgido la inquietud sobre una posible relación entre la violencia contra la mujer y la violencia contra la tierra. Todas demandan una mayor denuncia profética de parte de la Iglesia y una mayor protección y solidaridad a través de la cultura del diálogo y el encuentro, favorecida por la espiritualidad y pedagogía de la paz y la reconciliación para la resolución de conflictos que permita generar espacios de respeto y no violencia a nivel de la familia, de las instituciones educativas, de los ambientes laborales y otros.
3. ACCIÓN DE LA IGLESIA EN EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
Se hace imperativo en nuestras Iglesias particulares la profundización, adaptación e implementación de la propuesta programática de la “Laudato Si” en el capítulo V para el tema de incidencia y en el capítulo VI para la educación y la espiritualidad.
En consonancia con IL 56 consideramos fundamental promover todas las acciones que nos lleven a sensibilizarnos, a tomar conciencia y a comprometernos con el cuidado de la casa común. Esto debe ser sostenido por una espiritualidad que nos fortalezca en el llamado a escuchar, contemplar y anunciar.
De ahí la insistencia en propuestas que lleven efectivamente a un cambio de paradigma en nuestra relación con los hermanos, sobre todo los pobres y la hermana tierra: “Escuchar el clamor de los pobres y de la tierra”.
Dentro de las acciones propuestas queremos resaltar, primero que todo, el decidir para toda la Iglesia y como fruto maduro del Sínodo de la Amazonía una opción preferencial por el cuidado y protección de la Casa común y valorar las figuras inspiradoras de San Francisco de Asís, y de nuestros misioneros y mártires de la Amazonía. Otras propuestas tienen que ver con la implementación de la cátedra de “Ecología integral”; la integración de los saberes tradicionales de los pueblos indígenas ancestrales en salud, alimentación y otros); el rescate de los distintos rituales, símbolos y modos celebrativos de las comunidades indígenas (Cf. IL 126,); establecer diálogos con el ámbito de la economía para favorecer y fortalecer todas las prácticas sostenibles y amigables con el cuidado de la casa común; revisar, además, los hábitos de cultivos de nuestros campesinos y colonos andinos para integrarlos dentro de las buenas prácticas de las “chacras indígenas” en una visión más integral; incentivar todas las acciones de reparación significativas y alternativas que nos lleven a la protección de la casa común y promover una pastoral juvenil ecológica que lleve a los niños y jóvenes a conocer sus tradiciones y amar y cuidar la tierra.
Circolo Español C
Relatore: Rev. P. Roberto JARAMILLO, S.I.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Jonny E. REYES SEQUERA, S.D.B.
1. ASUNTOS AMBIENTALES, DESARROLLO Y CAMBIO CLIMÁTICO
La experiencia creatural nos remite necesariamente a El Creador como fuente y culmen de todos los dones. Hechos de tierra (humus – homo / Adamáh – Adam) estamos interconectados en ella con todas las demás creaturas; responsables del cuidado de este jardín (génesis) descubrimos que el pecado se instala precisamente cuando esa relación se pervierte tornándose autorreferencial y antropocéntrica.
En la Amazonia la degradación de la casa común es evidente y amenaza todas las formas de vida. Los problemas de la destrucción de medio ambiente no son producto sólo de la codicia internacional, sino también de la acción de gobiernos y dirigentes que, guiados por fuertes intereses económicos expolian los territorios amazónicos desconociendo los derechos de sus habitantes originales y tradicionales. Esa corrupción llega – en ocasiones – hasta las comunidades regionales y locales, sean ellas urbanas, campesinas o indígenas, bajo la expectativa de beneficios abundantes, fáciles y rápidos.
La inmensa riqueza de la amazonia hace más gritante la creciente miseria de los empobrecidos. Si la Iglesia no levanta la voz será omisa ante este pecado (ecocidio). Talvez no podamos ahora derrotar el modelo desarrollista que impera, pero sí tenemos la necesidad de tener y dejar claro el: ¿dónde nos ubicamos?, ¿al lado de quién estamos?, ¿qué perspectiva asuminos?
No somos especialista en técnicas o en análisis científico, pero si somos y debemos ser cada vez más especialistas en humanidad porque sentimos, conocemos y compartimos los problemas desafíos de los pobres, y colaboramos en la búsqueda de alternativas. No somos científicos sino pastores y profetas. Y nuestro papel también es denunciar lo que no está funcionando.
2. DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y DE LOS PUEBLOS: TERRITORIO, CULTURA
El interés por la promoción y respeto de todos los derechos humanos para todos no es facultativo de nuestra fe. El ser humano, siendo parte de la creación, es la obra más acabada de El Creador y en él toda la creación (la economía, las formas sociales, no menos que el arte, la religión, etc.) encuentra su sentido y su dirección.
En todos los países amazónicos hay leyes que reconocen los derechos de los pueblos indígenas, pero en la práctica estas leyes no se cumplen. Las violaciones de los DDHH están estrechamente unidas a la dinámica de las formas de violencia y explotación que sufren los pueblos, particularmente los pueblos indígenas, quilombolas y pobres. No pocos hermanos y hermanas, muchos de ellos miembros de nuestras iglesias, han dado la vida martirialmente en su defensa.
Cuando hablamos de derechos estamos interconectando derechos humanos, derechos indígenas, derechos ambientales y derechos territoriales. Queremos por eso afirmar -en el contexto de este sínodo- y reconociendo la diversidad cultural y las tradiciones de los pueblos, el derecho inviolable a la vida de todos los seres humanos desde su concepción hasta la muerte natural, pasando por otros derechos generalmente desconocidos como: el de las mujeres, los jóvenes, los niños, los trabajadores, los enfermos, los discapacitados, los grupos minoritarios sin distinción de credo, color, cultura, orientación sexual, política o social, entre otros.
3. MIGRACIONES Y RESPUESTAS PASTORALES
Existen diferentes tipos de movilidad en el territorio amazónico: una movilidad tradicional de los pueblos originales (según territorios, alianzas, estaciones, etc.) y otra que responde a condiciones exógenas, generalmente ligadas a violencias de origen que motivan el desplazamiento.
La migración forzada, dado su incremento y volumen actual, es un inédito reto político, social y eclesial. Hay elementos positivos por el contacto intercultural y el aporte de los migrantes en las sociedades de acogida, y por la generosidad con que muchas comunidades eclesiales y otras organizaciones han recibido a estos hermanos y poblaciones migrantes. Pero al mismo tiempo hay historias desgarradoras de pecado, de excusión, de abuso, de sufrimiento, de humillación y de muerte.
Destaque especial en esta realidad lo tienen, actualmente, el éxodo venezolano y la realidad de los jóvenes impelidos a migrar atraídos por el “encanto engañoso” de la urbanización y sus medios de propaganda. Muchos de ellos son atrapados por el narcotráfico y el crimen organizado, y ven sistemáticamente irrespetados derechos humanos. Las poblaciones indígenas, las mujeres y los niños sufren las peores y más desgarradoras experiencias de abuso.
Es muy importante tener una pedagogía de la prevención para con las comunidades indígenas aisladas, que en la práctica se transforma en una política de defensa de sus territorios y derechos originales; son los más vulnerables, y sus territorios son objetos privilegiados de la codicia del mercado y los poderosos (mineras, petroleras, laboratorios internacionales, madereros, etc.)
4. EVANGELIZACIÓN INCULTURADA: ROSTRO Y CORAZÓN AMAZÓNICO
La Iglesia en la Amazonia tiene historias de luces y de sombras. Agradecemos la labor de muchos misioneros y misioneras que han dado su vida (tantas veces silenciosamente) compartiendo las condiciones y preocupaciones de los pueblos indígenas y pobres de la región.
Reconocemos también que en otras ocasiones la acción de la iglesia no ha estado a la altura del desafío del diálogo que genera una verdadera inculturación de la Buena Noticia, y que este desafío hoy nos cuesta más porque cuestiona directamente nuestra manera de proceder ordinariamente en las tradiciones pastorales y organizativas que nos dan seguridad.
Es necesario también reconocer que hoy en la Amazonia hay pueblos que han sido evangelizados por otras iglesias, y otros que no han sido evangelizados y / o que permanecen en legítimo aislamiento voluntario. Todos ellos sin distinción de credo, reclaman de nuestra iglesia católica que sepa caminar con ellos, que sepa ser una “iglesia en salida”, como un “hospital de campaña” que cure sus heridas y que, como el buen samaritano, sea ante todo una iglesia testimonial: “nosotros no les pedimos que vinieran; nunca nos pidieron permiso para entrar. Sin embargo, los recibimos como hermanos y los invitamos a ser nuestros aliados” (Anitalia Pijachi).
Las Comunidades Eclesiales de Base siguen siendo una referencia importante en la caminada evangelizadora e inculturada de la iglesia. Fueron y siguen siendo la gran intuición teológico pastoral de latinoamericana. Con facilidad y frecuencia -por malas experiencia de excesiva politización, mala comunicación y falta de acompañamiento – se ha opacado y olvidado su presencia y aporte.
Uno de los principales instrumentos de la historia de la evangelización en la iglesia ha sido el trabajo en las escuelas. También las acciones educativas se ven hoy cuestionadas por la necesidad de inculturarse y son desafiadas a buscar metodologías y contenidos adecuados a los pueblos con los cuales se quiere ejercer el ministerio de la enseñanza. Para ello el primer paso es el conocimiento profundo y cordial de sus lenguajes y sus lenguas, sus creencias y sus aspiraciones, sus necesidades y sus urgencias. Y lo que es dicho para la acción educativa vale igualmente para todo el trabajo de la iglesia y particularmente el de la liturgia y la catequesis.
5. NECESIDADES ECLESIALES Y NUEVOS MINISTERIOS
Nuestras comunidades eclesiales son abundantemente bendecidas por la multiforme acción del Espíritu Santo que suscita en ellas mujeres y hombres que se ofrecen con generosidad en el servicio a los enfermos, la oración común, la instrucción de los niños y la atención a los pobres, el cuidado de la salud, el anuncio explícito de la palabra de Dios, entre otros muchos ministerios. La ministerialidad laical ha de ser reconocida como un don del Espíritu, acogida mediante el discernimiento de la propia persona y de la comunidad, y confirmada y acompañada por los responsables de la comunidad.
Una iglesia profética parte del reconocimiento de la igualdad fundamental en derechos, condiciones, y deberes respecto de todos los seres humanos. Es importante que los servicios que encargados a las mujeres no las mantengan lejos de las instancias donde se toman decisiones en la Iglesia, pues es allí donde lo que predicamos se hace realidad. Dada la tradición de la Iglesia, es posible reconocer a las mujeres el acceso a los ministerios instituidos del lectorado y del acolitado, así como al diaconado permanente.
Constatamos también que muchas de las comunidades eclesiales del territorio Amazónico tienen enormes dificultades para acceder a la Eucaristía. Sin embargo, el Espíritu Santo continúa actuando en el seno de esas comunidades y distribuyendo dones y carismas, de tal manera que también se encuentran allí hombres casados de buena reputación, responsables, ejemplo de virtudes ciudadanas y buenos líderes comunitarios, que sienten el llamado a servir al pueblo de Dios como instrumentos de la santificación del pueblo de Dios. Será importante discernir, mediante la consulta al pueblo de Dios y el discernimiento del ordinario del lugar la conveniencia de que esas personas prepararse adecuadamente y posteriormente elegidas para el servicio presbiteral. No se trata de un sacerdocio de 3º o 4º grado, ni de un simple recurso funcional para la celebración de la eucaristía sino de verdaderas vocaciones (llamados) sacerdotales.
Desde la realidad de las iglesias amazónica dirigimos, finalmente, un llamado urgente a todas las iglesias del mundo, y muy particularmente a las iglesias de los países que componen la cuenca del río Amazonas para que vuelvan sus ojos y sus corazones hacia la Amazonia y se solidaricen con las urgencias de esta región. Su solidaridad se ha de manifestar principalmente con la acción misionera de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas dispuestos a inculturarse y servir a las iglesias amazónicas, pero también con el compartir de recursos materiales u otros que vengan a reforzar las capacidades de servicio de los vicariatos y diócesis que servimos.
