Escuela Diaconal Arquidiócesis de Bogotá, Colombia: La formación y ámbitos del diácono permanente

El propósito principal de la formación: testimoniar y de dar razón de la fe

Monseñor Juan Álvaro Zapata, director de la Escuela Diaconal de la arquidiócesis de Bogotá, habla de la esencia, del ADN del diácono al servicio de la Iglesia

Escuela Diaconal (ED): El diácono permanente es un testigo de Cristo y se configura para su servicio desde la caridad, ¿Cómo se están formando en este momento los estudiantes que aspiran llegar al diaconado permanente en la arquidiócesis de Bogotá?

Monseñor Juan Álvaro Zapata (MJAZ): A lo largo de estos 25 años, la escuela de diaconado permanente de la Arquidiócesis se ha actualizado para responder a las exigencias de la Iglesia y del mundo. Los estudiantes se están formando para ser testigos autorizados de Cristo en medio del mundo, de la Iglesia y para anunciar a Cristo. Se tienen que formar para una mayor adhesión a la persona de Cristo. No estamos formando profesionales en teología ni profesionales en sagradas escrituras. Estamos formando testigos de Cristo, personas adheridas, configuradas en la persona de Cristo.

Trabajamos para una formación espiritual sólida y una experiencia de encuentro con la palabra. Se preparan en una formación académica intelectual y en la reflexión más profunda de la sagrada escritura para llevar el anuncio completo a la comunidad. Para que puedan ser eficaces servidores de la Iglesia y constructores de ese Evangelio en los ambientes donde sean enviados. El propósito principal de la formación: testimoniar y dar razón de la fe.

(ED): Monseñor Juan Álvaro nos habló también de los ámbitos en que sirven los diáconos de la arquidiócesis:

(MJAZ): En el de la caridad y del servicio a los más vulnerables, el papa Francisco nos ha invitado a descentrarnos, a salir de la autorreferencialidad. Se nos ha olvidado, en ocasiones, salir a otras realidades, a otros espacios, tocar puertas que no nos atrevíamos a tocar. Jesús siempre entró a lugares donde la cultura no entraba. Lugares que parecían campos minados, para llevar esperanza; una manifestación de Dios; misericordia, amor. Esos ámbitos son: El penitenciario, migrantes, mujeres explotadas sexualmente. Lugares donde transitan los más vulnerables. Niños, pobres, gente que vive en la miseria; habitantes de calle, los enfermos, los ancianos.

Debe ser predicador de la Palabra, con autoridad, en comunión con la Iglesia. Celebrando con la comunidad la experiencia de la fe.

(ED): Ante el planteamiento, muy a diferencia de la concepción que tienen las personas, no está formado únicamente para estar en el Templo o en el Centro Parroquial.

(MJAZ): Absolutamente no. La originalidad del llamado al Diaconado Permanente en Hechos de los Apóstoles, exclusivamente se le llama al servicio a las mesas y el servicio a las viudas. El Diácono tiene que ser anunciador de la Palabra. Celebra, también, algunos sacramentos para avivar en la fe a los hermanos, para acompañar el proceso creyente, pero también tiene que ser ese enviado que sirve en la calle en las realidades que hemos enunciado.

El Diácono no es simplemente un agente social. Es un evangelizador. Lo va mezclando con su quehacer pastoral y social.

De esta manera, monseñor Juan Álvaro Zapata respondió acerca de la magnitud de este ministerio de la Iglesia, que está puesto al servicio de la Caridad, el servicio de las mesas y testimonio del Evangelio. En una próxima entrega, monseñor Zapata ampliará información sobre este ministerio, para conocimiento de nuestra feligresía.

Fuente: El Catolicismo

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