Iglesia celebra la ordenación de once diáconos permanentes
Periodista: Magdalena Álamos
La ceremonia se realizó este sábado en la Catedral Metropolitana y fue presidida por monseñor Alberto Lorenzelli, quien en su homilía les dijo que «Dios los ha llamado para ser hombres portadores de un mensaje de esperanza, para ser hombres de justicia y de paz».
A las 10 horas en punto comenzó la Misa Solemne en la que Moisés Adriazola, Ulises Araya, Luis Escobar, Roberto Fernández, Alexis Landaeta, Ricardo López, Raúl Maffet, Sergio Picón, Francisco Riquelme, Gastón Segura y Darwin Véliz, fueron ordenados diáconos permanentes de la Iglesia de Santiago.
En la ceremonia, durante su homilía, el obispo Alberto Lorenzelli les dijo: «Dios los ha llamado para ser hombres portadores de un mensaje de esperanza para sus propias familias y para la comunidad a la que van a entregar su vida«. Y añadió: “Los ha llamado para ser hombres de justicia y de paz en el ambiente que estamos viviendo. Los llama a la santidad en esta vocación«.
Además, se refirió especialmente a las familias de los nuevos diáconos: “Mucho agradece esta Iglesia de Santiago la generosidad de sus esposas e hijos. Que, no con poco sacrificio, quieren compartir con ustedes su vocación y su ministerio. A ustedes expresamos nuestra sincera gratitud, cariño y oración«.
Un proceso largo
Se suponía que la ordenación se iba a realizar en agosto de 2020, pero la pandemia no lo permitió, por lo que el grupo debió esperar un año más para esta anhelada ceremonia. Según explicó el diácono Raúl Maffet, por lo general para ser ordenados diáconos los candidatos deben prepararse durante seis años, pero en este caso fueron siete. “Ha sido un proceso largo porque se nos interrumpió un poco por la pandemia, pero al mismo tiempo ha sido vivificador y formativo, porque nos hace pensar que el Espíritu Santo a veces suscita estas pruebas, que nos permiten también fortalecer nuestro carácter y docilidad para que el Señor haga de nosotros verdaderos servidores para él y no para nuestra propia voluntad”, afirmó.
Asimismo, el diácono Darwin Véliz dijo que tuvieron “muchos problemas en el camino”, pero que “con la gracia y misericordia de Dios» están «al servicio de toda la Iglesia de Santiago y nuestros hermanos”.
Al ser interrogado sobre cuáles son los desafíos que tienen por delante, el diácono Maffet respondió: “Suscitar más vocaciones y llevar el Evangelio porque hay mucha gente que lo necesita. Vemos que nuestro país y el mundo están con mucha convulsión y es porque se ha alejado de la palabra del Señor. Por lo tanto, nosotros estamos llamados a ir para allá con fortaleza, tenemos que dar nosotros razón de nuestra felicidad y de nuestra esperanza”.
Un diácono permanente es un servidor de la Iglesia que tiene las facultades para bautizar, presidir el sacramento del matrimonio y ritos funerarios. También puede proclamar el Evangelio, predicar y asistir en el altar, entre otras cosas. Por el contrario, no puede dar la unción a los enfermos ni confesar.
Cabe recordar que la orden diaconal confiere un carácter espiritual indeleble. A diferencia de los diáconos transitorios, que se otorga a quienes más adelante serán ordenados presbíteros, el diácono permanente puede estar casado.