Circolo Español “D”
Relatore: Rev.do P. Alfredo FERRO MEDINA, S.I.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Omar de Jesús MEJÍA GIRALDO
Introducción
No podemos perder la perspectiva y el horizonte de los NUEVOS CAMINOS que debemos transitar como Iglesia y a los que nos llama el SINODO. Más allá de los deseos, es necesario concretar las propuestas y definir, cuáles deberían ser esos nuevos caminos que deben surgir, desde una profunda conversión, donde podamos “corazonar” o escuchar el corazón (tener coraje para enfrentar la realidad y apostar por la vida en la Amazonia). Queremos focalizar algunos núcleos centrales de reflexión y profundización.
1. REALIDAD AMAZONICA AMENAZADA EN SUS TERRITORIOS Y PUEBLOS
El territorio Pan-amazónico y sus pueblos viven una permanente amenaza debido al modelo desarrollista y depredador, que se impone. Diversos megaproyectos están en curso, se ejerce violencia sobre los pueblos, los estados implementan políticas de concesión de los territorios y el narcotráfico, entre otros males, produce efectos nefastos en nuestra sociedad. Todo lo anterior, nos lleva a proponer la creación de un OBSERVATORIO sobre la violación de los DDHH, haciendo una alianza productiva entre la REPAM, el CIDH, los Episcopados nacionales, las Iglesias locales, las Universidades Católicas y otros actores no eclesiales en el continente e incrementar los acuerdos o convenios de la Santa Sede con organismos internacionales.
Son diversos los desafíos que tienen la Amazonia y para ello, como Iglesia tenemos que ser proféticos, tomar posición y crear alianzas, que nos permitan estar al lado de los más vulnerados. Es necesario, conocer a fondo lo que está pasando en nuestros territorios. Se requiere, por lo tanto, que cada Iglesia local o regional realice su propios diagnóstico y tenga una comprensión del territorio, para poder asumir una posición y tomar decisiones.
Debemos reconocer que aprendemos de los indígenas a cuidar el territorio, a preservarlo y a respetar la vida. Ponemos en evidencia la comprensión que tienen los pueblos indígenas de su territorio, diferente a una visión occidental y por ello una de nuestras labores como Iglesia, será la de hacer un llamado a los Estados a respetar y procurar que no prevalezca una visión del territorio sobre la otra.
2. IGLESIA MINISTERIAL DESDE UNA CONVERSION PASTORAL CENTRADO EN UNA ECOLOGIA INTEGRAL: CUIDADO DE LA CASA COMUN
Si evangelizar es hacer realidad una BUENA NOTICIA, nuestra acción pastoral debe tener como foco el territorio y la búsqueda o el reconocimiento del BUEN VIVIR, que son expresión del Reino de Dios. Tomemos conciencia que nuestra acción desde contextos, realidades y pueblos diferentes y variados (indígenas, campesinos, ribereños, afro-descendientes, colonos, urbanos) a quienes debemos reconocer, nos piden respuestas diversas. Nuestra apuesta, requiere dejarnos sorprender por lo nuevo, estar a la escucha de las personas y de la naturaleza con una mirada integral.
Tenemos urgencia de profundizar lo que significa una IGLESIA MINISTERIAL y servidora en clave sinodal, pasando de una “pastoral de visita” a una “pastoral de presencia” y donde existe la corresponsabilidad y el compromiso de un proceso evangelizador, desde una conversión permanente (Pastoral, Ecológica y Sinodal). Difícilmente tenemos comunidades cristianas. Lo que tenemos más bien, son asambleas litúrgicas. El trabajo pastoral se debe centrar por lo tanto en formar comunidades cristianas y desde allí, ver que ministerios se requieren para servir mejor a la comunidad. No quisiéramos servidores de los presbíteros, sino de la comunidad, evitando así mismo, clericalizar los laico-as.
Nos urge en esta perspectiva, conferir ministerios para hombres y mujeres de forma equitativa, a quien tenga la posibilidad, la madurez, la virtud y la formación adecuada y cuando se considere oportuno y por lo mismo, reconocer oficialmente servicios que ya se prestan o se podrían prestar, sean temporales o permanentes, como son: diáconos permanentes, reconciliadores, lectores, delegados de la palabra, traductores, catequistas, animadores de la comunidad, encargados de la caridad, ministros de la comunión, exorcista-sanador, narradores, cuidador de la casa común y muchos otros, que según los contextos o las necesidades se requieran en función de la misión. Hacemos una mención espacial al reconocimiento de las mujeres que de hecho ya prestan un servicio invaluable. De hecho, ya hay experiencias de Iglesias ministeriales que es necesario conocer, que podríamos evaluar y aprender de ellas, las cuales nos señalan un posible camino. Y en este sentido, afirmando, que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que desde las comunidades, se promueva la ordenación presbiteral de personas virtuosas, presentadas por sus mismas comunidades y respetadas por la misma.
Tenemos también el reto de promover y vivir una liturgia inculturada, como experiencia viva de la fe con signos y símbolos propios, garantizando el derecho que tiene cada bautizado-a a celebrar de forma plena, consciente y activa. Debemos más aun, preguntarnos, qué significa celebrar la eucaristía, particularmente en algunas comunidades y cómo lograr, que muchas de ellas, que no pueden celebrarla lo puedan hacer, sabiendo que tienen el derecho a ella.
3. OPCION PREFERENCIAL POR Y CON LOS INDIGENAS CON UNA PASTORAL PROPIA, RENOVADA, INCULTURADA Y EN DIALOGO INTERCULTURAL
Los gritos de los pueblos indígenas nos interpelan. Ante ellos no podemos callar y es necesario actuar. Debemos tener presente de manera particular la defensa y las luchas de estos pueblos por sus derechos, por el territorio y su demarcación y en la defensa de su modo propio de vida, de su cultura y su entorno, sin olvidar la realidad de los pueblos en aislamiento voluntario.
En estos contextos, como Iglesia, es necesaria una opción preferencial por lo indígenas, donde asumamos una PASTORAL INDIGENA renovada, que escuche, dialogue, esté encarnada y se viva en lo posible como presencia permanente, sin por ello, idealizar las comunidades y pueblos indígenas. Surge un desafío apremiante de una pastoral indígena en la realidad urbana.
Este desafío de gran importancia para la Iglesia, nos convida a acompañar a los pueblos indígenas creando equipos itinerantes que colaboren y aporten en garantizar los plenos derechos de estos pueblos y particularmente de aquellos que están en aislamiento voluntario, a su autodeterminación, a la defensa de sus tierras y a decidir el tipo de relación que desearían con terceros. Así mismo, requerimos consolidar una Teología India y ritos amazónicos, es decir, una teología y una liturgia con rostro indígena, a partir de las espiritualidades de los pueblos originarios y de sus experiencias religiosas y místicas.
Dialogo intercultural e inculturación no son términos excluyentes. Inculturación, encarnación, inserción u opción preferencial, no significa hacernos iguales a ellos, ni creer que ellos van a ser como nosotros. Cuando hablamos de la inculturación, no se trata tan sólo de aprender una lengua o de traducir unos textos, sino de comprender la vida de los pueblos y comenzar un dialogo o un poli-dialogo sincero y respetuoso, intercultural e interreligioso, haciendo énfasis en la interculturalidad como principio de acción, en el que estemos dispuestos a aprender de ellos y donde nos enriquecemos mutuamente.
4. UNA EDUCACION Y FORMACION PROPIA PARA LA AMAZONIA
En relación a la educación y formación debemos hacer propuestas alternativas, con responsabilidad social y cuidado ambiental, desde el conocimiento de familias y comunidades, con el fin de transmitir el saber tradicional, articulándolo la educación tradicional con la escuela institucionaliza, además de propuestas interculturales y bilingües, sea en la educación básica o superior.
Debemos desarrollar procesos de formación integral y permanente. Somos conscientes, que estos procesos de formación son lentos, nos exigen acompañamiento, revisión y cambios o transformaciones múltiples. Idealmente, deberían ser ellas y ellos mismos como pueblos, los más indicados para ser los formadores, desde las comunidades y desde la realidad que viven y a la que deben responder.
Nos preocupa particularmente la formación de los seminaristas, presbíteros y miembros de las comunidades religiosas, la cual debe ser permanente y una respuesta a las urgencias y desafíos que presenta la realidad de los territorios y de las mismas comunidades. Creemos que es necesario que los presbíteros crezcan en formación misionera, se transformen los seminarios en general o bien se constituyan seminarios indígenas, que respondan a la realidad amazónica, se creen institutos seglares de formación para los que quieren ser misioneros en la Amazonia, sin ser consagrados u ordenados y que se le dé un tratamiento equitativo tanto a las diócesis como a los vicariatos.
5. MIGRACIONES, REALIDAD Y PROBLEMÁTICA URBANA
Debemos ser conscientes de los diversos tipos de migraciones existentes en la Amazonia y hacia la Amazonia y las causas o factores de la misma, como también lo que podríamos denominar los desplazados forzados, debido fundamentalmente a conflictos de diverso tipo presentes en el territorio.
Como consecuencia de estas migraciones particularmente de los pueblos indígenas, tenemos la desintegración familiar, la pérdida de la identidad cultural, la marginación social, el rechazo por parte de la gente de las ciudades, donde llegan como extraños, son explotados, caen en estructuras violentas y criminales, en la prostitución, etc.
Tanto los territorios indígenas y rurales, como las ciudades, sufren una presión permanente a la que debemos estar atentos y dispuestos a actuar como Iglesia en conjunto, particularmente en las fronteras, definiendo el tipo de servicio que podemos prestar. Para ello, debemos entrar en diálogo con los gobiernos locales (gobernaciones, alcaldías, etc.), estudiar y proponer proyectos que tiendan a satisfacer las necesidades primarias de las comunidades.
Dicha realidad diversa, que no hemos atendido suficientemente, nos reta a dar una respuesta desde nuestras estructuras pastorales, con el fin de acompañar aquellos más vulnerables, con una pastoral adecuada a las circunstancias.
6. ESTRUCTURA ECLESIASTICA Y RUPTURA DE FRONTERAS
Debemos plantearnos la manera como nos hemos estructurado desde las parroquias, las Iglesias locales, nacionales, fronterizas y a nivel Pan-amazónico, donde difícilmente nos articulamos o creamos espacios sinodales. Es necesario por lo tanto, constituirnos como Iglesia en salida, que sea capaz de romper fronteras y crear redes de apoyo, solidaridad y acciones eclesiales comunes.
Pongamos las conferencias episcopales en horizonte amazónico y avancemos en provincias eclesiásticas amazónicas a nivel nacional. Proponemos un CONSEJO ECLESIAL DE LA IGLESIA PANAMAZONICA, que sea una estructura eclesial Pan-amazónica ligada al CELAM, que sea leve en alianza con la REPAM, que entre otras cosas, puede prestar un servicio ejecutivo, las Conferencias episcopales de los países amazónicos, las CARITAS, la CLAR y las Iglesias locales.
Circolo Español “E”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. José J. TRAVIESO MARTÍN, C.M.F.
Moderatore: Sua Em.za Rev.ma Card. Óscar A. RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
En el proceso sinodal se escuchó intensamente “el clamor de la tierra y de los pobres” (IL 4) al recoger la problemática ecológica y pastoral en la Amazonía. Esta escucha “de una Iglesia llamada a ser cada vez más sinodal” (IL 5) ha puesto a la Iglesia “en contacto con la realidad contrastante de una Amazonía llena de vida y sabiduría” (IL 5) y a la vez profundamente herida por “la deforestación y la destrucción extractivista” (IL 5). En el ver-escuchar atento de esta realidad la Iglesia percibió su llamado a ser cada vez más una Iglesia “samaritana y profética” (IL 5) mediante una “conversión pastoral (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” (IL 5), una “conversión ecológica” (Encíclica Laudato si)y una “conversión a la sinodalidad eclesial” (Constitución Apostólica Episcopalis Communio” (IL 5). Ella acoge y vive este llamado en el “territorio amazónico donde no existen partes que puedan subsistir por sí solas y solo externamente relacionadas, sino más bien hay dimensiones que constitutivamente existen en relación, formando un todo vital. De allí que el territorio amazónico ofrezca una vital enseñanza para comprender integralmente nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza, y con Dios (cf. LS 66)” (IL 21).
Por lo dicho:
1. Es necesario contemplar el inmenso conjunto de formas de vida en el planeta interrelacionadas todas entre sí, de manera que practiquemos una ecología integral y un modelo de economía solidaria, autosustentable, enraizada en el buen vivir amazónico, con formas de producción y consumo que mantienen la selva en pie conservándola y enriqueciéndola. Vale la pena proponer su modelo de agro-ecología bio-productiva y orgánica, beneficioso para comunidades indígenas y muchos pequeños productores, con menor impacto ecológico y mayor beneficio social.
2. La espiritualidad es la vida y corazón de los pueblos amazónicos. Su territorio lo consideran sagrado porque ahí se vive el “buen vivir” que es armonía con uno mismo, con la creación, con los otros pueblos y con el Dios creador. En su cosmovisión están presentes los cuatro elementos vitales: fuego, aire, tierra y agua; para llegar a la vida en abundancia. Se sienten creaturas que experimentan al Dios creador, así como experimentan el grito de la tierra y de los pueblos crucificados y la fuerza, luz y esperanza de Jesús resucitado. Por tanto, hemos de conocer, valorar y respetar la espiritualidad de cada pueblo. Y aprender de esta espiritualidad para impulsar la Iglesia con rostro amazónico.
3. La Iglesia, aliada de los pueblos indígenas, campesinos y urbanos en la defensa de la vida, de sus territorios y de sus derechos al agua, al aire, a la educación desde su cultura, a la seguridad alimentaria, a la salud y a la consulta previa, informada y libre para la explotación extractiva de sus territorios (OIT, 169), sabe que estos derechos muchas veces no se respetan. Por ello, nos parece útil proponer la creación de un observatorio socio – pastoral panamazónico en coordinación con el CELAM, las comisiones de justicia y paz de las diócesis, la CLAR y la REPAM .
4. Con atención particular a los Pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV), es preciso respetar su derecho a vivir como pueblos libres en sus territorios, y que se controlen las intromisiones de madereros, cazadores y de empresas extractivas para garantizar su salud.
5. En la Amazonía la migración en busca de una vida mejor ha sido una constante histórica. Hoy está creciendo por causas socio-políticas, económicas y por degradación ambiental. Con respecto a los jóvenes, articular un trabajo en red entre las conferencias episcopales para ayudarles en la búsqueda de vivienda, trabajo, escolaridad, salud e integración en las comunidades cristianas y parroquias; ofreciéndoles también protección frente al peligro de las organizaciones criminales, y organizando para ellos una pastoral juvenil urbana de acogida integradora (IL 69).
6. Desde la opción preferencial no excluyente por los pueblos indígenas, siendo ellos uno de los grupos más vulnerables (Cf. Puebla), la Iglesia se compromete a promover decididamente una Educación Intercultural Bilingüe de calidad para estos pueblos. A la vez incentiva una alianza en red de las universidades especializadas en ciencias de la Amazonía y una educación superior intercultural para los pueblos indígenas.
7. La sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia. No se puede ser Iglesia sin un auténtico elemento sinodal, es decir, sin reconocer el sensus fidei del pueblo de Dios. Éstas y otras tareas de servicio que está llamada a realizar la Iglesia para cumplir su misión requieren de todos nosotros cambios. Hemos hablado de la necesidad de una conversión esencial a la experiencia sinodal. Caminar juntos, proponer juntos y asumir juntos las responsabilidades, para superar el clericalismo y las imposiciones arbitrarias.
8. En cuanto a la misión de la mujer en la Iglesia se propone instaurar un ministerio oficial de la mujer en la Iglesia (cf. IL. 129 a3), incentivando y favoreciendo participación en el liderazgo eclesial que no requiere el sacramento del orden; garantizándole también espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuela de fe y política, mayor participación en la formación de los seminaristas (IL 129 c2). Retomar la reflexión teológica sobre el diaconado de la mujer en la perspectiva del Vaticano II (cf. LG 29, AG 16 IL 129 c2). Repensar la estructura ministerial de toda la Iglesia, gracias al estilo peculiar de las mujeres, de caminar con y para el pueblo. Valorar económicamente el trabajo eclesial de la mujer, garantizando así sus derechos y superando cualquier clase de estereotipo (IL 146 e).
9. Inculturación de la liturgia: conformar comisiones encargadas de preparar un rito amazónico, traducciones bíblicas en las lenguas nativas, así como favorecer y acompañar las expresiones de la piedad popular.
10. Promover una vida Consagrada evangélica y profética, intercongregacional, interinstitucional, con un sentido de disposición para estar donde nadie quiere estar y con quien nadie quiere estar.
11. Para que los frutos del sínodo pan-amazónico se hagan realidad, consideramos que es necesario constituir un organismo eclesial postsinodal, permanente y representativo de la Amazonía, adscrito al CELAM. Este organismo, con una estructura sencilla pero eficaz, será el cauce de los nuevos caminos de evangelización y ecología integral en la Amazonía y a su vez, el nexo que articule otras inicaitivas vinculadas a este fin. Tendrá como órgano ejecutivo la REPAM (Red Pan-amazónica).
Circolo English/Français
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Emmanuel LAFONT
Moderatore: Sua Em.za Rev.ma Card. Jean-Claude HOLLERICH, S.I.
En primer lugar, quisiera presentarles un resumen de nuestro trabajo de la semana pasada. Lo hago siguiendo a las cinco dimensiones dadas por el Santo Padre: Pastoral, cultural, social, ecológica y espiritual.
A. DIMENSIÓN PASTORAL
1. Este Sínodo es regional, pero también universal
Lo que está sucediendo en la Amazonia también está sucediendo en la cuenca del Congo, en la India, en el extremo oriental de Asia, en todo el mundo.
Los países desarrollados se han enriquecido en gran medida gracias al colonialismo. Ignoran esto, y esperan continuar con su vida cómoda. La pregunta es: ¿cómo llevar la conversión a los antiguos colonizadores?
2. Lo más importante: responder a los gritos de los pueblos y de la tierra
Los amerindios, que a veces tienen malos recuerdos de la evangelización en el pasado, han llegado a comprender que hoy la Iglesia Católica puede ser uno de los mejores socios en su lucha por sus derechos y justicia.
Sin embargo, debemos tener cuidado de no hacer de la Iglesia una ONG al servicio exclusivo de la justicia social. Algunas personas confían en nosotros en lo que se refiere a la justicia, la educación, la salud y, sin embargo, van a las iglesias pentecostales para celebrar, escuchar la Palabra de Dios y hablar libremente de Dios. La Iglesia Católica es vista como ritualista y la palabra no circula. La espiritualidad se busca en otras partes.
3. Una Iglesia actual en vez de una Iglesia visitante
La petición fundamental del pueblo es un ministerio de presencia que no es un ministerio de clérigos. ¡Esto es un ministerio bautismal!
Los relatos evangélicos nos muestran que lo mismo le sucedió a Jesús. Las multitudes venían a él para ser sanadas y consoladas.
Las Iglesias africanas dan un ejemplo: muchos catequistas laicos sostienen sus comunidades, dirigen liturgias, enseñan catequesis, practican la caridad con los pobres. Su experiencia puede inspirarnos a formar laicos. No es una Iglesia clerical.
4. Una iglesia que da testimonio de cómo Jesús cambia nuestra vida
Los evangélicos proponen a los creyentes que pueden dar testimonio de una manera muy personal de cómo Jesús ha transformado su vida. Es un enfoque más positivo que el nuestro, que enfatiza tan a menudo nuestra pecaminosidad más que la salvación de Jesús.
Nos han contado la historia de dos aldeas en Tailandia: una, evangélica, donde la gente pasa todo el domingo en la iglesia, compartiendo la Biblia, discutiendo los asuntos de la aldea. En la aldea católica, la gente escucha al sacerdote, el único que habla, y luego regresa a sus casas. No hay nada de compartir. Iglesia clerical. Tenemos que aprender de los demás.
5. Acceso a la Eucaristía
Nuestras propuestas y reflexiones tienen lugar en el contexto histórico de las iglesias locales de las que venimos. Hablar de «escasez de sacerdotes» es específico de las Iglesias donde ha habido muchos sacerdotes en el pasado. Entonces la situación se vive como una crisis.
En otros lugares, como en África, el número de sacerdotes nunca ha sido suficiente para ofrecer misas todos los domingos. La Palabra es alimento también como a Eucaristía.
La palabra «sacerdote» tiene muchos significados. El que ofrece sacrificio, no necesita ser el jefe de la comunidad. No necesita ser párroco. La historia y la teología han unido demasiadas cosas: enseñar, santificar, gobernar…
Debemos aceptar que las diferentes situaciones requieren diferentes iniciativas.
Dios nos encuentra en la vida real.
B. DIMENSIÓN CULTURAL
1. Qué desarrollo?
Es el desarrollo integral. Porque, se dijo: «una economía como esta – la actual – mata a la gente y debemos enfatizar claramente que no podemos ir más lejos de esta manera».
Para algunos de nosotros, los indígenas tienen todo lo que necesitan. Son felices en su forma de vida, si su vida no se ve interferida por nuestro sistema económico.
Otros subrayan que toda cultura es un cuerpo vivo, que se transforma a lo largo de su historia y de los cambios, como el cambio climático, por ejemplo. Sostienen que todas las culturas deben adaptarse. Sin embargo, el ritmo del cambio puede ser diferente.
No podemos decidir por el pueblo. Sólo podemos acompañarlos.
2. En busca del “buen vivir”
Para encontrar nuevas formas de vida, necesitamos la sabiduría de los pueblos indígenas tanto como ellos nos necesitan para encontrar su futuro. Esto sólo puede hacerse si vivimos juntos. Nadie sobrevivirá solo.
La mejor manera de estar con ellos es aceptando ser acompañado por ellos. Seamos conscientes de que también nosotros hemos sido heridos; todos necesitamos ser sanados del pasado.
C. ASPECTO SOCIAL
1. La gente y la tierra sufren una violencia devastadora
La verdadera urgencia es la violencia: la gente está sufriendo por su vida, sus derechos, su tierra, su fe y por los poderosos depredadores de su riqueza.
Nosotros, los obispos de la Amazonia, estamos llamados a dar testimonio al mundo y a la Iglesia universal sobre el sufrimiento y los gritos del pueblo y de la tierra.
2. El compromiso de la Iglesia con los pueblos indígenas
En mil novecientos setenta y dos, San Pablo seis llamó a los obispos brasileños a estar del lado de las comunidades indígenas. Muchos han pagado el precio por ello. No es negociable. Nosotros también debemos hacerlo.
La Iglesia debe llegar a los gobiernos la súplica de los pueblos indígenas. Sin embargo, esta tarea es difícil a veces porque va en contra de los sentimientos populistas de las comunidades no amerindias.
D. DIMENSIÓN ECOLÓGICA
La Iglesia debe ser profética. Pero esto no es suficiente. Algunos dicen que necesitamos reunirnos con el gobierno, los industriales, las compañías mineras y petroleras. Otros dicen que hay que dar ejemplo de una forma de vida diferente, más respetuosa con la tierra y que hay que rechazar la «cultura de los residuos».
Debemos abordar las cuestiones más directamente. El clima aumentará durante los próximos veinte años. Para evitar un mayor aumento, debemos suprimir el CO2. ¿Cómo es posible? Lo haremos plantando cien mil millones de árboles. Somos dos mil quinientos millones de cristianos. ¿Es imposible? Es muy práctico. ¿Por qué no lo pides?
La cultura occidental se ha vuelto tan individualista; estamos atrapados en el materialismo: ponernos a nosotros mismos primero, a nuestro país primero… Los países más ricos son también los que sufren la mayor tasa de suicidios. Nuestra riqueza no nos hace felices.
Estamos llamados a un estilo de vida mucho más sobrio, reducir nuestro consumo de carne roja.
E. DIMENSIÓN ESPIRITUAL
1. La dimensión espiritual de la Ecología Integral
No somos Greenpeace, somos la Iglesia. Nuestra tarea es llevar a Jesús el Salvador a la gente
La dimensión espiritual de la Ecología Integral podría basarse en cuatro principios, según el Patriarca Bartolomé de Constantinopla
– Tener una mirada sacramental sobre la creación como reflejo de Dios: cf. Sal ciento tres.
– Desarrollar un espíritu eucarístico que agradece a Dios por lo que nos ofrece: ver Mt once, veinticinco à veintisiete.
– para entrar en una ética ascética – una sobriedad de vida: ver Lucas cuatro, uno a trece
– Vivir en solidaridad y fraternidad con todos: ver Juan seis, uno a catorce
2. El ejemplo de Jesús
Debemos seguir los pasos Jesús, sumergiéndonos en este mundo que Dios nunca quiso que fuera como es. Por lo tanto, vino y partió de la realidad para salvarnos.
Lo hacemos al estar con la gente, escuchándolos, sanando sus heridas, expulsando demonios, dando testimonio del poder de salvación de Jesús, sembrando y compartiendo la Palabra de Vida.
San Francisco dijo: «Debemos evangelizar en todo momento, y si es necesario, con palabras».
Nuestra contribución a este Sínodo
Es con este intenso compartir, respetando nuestros diferentes puntos de vista sobre algunos temas que hemos preparado nuestras contribuciones.
Sentimos que estamos en un punto de inflexión profundo de nuestra historia. Una Iglesia sinodal es una Iglesia en la que ya no hay un centro del que provenga toda la verdad y que riegue el Cuerpo de manera uniformada. El único centro es Jesús. Somos iglesias hermanas, caminando juntas y dejando que el Espíritu Santo nos guíe a la verdad plena. Ninguna Iglesia nacional o continental puede decir de otra manera el camino a seguir. Debe ser sinodal en el sentido de escuchar a los demás y al Espíritu Santo.
Hemos preparado contribuciones que nos recuerdan que el pueblo amazónico tiene una gran expectativa sobre este Sínodo. No debemos defraudarles. A ellos les debemos entrar en la audacia prudente de Aquel que nos dice: «Olvida las cosas pasadas; no habites en el pasado. Mira, ¡estoy haciendo una cosa nueva!» (Isaías 43:18-19).
Hemos hecho aportes para que los Obispos amazónicos puedan continuar su camino sinodal de manera más regular y ejercer plenamente su misión y responsabilidad, estando cerca de su pueblo y dispuestos a tomar iniciativas audaces. ¡Son los sucesores de los Apóstoles!
Hemos hecho contribuciones para recordarnos que nosotros, los discípulos de Jesús, debemos ser los primeros en dar la espalda a este sistema económico malvado que dispone de miles de millones de seres humanos para crear bienes y riqueza para unos pocos.
Hemos hecho contribuciones para celebrar lo antes posible como beatos y santos a tantos hermanos y hermanas amerindios y otros que dieron su vida, en los últimos cincuenta años, en la Amazonia, para que el mal no prevalezca contra los hijos de Dios.
«Y vi las almas de los que habían sido decapitados por su testimonio sobre Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en sus frentes ni en sus manos… La muerte segunda no tiene poder sobre ellos, pero serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él durante mil años». (Apocalipsis 20:4…6).
¡Amén!
Circolo Italiano “A”
Relatore: Rev. P. Dario BOSSI, M.C.C.J.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Flavio GIOVENALE, S.D.B.
La Chiesa ha la missione di annunciare Gesù Cristo in Amazzonia. Evangelizzare è rendere presente nel mondo il Regno di Dio (EG 176). Quindi, è compito della Chiesa presentare la buona notizia di Gesù e del suo Regno in Amazzonia.
Cristo pianta la sua tenda in Amazzonia (cfr. Gv 1, 14). Il cammino della Chiesa parte da Cristo e dal battesimo; si fonda sul Vangelo per promuovere l’ecologia integrale, celebrando, servendo e proteggendo la vita, perché sia sempre e per tutti piena e abbondante.
«L’Eucaristia è un atto di amore cosmico. Sì, cosmico! Perché anche quando viene celebrata sul piccolo altare di una chiesa di campagna, l’Eucaristia è sempre celebrata, in certo senso,sull’altare del mondo. Essa unisce il cielo e la terra. Comprende e pervade tutto il creato» (San Giovanni Paolo II,Ecclesia de Eucharistia n.8). «Perciò l’Eucaristia è anche fonte di luce e di motivazione per le nostre preoccupazioni per l’ambiente, e ci orienta ad essere custodi di tutto il creato» (LS 236).
Sia lodato il Dio della vita per nostra sorella e madre Terra e per l’Amazzonia, la sua bellezza e fecondità! Sia lodato per il dono dell’acqua, per il servizio di regolazione del clima e delle piogge che questo bioma offre a buona parte del continente sudamericano, l’immensa ritenzione del CO2 nei suoi alberi, la sua bio e sociodiversità.
Basta alle violenze in Amazzonia!
Dall’Amazzonia, però, si innalza a Dio un grido che ci sgomenta. La Chiesa invoca: Basta alle molte violenze in Amazzonia! Si impegna, ancor più grazie a questo Sinodo, in appoggio e comunione con le vittime, perché non si sentano sole. La Chiesa, se sta dalla parte dei poveri, non si può sbagliare.
Anche molti giovani nel mondo si stanno schierando in difesa della Casa Comune: ci provocano e ci stimolano a camminare con loro e per loro.
Mai come oggi questi popoli indigeni, afrodiscendenti, pescatori, migranti e le altre comunità tradizionali in Amazzonia sono minacciati, a volte anche divisi ed indeboliti strategicamente dalla seduzione del denaro e del potere.
La Chiesa, accanto a loro, ne riafferma il diritto a terra, cultura, lingua, storia, identità e spiritualità propria. Difende il loro diritto al consenso previo, libero ed informato su progetti nei loro territori; una effettiva riparazione integrale delle violazioni già sofferte e la protezione ai leader criminalizzati a causa di denunce o resistenza.
Varie sono le emergenze di fronte alle quali non si può restare incerti: il disboscamento dell’Amazzonia, che sta giungendo al punto di inflessione, rischiando la “savanizzazione” della foresta; l’attacco ai popoli indigeni, alle comunità tradizionali e ai loro territori; la crisi climatica e l’urgenza di ridurre drasticamente il riscaldamento globale.
L’acqua è un diritto umano fondamentale, fonte di vita per tutto il ciclo naturale, elemento di integrazione di popoli e comunità panamazzoniche. Ma è una risorsa limitata e vulnerabile; la sua privatizzazione o contaminazione pregiudica immediatamente la vita delle comunità, specialmente i più poveri.
Lo sfruttamento predatorio delle risorse naturali divora il bioma amazzonico. Eppure è il modello prioritario delle politiche economiche di oggi, controllato dai gruppi finanziari che concentrano la maggior parte del denaro del mondo, favorendo sempre più il guadagno di pochi a scapito della vita della maggior parte della gente.
Ci preoccupa la violenza inflitta alle donne e ai minori in Amazzonia: sono loro che soffrono di più, a causa della cultura machista, di comportamenti autoritari ed anche del clericalismo, degli abusi e della tratta. È importante investire il nostro impegno pastorale in difesa e promozione della famiglia.
Esistono forme di economia alternativa, che valorizzano la foresta “in piedi” e i suoi beni. È necessario sostenere proposte di educazione integrale, ricerche specifiche sulla vocazione economica delle diverse regioni amazzoniche, politiche pubbliche di promozione all’economia solidale e cooperativa, iniziative di produzione locale e autogestita, il protagonismo delle piccole comunità, microcredito e formazione tecnica locale.
Molti giovani stanno lasciando i villaggi e le regioni dell’interno per integrarsi nel mondo urbano. Questo meticciato etnico e culturale arricchisce la società grazie al pluralismo culturale e può sviluppare cambiamenti positivi. Però, lo sradicamento dai vincoli territoriali e ancestrali può provocare la perdita della tradizione, della ritualità e celebrazione. In particolare, occorre che le parrocchie organizzino e sviluppino una pastorale dei popoli indigeni urbani, frequentemente esclusi e disprezzati.
La Chiesa casa comune
La Chiesa stessa è una vera e propria casa comune, che può ancora crescere nell’unità, affinché tutti i popoli, tribù, lingue e nazioni si trovino alla presenza del Padre (Ap 7,9).
Il Sinodo dell’Amazzonia ripropone la sfida della cattolicità della Chiesa e della sua pluralità costitutiva, in cui «le singole parti apportano i propri doni alle altre parti e a tutta la Chiesa, e tutte si accrescono per uno scambio mutuo universale e uno sforzo comune verso l’unità» (LG 13).
In questo senso, è molto fecondo l’incontro tra la Chiesa inviata ai popoli amazzonici e quella che progressivamente nasce tra di essi, con volto proprio. Dobbiamo distinguere tra Chiesa “indigenista”, che considera gli indigeni come destinatari passini di pastorale, e Chiesa “indigena”, che li comprende come protagonisti della propria esperienza di fede. Bisogna decisamente puntare a una Chiesa indigena, secondo il principio “Salvare l’Amazzonia con l’Amazzonia”. Il Vangelo di Cristo rinnova continuamente la vita e la cultura, la purifica ed eleva, la feconda dall’interno, fortifica, completa e restaura in Cristo le qualità spirituali e le doti di ciascun popolo (cfr GS 58).
Riconosciamo con gratitudine che i missionari e le missionarie si sono inseriti in profondità nella cultura e cosmovisione dei popoli e comunità a cui sono inviati. Continua ad essere una sfida oggi più che mai necessaria, vivendo tutti in una cultura individualista che non favorisce la sobrietà ed il sacrificio.
Le comunità locali crescono nella fede e celebrano il mistero di Cristo nella loro pluralità culturale (AG 22). Si possono valorizzare simboli e gesti delle culture locali nella liturgia della Chiesa in Amazzonia, conservando l’unità sostanziale del rito romano, giacché «la Chiesa non vuole imporre una rigida uniformità in ciò che non affetta la fede o il bene di tutta la comunità, pure nella liturgia» (SC 37).
In ascolto e rispetto delle voci della fase sinodale di consulta, accogliamo con zelo apostolico il loro desiderio di celebrare la santa Eucaristia in modo frequente e, possibilmente, stabile, come diritto irrinunciabile dei fedeli laici (CIC 213). Molte chiese in Amazzonia vivono ancora una fede basata unicamente sulla Scrittura e sulla pietà popolare. Occorre studiare i modi pastoralmente più efficaci per rispondere a questo appello insistente.
Alcuni padri sinodali chiedono che in comunità cristiane con un cammino di fede consolidato siano ordinate persone mature, rispettate e riconosciute, di preferenza indigene, celibi o con una famiglia costituita e stabile, a fine di assicurare i Sacramenti che garantiscono e sostengono la vita cristiana.
Il Diritto Canonico permette che si richieda alla Santa Sede la dispensa dall’impedimentoal Sacramento dell’Ordine di un uomo legittimamente e validamente coniugato (CIC 1047 § 2,3).
Il Diaconato permanente, ristabilito dal Vaticano II, mostra che è possibile assumere con efficacia un impegno pastorale, sacramentale e familiare nella Chiesa. La maggior parte delle chiese di rito orientale che sono parte della Chiesa Cattolica conservano il clero sposato (PO 16). Questa proposta si fonda sulla sacra Scrittura, nelle lettere apostoliche (1 Tim 3:2-3,12; Tt 1:5-6).
Altri padri sinodali considerano che la proposta concerne tutti i continenti, potrebbe ridurre il valore del celibato, o far perdere lo slancio missionario a servizio delle comunità più distanti. Ritengono che, in virtù del principio teologico di sinodalità, il tema dovrebbe essere sottoposto all’opinione di tutta la Chiesa e suggeriscono, pertanto, un Sinodo universale a riguardo.
Tutti riconoscono che il celibato nella Chiesa è un dono ed un tesoro (PO 16, OT 10). Fa parte della novità cristiana e va proposto anche alle popolazioni amazzoniche.
Occorre mantenere vivo lo slancio missionario e lo zelo nella promozione vocazionale, coltivare una cultura vocazionale, senza rassegnarsi, con insistenza e organizzazione. In coerenza con il richiamo “America Latina, evangelizza te stessa!”, facciamo appello alle Conferenze Episcopali del continente perché rafforzino progetti di cooperazione e comunione tra chiese ed inviino nuovi missionari in Amazzonia, anche tra coloro che attualmente esercitano il servizio sacerdotale nel nord del mondo.
La formazione al ministero ordinato, intesa a configurare il sacerdote a Cristo, deve essere una scuola comunitaria di fraternità, esperienziale, spirituale, pastorale e dottrinale, a contatto con la realtà della gente, in sintonia con la cultura e religiosità locale, vicina ai poveri, fondata sulla prospettiva dell’ecologia integrale e uno stile sinodale di autorità, che valorizzi e stimoli la partecipazione nella vita comunitaria.
Il tessuto della chiesa locale, anche in Amazzonia, è garantito dalle piccole comunità ecclesiali missionarie, che coltivano la fede, ascoltano la Parola e celebrano insieme, vicine alla storia della gente. È la chiesa di donne e uomini battezzati, che dobbiamo consolidare promuovendo la ministerialità e soprattutto la consapevolezza della dignità battesimale.
Proponiamo che (a) si conferisca il ministero del lettorato e accolitato anche a donne, religiose o laiche, adeguatamente formate e preparate; (b) secondo il motu proprio di Papa Paulo VI Ministeria Quaedam, le Conferenze Episcopali dell’Amazzonia chiedano alla Santa Sede di creare un nuovo ministero istituito, di coordinatrici / coordinatori di comunità.
Il vescovo locale potrà costituire questi ministri in rappresentanza della comunità cristiana, possibilmente a servizio rotativo e organizzato in equipe ministeriali, per evitare personalismi (CIC 517 § 2). La persona responsabile della comunità potrà essere riconosciuta anche a livello civile locale come rappresentante della comunità cristiana.
Circolo Italiano “B”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Filippo SANTORO
Moderatore: Sua Em.za Rev.ma Card. Luis F. LADARIA FERRER, S.I.
Il circolo minore italiano B, vede in questo Sinodo un dono prezioso dello Spirito per l’Amazzonia e per tutta la Chiesa sia sotto l’aspetto ecclesiale sia per l’ineludibile compito della Cura della Casa comune. Nell’aspetto ecclesiale, riprendendo il cammino di attuazione del Vaticano II che si è sviluppato dalle conferenze dell’Episcopato latinoamericano sino alla Evangelii Gaudium, nella Cura della Casa comune seguendo lo sviluppo dell’insegnamento sociale della Chiesa sino alla Laudato Si’. In questa direzione, proponiamo tre passi prima della presentazione sintetica della riflessione del circolo italico B.
1. Innanzitutto i nuovi cammini sono possibili a partire da una rinnovata esperienza della Chiesa che, in ascolto dei popoli dell’Amazzonia e delle loro culture, offra la testimonianza di una fede viva che rinnovi la profezia, sviluppi un nuovo cammino sinodale e comunichi un’ardente passione missionaria.
2. La bellezza ferita e deformata dell’Amazzonia è un grido per tutto il pianeta perché’ si attui una vera conversione culturale promossa dalla “ecologia integrale” di papa Francesco sino a creare progetti eco e sociosostenibili e “nuovi stili di vita”. Questo è ancora più urgente per non tradire la speranza e il futuro dei nostri giovani.
3. In terzo luogo si avanza la proposta di intraprendere la via di un proprio “Rito amazzonico” che permetta di sviluppare sotto l’aspetto spirituale, teologico, liturgico e disciplinare la ricchezza singolare della Chiesa cattolica in Amazzonia.
Passando alla riflessione del gruppo si e’ sottolineata l’importanza dell’intervento iniziale di Papa Francesco al Sinodo, quando affermava: “La dimensione pastorale, è quella essenziale, quella che comprende tutto. Noi la affrontiamo con cuore cristiano e guardiamo alla realtà dell’Amazzonia con occhi di discepolo”.
In questa prospettiva il circolo ha approfondito la prima parte “La voce dell’Amazzonia” ascoltando l’esperienza diretta dei padri sinodali e degli uditori, vescovi e sacerdoti, missionari in Amazzonia e presenti nel gruppo. È emersa una ricchezza che abbraccia vari aspetti naturali tra i quali l’acqua che è fonte di vita e di rapporti tra i popoli nelle loro espressioni culturali e spirituali. Si è sottolineato che tale vita è minacciata dalla distruzione e dallo sfruttamento ambientale, dal genocidio, dall’ecocidio e dalla biopirateria. Ciò accade quando i beni del territorio, per esempio le erbe medicinali, sono portate nel mondo dopo aver rubato il brevetto alle terre e ai popoli indigeni. In questa situazione i più feriti sono i giovani, particolarmente le ragazze, nella prostituzione e nelle tratte, nello sfruttamento sessuale, ma anche i giovani indigeni che vanno nelle città sono sedotti dalla tecnologia e dalla globalizzazione: attratti da uno stile di vita che mira a distruggere le loro origini.
Insieme a questi rilievi si è osservato che se si vuol passare dall’analisi alle proposte è necessario che il “buon vivere” amazzonico si incontri con l’esperienza delle beatitudini: solo dall’incontro con la Parola di Dio il “buon vivere” raggiunge la sua realizzazione, valorizzando così i “semina verbi” presenti nelle varie culture. La direzione in cui tale valorizzazione va compiuta si trova nella Laudato si’, dove è presentata sia una “Teologia della Creazione” come una “Teologia della Redenzione”.
Questo conduce alla costruzione di uno stile di vita in cui si può ristabilire un rapporto positivo e non predatorio tra uomo e natura. La cosmovisione amazzonica ha tanto da insegnare al mondo occidentale dominato dalla tecnologia, molto spesso al servizio della “idolatria del denaro”. Dall’altro canto l’annuncio del Vangelo e l’originalità della vittoria di Cristo sulla morte, nel rispetto della cultura dei popoli è un elemento essenziale anche per la cosmovisione amazzonica.
L’annuncio esplicito della risurrezione di Cristo, dopo tempi adeguati di vicinanza e di condivisione della vita, senza alcuna forma di proselitismo, è una grande ricchezza per i popoli dell’Amazzonia.
Si è anche osservato che l’Amazzonia sta vivendo un Kairos, un tempo di grazia, che ha un particolare rilievo in questo sinodo. I popoli amazzonici ci insegnano molto perché essi da mille anni si sono presi cura della loro terra, dell’acqua, della foresta e sono riusciti a preservarle fino ad oggi. In questa sfida dobbiamo valorizzare il significato della memoria che nei popoli indigeni ha un grande valore nell’esperienza personale, sociale e della trasmissione della cultura e della fede. Questo è possibile attraverso il dialogo interculturale e intergenerazionale, permettendo l’incontro tra un “io” e un “tu”. Il dialogo è possibile a partire dalla inseauribilità del Mistero che si comunica nella vita di questi popoli e che costituisce un metodo fondato nel rispetto per la libertà dell’altro valorizzando i “semina verbi” presenti nelle varie culture.
Ciò non è sempre accaduto, lo dimostrano la violenza prodotta dell’estrattivismo agricolo, pluviale e umano in genere. In questo campo dominano impuniti i trafficanti internazionali e i distruttori della biodiversità amazzonica avendo in vista solamente la massimizzazione del profitto. Da quanto detto deriva il “debito ecologico” (LS 51), dilagante nel mondo e che ha in Amazzonia effetti efferati. Uno di questi è legato al fenomeno delle migrazioni che accade nella ricerca di un tetto, di una terra, di un lavoro. Le promesse, normalmente, non si realizzano e risultano destabilizzate le famiglie. Le nostre diocesi di frontiera svolgono un’azione molto positiva ed importante tra i migranti che però deve articolarsi e svilupparsi sempre più.
L’urbanizzazione che sembra sociologicamente ed economicamente un fenomeno mondiale irreversibile è stata definita da noi come “estrattivismo umano”. È necessario quindi sviluppare una pastorale urbana che raccolga le sfide della globalizzazione e della cultura tecnologica. Allo stesso tempo non deve essere dimenticata una pastorale rurale perché non ci siano cristiani di serie B.
Fa specie che l’IL non parli di “favelas” e di “periferie”, che costituiscono una caratteristica nelle medie e grandi città dell’Amazzonia come di tutta l’America Latina. di una presenza attiva in “favelas” e nell’intera società.
Sul tema dell’educazione la Chiesa ha svolto un ruolo di promozione nelle culture che ha incontrato e di fronte ad esse è necessario essere in ascolto come discepoli prima di essere maestri. In questo contesto si è anche riflettuto sulla formazione nei seminari dell’Amazzonia in cui i seminaristi indigeni non riescono a seguire il ritmo accademico non per mancanza di intelligenza ma per un modo differente di pensare.
L’azione della Chiesa è innanzitutto educativa, mira a formare una mentalità in cui l’economia si sviluppa tentando presente la sostenibilità ambientale e sociale. Non è possibile creare valore economico attraverso la distruzione della natura e delle materie prime. Occorre educare non in forma astratta ma in vista del cambiamento degli stili di vita. Così la soddisfazione delle persone non sarà nel consumo ma in una realizzazione, in una armonia che è proposta dallo sguardo contemplativo della Laudato Si’.
È poi parsa opportuna una riflessione della Chiesa in Amazzonia anzitutto sulle cause della drastica diminuzione dei cattolici per causa dell’azione dei movimenti neo pentecostali ed evangelicali. Questi crescono perché rispondono al bisogno di guarigione, di prossimità e di Salvezza al di là dei loro molto discutibili interessi economici e politici. Oltre ad esprimere la nostra preoccupazione per la crescita di queste nuove denominazioni religiose siamo provocati a passare da un’immagine ancora troppo istituzionale della Chiesa ad una Chiesa in uscita che ascolta, e che crea comunità che gioiscono e festeggiano la bellezza del Vangelo. È necessario che come Chiesa si sviluppi la conoscenza della Bibbia moltiplicando le traduzioni nelle lingue locali. Ciò permetterà un dialogo interreligioso ed ecumenico.
Inoltre alcuni esprimono perplessità circa la mancanza di riflessione sulle cause che hanno portato alla proposta di superare in qualche forma il celibato sacerdotale come espresso dal Concilio Vaticano II (PO 16) e dal magistero successivo.
In questo contesto ha tutto il suo valore il tema dell’inculturazione della fede ampiamente sviluppato nel nostro circolo. Proprio a partire da questo tema è stata presentata la proposta di un “Rito amazzonico”.
Nella Chiesa cattolica esistono circa 23 Riti differenti, segno evidente di una tradizione che fin dai primi secoli ha cercato di inculturare i contenuti della fede e la loro celebrazione attraverso un linguaggio che fosse il più possibile coerente con il Mistero da esprimere. Tutte queste tradizioni hanno avuto origine in funzione della missione della Chiesa (cfr CCC 1200-1206). L’Amazzonia con le sue differenti culture e tradizioni si è già aperta alla fede e sta vivendo un significativo processo teso a salvaguardare le espressioni di identità e appartenenza che le sono proprie.
È necessario che la Chiesa riconosca questo peculiare momento storico, e nella sua instancabile opera di evangelizzazione si adoperi perché il processo di inculturazione della fede si esprima con le forme più coerenti per essere anche celebrato e vissuto secondo i linguaggi propri delle popolazioni amazzoniche.
Pertanto, si chiede che il Sinodo faccia propria l’istanza secondo la quale i popoli dell’Amazzonia possano intraprendere la nuova via di un proprio “Rito Amazzonico” con cui esprimere il patrimonio liturgico, teologico, disciplinare e spirituale che le appartiene, con particolare riferimento a quanto la Lumen Gentium afferma per le Chiese Orientali (cfr LG 23). Questo arricchisce l’opera di evangelizzazione esprimendo la fede secondo le peculiarità di una propria cultura.
Circolo Português “A”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Neri J. TONDELLO
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons Jesús M. CIZAURRE BERDONCES, O.A.R.
1. Igreja sinodal: novos caminhos para a missão.
O caminho sinodal para a Amazônia nos mostrou que o processo abriu a perspectiva de uma eclesiologia diferente, mais batismal e colegial, diferente da Igreja clerical. A Igreja com rosto amazônico acentua ”na corresponsabilidade e na participação de todo o Povo de Deus participa na vida e na missão da Igreja”. Urge a criação de novos espaços de escuta, de discernimento e participação no exercício da sinodalidade no ser e no agir da Igreja. Por isso propomos: manter o serviço da REPAM. Criar um organismo Episcopal representativo das Igrejas Locais da Região panamazônica, adstrito ao Conselho Episcopal Latino-americano (CELAM).
2. Ministérios ordenados instituídos no que tange a celebração da Palavra de Deus e Sacramentos, com realce a Eucaristia, se fazem necessários e urgentes. O Sínodo da Amazônia, o Kairós de Deus, é ocasião oportuna para a Igreja se reconciliar com a Amazônia diante da dívida que ela acumulou durante longos anos de colonização. Diante da necessidade de uma Igreja permanente para além da visita, entendemos que é necessário multiplicar nossa presença de Igreja na Amazônia, com novos ministérios. Além dos ministérios de leitor, acólito, Diácono permanente, ministério da Palavra, ministério do batismo, entre outros, pedimos santo Padre, que admita para a região Pan Amazônica, homens ao ministério presbiteral, e mulheres ao diaconato, de preferência indígenas, respeitados/as e reconhecidos/as por sua comunidade, mesmo que já tenham uma família constituída e estável, com a finalidade de assegurar os Sacramentos que acompanham e sustentam a vida cristã da comunidade (IL 102,2). Desta forma, daremos rosto feminino e rosto materno à Igreja.
3. Uma Igreja com rosto amazônico e missionário para os leigos, religiosos, Diáconos, padres e bispos, diz respeito a uma formação inculturada na Amazônia. O protagonismo da Igreja na Amazônia, não pode mais importar modelos. Precisa construir o rosto próprio com formação ampla e integral, a partir da espiritualidade ecológica, Bíblica, comunitária e eclesial, em vista de uma conversão pastoral, sinodal, e conversão ecológica. Diante disso, propomos uma formação que seja planejada, não de improviso contando com equipes de formadores incluindo mulheres. Uma equipe competente auxiliada com a pastoral vocacional buscando servidores da própria região: autóctones, indígenas, ribeirinhos, quilombolas e outros. Propomos também o compromisso de fazer formação permanente e insistir no espírito missionário e espírito de pobreza.
4. A Igreja na Amazônia é formada por muitas comunidades. Muitas vezes muito distantes. As comunidades de base são autênticos espaços de educação da fé comprometida com a vida e a transformação da sociedade tendo como centralidade a pessoa de Jesus Cristo: “caminho, verdade e vida, vida em abundância para todos”. Na comunidade aprendemos a respeitar as diferenças. Conhecemos os movimentos sociais e neles nos envolvemos em prol da justiça e da paz pela prática da caridade. Elas são fruto desde o nascimento da Igreja, apoiadas pelo Concílio vaticano II, incentivadas por Medellin e Puebla. Elas significam um novo Pentecostes. As comunidades de base nos ajudam a superar a pastoral de “desobriga”. Queremos insistir na dimensão missionária das comunidades. Igreja em saída e em estado permanente de missão, assim as comunidades mantém na cidade um diálogo com os conselhos públicos de segurança, de assistência social, conselho da criança e do adolescente, conselho de educação.
5. A migração na cidade e o refúgio de tantos irmãos e irmãs solicitam uma pastoral urbana de acolhida, de proteção, de promoção e de integração no caminho da dignidade humana. Deus habita a cidade. Propomos articular com as agências internacionais para combater o tráfico de pessoas e drogas.
6. Um dos pontos mais nevrálgicos na região Panamazônica é a presença da violência. Em todas as partes enfrentamos este flagelo. Feminicídio em casa, a violência institucionalizada e omissão do Estado. A violência nos presídios e nas escolas. Abuso e exploração sexual. Violação dos direitos dos povos originários. Assassinato dos defensores dos territórios. Narcotráfico e narconegócio. Extermínio da população juvenil. Tráfico de pessoas. Presídios superlotados com frequentes massacres. Ameaças constantes sobre os que defendem a verdade, a justiça sobre os direitos à terra. Diante desta realidade de sangue, a Igreja propõe incentivar as denúncias dando suporte às mulheres. Criar e acompanhar políticas públicas. Propomos a criação de um observatório de Direitos Humanos no território pana-amazônico, ou comissão de Justiça e paz. Comitês diocesanos de Direitos Humanos.
7. Os povos originários na Amazônia pagam com a própria vida, o preço mais alto, porque não assistidos, não protegidos em seus territórios. A Amazônia é o que restou como sobrevivência. É preciso, contudo que sejam apoiados em sua organização para garantir seu direito de permanecer na terra, da qual são os legítimos herdeiros. Propomos para isso: conhecer os direitos garantidos pela constituição de 1988, bem como a Convenção 169 da Organização Internacional do Trabalho onde garante o direito de consulta e participação dos povos originários, indígenas, afrodescendentes, ribeirinhos e camponeses e atingidos por barragens.
8. Na Amazônia gozamos de uma biodiversidade ecológica, intercultural, religiosa e espiritual. Sabemos que o diálogo é a ponte para a construção da paz e do “bem viver”. Diante das diferenças propomos um diálogo ecumênico e inter-religioso. “Não haverá paz no mundo se não houver paz entre as religiões” (Hans Kung). Propomos dois colóquios entre os teólogos da RELEP (Rede Latino-americana de Estudos Pentecostais) e os teólogos católicos. Um na Amazônia e outro em Roma. Esses dois encontros, como primeiro passo, serão fundamentais para o aprofundamento do diálogo e unidade em relação a questões comuns: Cristo Jesus, fundamento de nossa fé, bem como a defesa da “Casa Comum”, da Ecologia Integral, da vida e da luta pelas garantias dos direitos humanos, na floresta, no campo e na cidade. Ainda neste ponto acrescentamos o diálogo inter-institucional entre Igreja e Poder Público, com a comunidade política, com os órgãos de tutela da casa comum, do território e dos povos originários.
9. A Ecologia Integral e a cosmovisão indígena vivem o estado de alerta. O risco de extinção dos povos da Amazônia juntamente com a casa comum, nunca foi tão visível como agora, (Papa Francisco em Puerto Maldonado, janeiro de 2018, Peru). Pior situação ainda se encontra a realidade dos isolados. A ecologia integral começa com a defesa e garantia do território para assegurar a vida dos povos originários. Propomos um modelo de desenvolvimento alternativo com qualidade de vida através de cursos de agroecologia. Desenvolvimento de projetos sustentáveis, através de cursos que leve ao conhecimento dos segredos/sagrados da natureza através de escolas de formação em técnicas agrícolas. Propomos desenvolver projetos de reflorestamento – floresta em pé. Propomos projetos alternativos aos megaprojetos, por exemplo: aos projetos de PCHs (Pequenas Centrais hidreletricas) propomos instalar projetos de energia solar. Projetos de extrativismo sustentável. Fortalecer a organização dos Pescadores. Apoiar projetos de reciclagem de lixo. Ecoturismo. Incentivar e acompanhar associações como forma de organização da população. Monitorar os garimpos ilegais na Amazônia. Criar legislação que contemple a natureza como sujeito de direitos.
10. O povo da Amazônia é um povo religioso. A piedade popular. A espiritualidade e sabedoria dos ancestrais e a mariologia trazem uma manifestação própria em sua vida de fé. Para isso pedimos um rito amazônico com patrimônio teológico, disciplinar e espiritual que expresse ao mesmo tempo a universalidade e catolicidade da Igreja, na Amazônia. Respeitar os ritos de cada povo. Bem como resgate de suas lideranças religiosas, (os pajés, os Xamãs).
11. A educação é o caminho para uma sociedade capaz de “bem viver em sobriedade feliz”. Somente uma educação inculturada com elementos dos povos pode favorecer o protagonismo da região. Propomos, desta maneira, a criação de escolas e universidade indígenas com linguística própria. Traduzir a Bíblia e catecismo de IVC. Vamos investir na Educação a distância. Abrir espaços para a escuta dos jovens e preparar pessoas para acompanhar os jovens. Fazer opção pelos jovens.
12. A partir do Concílio vaticano II, a Igreja fez uma opção preferencial pelos pobres e a Igreja da América Latina confirmou esta opção em Medellin, em Puebla, Santo Domingo e Aparecida. Cuidar do nosso lar comum significa cuidar dos seres humanos. “Quão inseparável é o vínculo entre preocupação com a natureza, justiça para os pobres, compromisso com a sociedade e paz interior” (Papa Francisco, LS, 68). “No pobre, Jesus bate a porta do nosso coração e, sedento, pede-nos amor, a omissão é o maior pecado contra os pobres (Papa Francisco Homilia do Primeiro dia Mundial dos pobres). Perder os pobres é perder a Jesus. Por isso, propomos uma Igreja pobre, com os pobres, para os pobres. Igreja solidária e Igreja irmã.
13. Na Amazônia, muitos missionários e missionárias deram sua vida pela causa do evangelho. Encarnaram-se na realidade. Viveram a espiritualidade do Bom Samaritano. Não se acovardaram diante do sofrimento e diante da morte do inocente. Diante dos conflitos por causa da terra não fugiram. Não aceitaram a morte de Cristo na vida do pobre. Foram agentes de mística capaz de profecia e coragem. Muitos tombaram porque não viveram a cultura da religião sem compromisso com a transformação da sociedade. Também não aceitaram rezar diante dos pobres sendo mortos sobre o altar do sacrifício. São os mártires de ontem e de hoje. Diante de Jesus mártir, diante dos mártires, homens e mulheres, propomos o pacto na luta pela verdade, pela organização dos povos e pela defesa direitos com ardor missionário.
14. No rosto humano de Jesus, em Nazaré, Deus se auto-comunica como desígnio total de amor com a razão única de salvar a humanidade inteira mediante a pre-disponibilidade da pessoa de boa vontade através do processo de conversão. Propomos utilizar as redes sociais de comunicação web rádio, web tv e rádios para divulgar as conclusões deste Sínodo. Fomentem a espiritualidade do encontro entre todos os rostos da Amazônia. Divulguem o que acontece na Amazônia principalmente o que diz respeito ao que o projeto destrói a biodiversidade. Anunciem os valores dos povos originários que contribuem com a civilização do amor. Abrir espaços para os indígenas nos MCS. Em tempos fakenews dar a conhecer ao mundo a verdade da Amazônia.
Circolo Português “B”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Evaristo P. SPENGLER, O.F.M.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Pedro BRITO GUIMARÂES
Nosso grupo aprofundou e apresentou propostas em três dimensões: 1) Ecologia Integral e defesa da casa Comum, 2) Povos indígenas e comunidades tradicionais; 3) Eclesial.
I ECOLOGIA INTEGRAL DEFESA DA CASA COMUM:
O Sínodo para a Amazônia acontece em um momento de grande urgência climática e de uma profunda crise socioambiental. É indispensável uma conversão ecológica para uma vida sobria, que implica mudanças de mentalidade, de estilo de vida, nos modos de produção, práticas de acumulação, consumo e desperdício. Já sabemos que “mais tarde, será tarde demais”!
Diante disto, propomos iniciativas ad intra e ad extra.
Ad Intra:
1. Inserir o tema da Ecologia Integral nas diretrizes das Conferências Episcopais, planos pastorais das dioceses e prelazias e programas paroquiais.
2. Incluir na Teologia Moral o respeito pela Casa Comum e os pecados ecológicos revendo os manuais e os rituais do sacramento da Penitência.
3. Desenvolver um grande ‘movimento de educação e conscientização ecológico de base formando agentes de pastoral em todos os níveis.
4. Instituir o Ministério do cuidado da Casa Comum nas comunidades da Amazônia.
Ad extra:
A Igreja se posiciona claramente na defesa do bioma Amazônico contra a visão colonialista e mercantilista e declara a Amazônia como Santuário Intangível e Imemorial da Casa Comum. Isto implica em incidir:
1. Na defesa dos territórios dos povos tradicionais amazônicos, em especial indígenas e afrodescendentes, bem como as unidades e áreas de conservação;
2. Para que se aplique nesses territórios uma longa moratória das atividades extrativistas predatórias, petroleiras e mineradoras, bem como de pecuária extensiva e monocultura, que destroem florestas e rios;
3. Para assegurar o direito à consulta livre, prévia e informada das populações para todas as atividades propostas para esses territórios, tal como define o artigo 169 da OIT;
4. Nas relações internacionais, nas políticas públicas nacionais e locais para que os governos façam opções de desenvolvimento com base em um modelo de sustentabilidade socioambiental.
II – POVOS INDÍGENAS E COMUNIDADES TRADICIONAIS
Apresentamos nossa contribuição em relação aos Povos Indígenas e comunidades tradicionais. Também tratamos da Inculturação e interculturalidade na Missão da Igreja na Panamazônia.
II.1. Defesa dos direitos de territórios
Diante da “avidez dos grandes projetos econômicos” (Papa Francisco) pelos territórios indígenas que geramecocídios, genocídios e etnocídios,como também ao assassinato e criminalização de líderes sociais, é missão da Igreja defender e lutar pelademarcação e proteção das terras indígenas e dos afrodescendentes e pelos direitos das outras comunidades tradicionais, como advertiuSão João Paulo II em Cuiabá (1991): “A Igreja, queridos irmãos índios, tem estado e continuará a estar sempre ao seu lado para defender a dignidade de seres humanos, seu direito a ter uma vida própria e tranquila, no respeito aos valores das suas tradições, costumes e culturas.”
II.2. Inculturação e interculturalidade
A Amazônia se caracteriza por uma multiplicidade de povos e culturas. Deus se manifesta em todas elas bem como na Criação inteira. Ao se encarnar em Jesus Cristo, assumiu uma determinada cultura e por seu Espírito, segue revelando-se nos diferentes povos. A Igreja dos discípulos se coloca a serviço desta história de Salvação deparando-se com as teologias índias. Sente-se interpelada no desafio da inculturação e da interculturalidade. Por isso, fazemos as seguintes indicaçoes:
Os agentes de pastoral e missionários evangelizem no diálogo e no respeito as expressoes espirituais autoctones, através de uma presença contínua, da aprendizagem dos idiomas indígenas, da valorizaçao dos conhecimentos tradicionais tendo como resultado o enriquecimento mútuo.
Na evangelização a partir das culturas, valorize as teologias índias e se empenhe em traduzir as Escrituras, adequar os rituais cristãos, assumir rituais dos povos e empreenda processos de iniciação à vida cristã e elaboraçao de uma liturgia proprios.
III – ECLESIAL
Nessa dimensão abordamos diversos aspectos.
III.1. Formação Presbiteral
“Eu vos darei pastores” (Jr 3,15). Precisamos de presbíteros, à imagem do Bom Pastor, chamados a serem homens de misericórdia, compaixão, próximos ao seu povo, servidores de todos, particularmente dos que sofrem grandes necessidades; que se nutrem da Palavra de Deus, da Eucaristia e da oração; de presbíteros-missionários: movidos pela caridade pastoral (cf. CELAM Doc. Ap. 198,199).
Em vista da concretização desse horizonte fazemos as seguintes propostas: assegurar um plano de formaçao presbiteral (celibatario e Viri Probati); cuidar da sólida formação humana nos seminários; garantir a alternancia da formaçao academica e pastoral; assegurar um sóbrio estilo de vida no ambiente formativo; promover a formação de formadores inculturados (cf. DPV,66; SD 84); abrir os seminários para a interação com os jovens, afim de que sejam ambientes de forte animação juvenil e irradiação vocacional; estimular a corresponsabilidade para com a formação; promover nos seminários a cultura da ecologia integral, e a ecoteologia.
III.2. Missão e formação do laicato
E impensável hoje uma Igreja de comunhão, participação e missão que não inclua cada vez mais os leigos e as leigas, maioria absoluta do povo de Deus, nas decisões e nos compromissos a serem assumidos por todos, valorizando o seu papel profético e inovador.
A formação laical deve incluir: a pessoa e a prática de Jesus Cristo; a missionariedade e a relação Igreja-mundo-Reino; a Doutrina Social da Igreja; a dimensão comunitária; a opção pelos pobres; a educação para a justiça e a paz; o cuidado com a Casa Comum; a relação fé e política; a antropologia crista; especialmente o relacionamento humano, a sexualidade e a afetividade.
Por isso, propomos:
1) Resgatar a espiritualidade laical, a partir da vivência do batismo, que valorize o amor conjugal e familiar, o trabalho, o empreendedorismo, a honestidade e a competência profissional;
2) Capacitar para o exercício da caridade, na atuação em políticas públicas, nos movimentos sociais e na ocupação de cargos políticos, inspirados no Evangelho;
3) Educar para a gratuidade, o voluntariado no serviço à Igreja e na sociedade, a partir da iniciação à vida crista;
III.3. Ministérios
Foi considerada como necessária para a PAnamazonia a ordenação dos viri probati.
Os homens casados candidatos à ordenação, após um fecundo diaconato devem responder aos seguintes critérios, entre outros: vida de oração e amor à Palavra de Deus e à Igreja; vida eucarística que se reflete numa vida de doação e de serviço; vivência comunitária; espírito missionário.
Na implementação da ordenação de viri probati apresentamos dois caminhos para a região Panamazônia:
1) Delegar às Conferências Episcopais presentes na Panamazônia a implantação desse ministério;
2) Confiar aos bispos a realização da experiência.
III.4. Diaconato para as mulheres:
Dada a presença decisiva de mulheres na História da Salvação, como Maria e na Missão da Igreja, de Santas, doutoras e conselheiras de Papas; dado que a presença das mulheres é decisiva na vida e na missão da Igreja na Amazônia e que o Concílio Vaticano II restaurou o Diaconato Permanente para homens – porque é bom e útil para a Igreja – julgamos que esse mesmo argumento é válido para criar o Diaconato para as mulheres na Igreja na Amazônia.
III.5. Sustentabilidade e reorganização da Igreja na Amazônia
A maioria das Dioceses e Prelazias da Amazônia têm extensos territórios, poucos ministros ordenados e escassez de recursos financeiros, passando por dificuldades para sustentar a missão. O “custo amazônico” repercute seriamente sobre a evangelização. Diante desta realidade, visando uma Igreja presente, solidária e samaritana, propomos:
1) Redimensionar as extensas áreas geográficas das Dioceses e Prelazias.
2) Criar um Fundo Amazônico para a Sustentabilidade da Evangelização.
3) Sensibilizar e estimular agências internacionais de cooperação católica, para que apoiem além dos projetos sociais, atividades de evangelização.
III.6. Cooperação missionária
As Igrejas Locais na Panamazônia sentem a necessidade de intensificar e diversificar as formas de cooperação missionária, com novas modalidades de intercâmbio eclesial.
Por isso recomendamos:
1) Incrementar o Projeto de Igrejas Irmãs onde este já existe, e criá-lo nas conferências em que não existe, promovendo partilha entre dioceses com mais recursos e as mais pobres.
2) Confirmar e incentivar as iniciativas de inserção missionária, itinerante e popular da vida consagrada na Amazônia e estimular os projetos de “uma vida consagrada alternativa e profética, intercongregacional, interinstitucional, com o sentido de disposição para estar onde ninguém quer estar e com quantos ninguém quer estar” (IL 129 d1);
3) A mística cristã promove a partilha e a solidariedade e conhecendo a riqueza da experiência de inúmeras entidades que incentivam o serviço humanitário, incentivar o voluntariado de leigos e profissionais nas Dioceses e entidades católicas.
4) Dado que a Panamazônia se constitui cada vez mais em um território perpassado por fluxos globais de migração interna e internacional, como também de tráfico humano, narcotráfico e a circularidade dos povos indígenas, propõe-se reforçar a “ação pastoral conjunta entre as Igrejas fronteiriças para enfrentar os problemas comuns”, e incentivar a articulação do trabalho em rede em todo o território panamazônico e além de suas fronteiras.
III.7. Desafios da cidade e Pastoral Urbana
Hoje, 80% da população da Amazônia encontra-se nas cidades. A questão da urbanização não inclui apenas o deslocamento espacial e o crescimento das cidades, mas também a transmissão de um estilo de vida configurado pela metrópole. Este modelo se estende ao mundo rural, modificando hábitos, costumes e formas tradicionais de viver.
Na Amazônia, os rios foram fatores determinantes para a formação de muitas cidades, enquanto outras estão nas fronteiras agrícolas, com bairros específicos de migrantes. Algumas cresceram rapidamente devido aos megaprojetos e quando esses projetos terminam, muitos migram para outros lugares ou passam necessidades. Há uma grande mobilidade de indivíduos e famílias indígenas em direção a centros urbanos.
Por isso propomos:
a. Promover uma pastoral específica dos indígenas que vivem na cidade, na qual eles mesmos sejam protagonistas.
b. Instituir o Ministério da Acolhida nas comunidades urbanas da Amazônia para a solidariedade fraterna com migrantes, refugiados, população em situação de rua e pessoas que saíram das áreas rurais para tratamento de saúde.
c. Sensibilizar a comunidade a respeito das lutas sociais, apoiando os distintos movimentos sociais na promoção de uma cidadania e uma cultura ecológica e na defesa dos direitos humanos.
d. Promover encontros com ministros e teólogos das comunidades cristãs e teóricos das ciências humanas para fomentar a reflexão e ações comuns.
CONCLUSÃO: Diante do exposto e do trabalho realizado até aqui pelo Sínodo, percebemos a necessidade de trilhar este caminho sinodal que estamos vivendo na Igreja.
Que essa caminhada continue a ser discernida e implementada por toda a Igreja à luz do Espíritu.
Circolo Português “C”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Vilsom BASSO, S.C.J.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. José B. DA SILVA
Caríssimo Papa Francisco
Caras irmãs e irmãos
Nosso Círculo Menor Língua Portuguesa C apresentou 25 contribuições para a redação do Documento Final.
NA DIMENSÃO PASTORAL MISSIONÁRIA,
destacamos a necessidade de conversão pessoal e pastoral, de recuperar a centralidade da Palavra e da Eucaristia, de aprofundar o tema da ministerialidade e as várias possibilidades em relação ao diaconato, viri probati, mulheres, padres casados, do protagonismo dos leigos, com destaque para as mulheres. Ressaltamos que é importante dar maior acento à dimensão bíblica, missionária, pastoral e humana na formação dos novos sacerdotes. Tudo isto, para uma Igreja “em saída”.
Para uma Igreja com rosto amazônico é preciso caminhar por vocações autóctones, consagração de virgens e viúvas a nível diocesano, busca constante de autonomia de recursos humanos e financeiros. Se faz urgente, ainda, trabalhar o ecumenismo e diálogo inter-religioso, olhar com mais atenção ao pentecostalismo, à iniciação à vida cristã. Urge aprofundar o olhar sobre os desafios do mundo urbano, com atenção às famílias, à juventude, às comunidades eclesiais de base e da opção preferencial pelos pobres, ouvindo o grito da terra e o grito dos povos.
Um olhar especial para a juventude, por quem é preciso fazer opção preferencial, investindo tempo, pessoas e recursos financeiros. A Igreja deve ser casa acolhedora, que o jovem se sinta em casa, cuidando dos jovens nas tribos, nas periferias das cidades, para que os jovens sejam protagonistas e tenham oportunidades e esperança de um presente e futuro melhores, longe das drogas, das prisões e do suicídio.
NA DIMENSÃO SOCIAL tomamos consciência que a amazônia está ameaçada e ferida e que a Igreja deve estar a serviço da vida, defendendo a vida em todas as suas formas, pois este Sínodo se desenvolveu ao redor da vida.
A violência se apresenta com vários nomes: pelo tráfico de crianças e mulheres, de órgãos e drogas, ameaças e criminalização de lideranças. A saúde que está doente, falta educação, saneamento, políticas públicas básicas e essenciais. Os direitos dos povos indígens e da mãe terra são negados.
Por isso, defendemos a vida, os territórios, a demarcação e proteção dos povos indígenas, livres ou isolados.
A voz profética da Igreja, inspirada na Doutrina Social da Igreja, deve ecoar, no fortalecimento das Comissões de Justiça e Paz, de Comissões de Proteção à Vida, das pastorais sociais e apoio aos movimentos sociais. Na amazônia, fazer opção pelos pobres é fazer opção pelos povos da floresta. Não deixemos a profecia morrer.
NA DIMENSÃO ESPIRITUAL, decisiva para continuar a missão, destacamos:
A importância da mística da caminhada, a devoção popular, aprender com os povos da floresta, o contato com a natureza, o jardim amazônico, onde Deus caminha, se faz presente, e a busca de um estilo de vida simples, a sobriedade feliz.
As romarias da terra e da floresta, os mártires da caminha, as festas dos padroeiros e a devoção mariana alimentam nossa mística.
A leitura orante da bíblia, com subsídios simples e em linguagem amazônia, que une fé e vida, que dá conhecimeno da Palavra e fortalece a espiritualidade,
A busca da conversão ecológica, por um novo estilo de vida simples, despojado, sóbrio, que cuida, atencioso, sem desperdicio, que evita o descarte de coisas e de pessoas, que é generoso e se inspira em Francisco de Assis, do irmão sol, irmã lua, irmã água e na vida monacal do “quanto menos tanto mais”, expresso na Laudato Si, 222, a ecoespiritualidade.
A DIMENSÃO CULTURAL na Amazônia traz a inculturação, diálogo intercultural. Igreja com rosto amazônico se configura com identidade plural. É preciso superar os preconceitos étnicos, descolonizar mentalidades. Ver a riqueza e os desafios da cultura urbana, que está em todos os lugares.
Apoiamos os esforços para que as redes de comunicação católica coloquem Amazônia no centro de sua atenção, com programas regulares de divulgação de boas notícias e de denúncia de todo tipo de agressão à mãe terra, anunciando a verdade.
Ao mesmo tempo acreditamos na força das redes sociais, praça onde todos se encontram, para partilhar e compartilhar experiências de agroecologia e de cuidado da Amazônia.
A DIMENSÃO ECOLÓGICA é um caminho de conversão. Aprendemos cientificamente que a Amazônia não é o pulmão do mundo. O pulmão do mundo são os oceanos. Mas a Amazônia é muito importante.
A Amazônia é um órgão vital do planeta para o equilíbrio ambiental, pois acumula 20% do gás carbônio da natureza, grande bio-diversidade e os rios amazônicos detêm 16% da água doce da planeta.
Afirmamos que é preciso cuidar da casa comum, fortalecer as tamáticas dos biomas e da biodeversidade, dos direitos da terra, da temática da água e de um desenvolvimento sustentável.
Vemos como decisivo formar as novas gerações na consciência socio-ambienteal, e a Igreja ser promotora dessas atitudes na catequese, nas pastorais, nas escolas, nas comunidades.
Ser uma Igreja ecológica, com ações práticas, como eliminar o uso de copos plásticos e outros descatáveis, promover a coleta seletiva de lixo, ser testemunhas visíveis e críveis de conversão ecológica.
Aqui dizemos não ao desmatamento, não aos grandes projetos agressivos que destroem a floresta, não às monoculturas e aos agrotóxicos.
Dizemos sim ao desenvolvimento sustentável, sim à conversão ecológica, sim à ecologia integral.
Ao final dos fecundos encontros nos círculos menores, destacamos como principais interlocutores no território amazônico, na busca de novos caminhos para evangelização e no cuidado da casa comum: os povos indígenas, os quilombolas, os ribeirinhos, os pescadores, os movimentos sociais, as mulheres e as juventudes.
Destacamos também a importância de envolver neste processo as Conferências Episcopais, as dioceses e prelazias, outras Igrejas, Governos e pessoas de boa vontade.
Querido Papa Francisco
Os Rios da Amazônia transbordam, “tienen sus desbordes” e levam vida à floresta e aos povos da floresta.
Rezamos para que este Sínodo, este Rio Sinodal transborde, “tenga sus desbordes” em novos caminhos para a evangelização e por uma ecologia integral.
Que o Espírito nos guie, nos ajude, nos dê coragem, parresia e paz.
Muito obrigado.
Circolo Português “D”
Relatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Wilmar SANTIN, O. Carm.
Moderatore: Sua Ecc.za Rev.ma Mons. Alberto TAVEIRA CORRÊA
O grupo refletiu sobre os temas abaixo: 1) Formação dos leigos e dos missionários; 2) Violência contra os povos, pessoas e natureza; 3) Culturas amazônicas e evangelização; 4) Piedade popular; 5) Vida Consagrada na Amazônia; 6) Juventude; e 7) Ministérios.
1. FORMAÇÃO DOS LEIGOS
Constatou-se a necessidade de dar uma maior formação para os leigos sobre a identidade católica. Seja querigmática, bíblica, teológica e para uma atuação na sociedade com base na Doutrina Social da Igreja. Merece destaque a formação para o entendimento e vivência dos sacramentos, um dos elementos básicos da identidade católica. A formação deve ser integral e não só doutrinal, mas também que leve a uma experiência de um encontro com Jesus Cristo e a uma maior participação na comunidade. Dê-se uma formação humana, psicológica e afetiva para as pessoas feridas e frágeis, que sofreram violências de todos os tipos. Seja dada também formação para o ecumenismo e a interculturalidade.
2. FORMAÇÃO DO CLERO MISSIONÁRIO
A Igreja conseguirá cumprir bem sua missão formando bem seus presbíteros. Por isso recomenda-se que a formação dos sacerdotes contenha uma formação prática e uma experiência direta de trabalhos pastorais, além dos estudos acadêmicos. É necessário que todo seminarista faça uma experiência como catequista e missionário. Não se pode perder de vista que os padres são formados para a Igreja e para o mundo e não só para a diocese ou congregação. Todos os formandos para o sacerdócio devem fazer uma experiência de uma Igreja em saída, ou seja, fazendo trabalhos com o pessoal de rua e visitas de casa em casa, ir às prisões, hospitais, etc.
3. VIOLÊNCIA CONTRA OS POVOS
A violência na Amazônia é praticada contra pessoas, povos, culturas e natureza. Será útil a criação de um Observatório Internacional e Centros de Direitos visando demarcação, proteção e direitos garantidos pela Constituição e Convenção 169 da OIT. A Igreja invista na formação de agentes de pastoral e lideranças para capacitá-los aos enfrentamentos dos desafios das violações dos Direitos Humanos e da natureza. Também o Estado seja cobrado para que realize políticas públicas em relação aos povos originários. A defesa dos povos e da natureza deve ser uma ação eclesial e não apenas uma pastoral. Por isso as pastorais sociais devem ser eclesiais e caminharem dentro da pastoral de conjunto e não paralelamente. As coisas boas que a Igreja faz através das pastorais sociais devem ser mais divulgadas.
4. VIOLÊNCIA CONTRA AS PESSOAS
Em relação à violência contra as pessoas é necessário que se dê voz e proteção aos violentados. O tráfico de pessoas deve ser combatido e a Igreja não pode ficar omissa. As paróquias criem espaços seguros para crianças, adolescentes e vulneráveis. Exigir que sejam respeitados os Estatutos da Criança e Nascituro. Os católicos sejam incentivados a participarem nos Conselhos Municipais. Seja assumido um trabalho de prevenção junto às crianças, adolescentes ao abuso sexual, tráfico de pessoas, narco tráfico e femicídio. Proteção dos defensores dos direitos humanos e da natureza.
5. CULTURAS
“O desaparecimento duma cultura pode ser tanto ou mais grave do que o desaparecimento duma espécie animal ou vegetal” (Laudato Sì 145). Esta é uma exortação para que se respeite e se defenda todas as culturas, mas não se pode deixar de anunciar o evangelho. O Sermão da Montanha é uma proposta insuperável, que deve ser apresentada em todas as culturas. O Etnocídio seja combatido porque mata a cultura e o espírito. Por isso, o missionário se despoje de toda mentalidade colonialista e respeite os costumes, ritos, crenças, hábitos das pessoas daquela cultura.
Natureza
A humanidade caminha para o reconhecimento da natureza como sujeito de direito. A visão antropocêntrica utilitária está superada, o que significa dizer que os humanos não pode mais submeter os recursos da natureza a uma exploração da natureza ilimitada que colocam em risco a própria humanidade.
O projeto de vida de Deus nos solicita um relacionamento conosco com os outros, com a criação e com Deus. É fundamental promover a dignidade humana e o bem comum da sociedade e o cuidado ambiental (Laudato Sì 137-142).
a) Propondo linhas de ação institucionais, que promovam o respeito pelo meio ambiente.
b) Projetando programas de formação formais e informais sobre o cuidado da Casa Comum para seus agentes pastorais e seus fiéis, abertos à comunidade inteira em “um esforço de formação das consciências da população” (LS, 214), com base nos caps. V e VI da Encíclica Laudato Si’.
c) Denunciando a violação dos direitos humanos e a destruição extrativista.
d) Criação do ministério dos guardiões da casa comum.
6) PIEDADE POPULAR NA AMAZÔNIA
Devido à grande importância da piedade popular, recomenda-se que:
a) As manifestações com a qual o povo expressa sua fé, mediante imagens, símbolos, tradições, ritos e outros sacramentais sejam apreciadas, acompanhadas e promovidas;
b) As festas patronais sejam aproveitadas como momento privilegiado de evangelização e direcionadas para o mistério de Cristo;
c) As devoções populares sejam iluminadas com a Palavra de Deus;
d) “Deve ser dada uma catequese apropriada que acompanhe a fé já presente na religiosidade popular. Uma maneira concreta pode ser oferecer um processo de iniciação cristã … que nos leva a nos assemelhar cada vez mais a Jesus Cristo, provoque a apropriação progressiva de suas atitudes” (DAp, n. 300);
7) VIDA CONSAGRADA NA AMAZÔNIA
Desde os primórdios da colonização da Amazônia, a vida religiosa sempre teve um papel de destaque na obra da evangelização dos povos amazônicos. Foram aos mais longínquos e inóspitos recantos. Milhares de consagrados, com idealismo e empenho, gastaram suas energias e entusiasmo de juventude pela causa do Reino.
Os religiosos/as cheguem com o coração desapegado e livre para que possam se inserir na realidade local com suas exigências, como por exemplo: aprender línguas, práticas religiosas e culturais.
É de fundamental importância que as Congregações Religiosas voltem a fundar comunidades missionárias estáveis nas aldeias indígenas, destinando consagrados para que possam se inserir por inteiro na cultura e evangelizarem com eficácia. Os religiosos e as religiosas devem dar sua disponibilidade para compartilhar a vida local com coração, cabeça e mãos.
Os consagrados enriqueçam com o próprio carisma a vida eclesial.
8)JUVENTUDE
A juventude compõe uma grande parcela da população amazônica e merece uma atenção especial por parte da Igreja. Em primeiro lugar recomendou-se aplicar as conclusões do Sínodo da Juventude. Mas também se constatou que a Igreja deve ir mais ao encontro da juventude nas escolas e mesmo de casa em casa. As paróquias ofereçam um acompanhamento aos jovens contando principalmente com leigos preparados para isto. Devem criar oratórios e centros juvenis de lazer e artísticos (teatro, música, dança, etc). Aproveite-se dos meios de comunicação e das redes sociais. Dê-se ênfase à pastoral juvenil, escolar e universitária.
Migrações e cidades
A maior parte da população está na cidade. Portanto, a pastoral urbana é um grande desafio. A Igreja deve estar em estado permanente de acolhida e anúncio. Incentivar a agricultura familiar, a etnoecologia e geração de renda.
Exigir perante os poderes públicos que respondam às necessidades das políticas públicas urbanas, rural e indígena.
Exigir que seja feita a consulta prévia e livre e informada junto aos povos diante das obras e projetos que promove agravante impactos migratório e socioambientais devido ao modelo econômico.
Constituir equipes missionárias de maneira coordenada para que possam atender e acompanhar os migrantes nas áreas urbanas.
Além da pastoral indigenista, fortalecer a pastoral indígena, e incentivar centros de saúde indígenas.
Ministérios
Reafirmamos o valor do celibato e a necessidade de um maior empenho na pastoral vocacional. Consideramos essencial a valorização dos ministérios existentes e a instituições de novos ministérios conforme as necessidades.
A escuta realizada previamente ao Sínodo manifestou o desejo de conferir a ordenação presbiteral aos viri probati, assim como o ministério da diaconia para mulheres. Esses dois pontos pedem um posterior amadurecimento e aprofundamento.