Presentación del libro de Enzo Petrolino por parte del subsecretario de la Congregación para el Clero, Mons. Andrea Ripa

DIÁCONOS sin fronteras. Prioridades y desafíos para un ministerio de fraternidad

Presentación

El Santo Padre Francisco, en su discurso a los sacerdotes y consagrados, el 25 de marzo de 2017 en Milán, definió a los diáconos como «guardianes del servicio en la Iglesia». En efecto, es enteramente
ministerial, en la medida en que está llamado a seguir los pasos de Jesús, que «no vino para ser servido, sino para servir y dar la vida» (Mc 10, 45). Todos los cristianos, por tanto, son discípulos de Cristo Siervo, quien, dando testimonio del amor del Padre, «anduvo beneficiando y sanando a todos» (Hch 10, 38).

Recordar que la actitud de servicio es una dimensión constitutiva de la Iglesia, la enseñanza del Nuevo Testamento y la praxis de la comunidad cristiana se concretaron en un grado específico del
sacramento del orden, el diaconado, ejercido también en su forma permanente, por personas que consagran su vida a la práctica y testimonio de la caridad. Son, por tanto, signo y profecía de una forma sustancial de ser para todo cristiano.

En el volumen del diácono Enzo Petrolino el lector encontrará un examen profundo de la identidad del diácono permanente, a partir de una lectura histórica, que permite comprender cuánto la Iglesias es una realidad viva, pasando por la profundización teológica, y siempre con los ojos abiertos a la actualidad y la experiencia concreta de los diáconos permanentes italianos.

Es reconfortante saber que su número ha aumentado con el tiempo, como atestiguan los datos estadísticos recogidos en el trabajo, pero sobre todo es alentador saber que la promoción del diaconado no se debe tanto a la falta de sacerdotes, sino más bien a la comprensión cada vez mayor por parte de la comunidad cristiana de que el diaconado permanente es una vocación específica dentro de la Iglesia.

El Concilio Vaticano II quiso «restablecer el principio del ejercicio permanente del diaconado», pero, precisa el autor, no pretendía restaurar «una forma particular que el diaconado había tenido en el pasado» (Introducción).

De ahí la necesidad, a la que pretende dar respuesta esta publicación, de profundizar en la temática de esta particular forma de vida, con el fin de promover su conocimiento, difusión y eficacia, y prever una formación específica, fiel a los datos revelados y a las demandas. de contemporaneidad.

En este sentido, la Congregación para el Clero ha publicado recientemente la Instrucción «La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia»
(de 29 de junio de 2020), también citada por el Autor, en la que, en nn. 79-82, se da un amplio espacio a la figura del diácono permanente, para «salvaguardar la identidad de los diáconos, con miras a la
promoción de su ministerio», en el contexto de la nueva evangelización, como deseaba el Santo Padre Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.

El diaconado permanente, en efecto, no puede constituir un mero sustituto de la falta de sacerdotes, ni reducirse a un ministerio marginal, limitado al culto, sino que está llamado a asumir una
responsabilidad específica en cuanto al «servicio» en la Iglesia, valorando la característica de ‘ministerio» fuertemente extrovertido «, como señala el autor, que cree que es una tarea» fronteriza «, llamada también a afrontar, hoy, así como con las diferentes dimensiones de la caridad, también con los temas del ecumenismo y el diálogo interreligioso .

Además, retomando la invitación expresada por el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, el autor siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, también diácono, habla de «diáconos sin fronteras que vuelven a la vida «, con el corazón de Dios ”la experiencia del buen samaritano, para reconocer un hermano en cada hombre.

Sobre la base de los muchos años de experiencia como Presidente de la Comunidad del Diaconado en Italia, Enzo Petrolino, presentando el fruto de su estudio, ofrece a la Iglesia italiana, y no solo, la oportunidad de una reflexión renovada sobre el tema de la diaconado permanente, para potenciar el carisma vocacional y eclesial específico en la comunidad cristiana de hoy.

Espero que este trabajo fomente un mayor conocimiento y conciencia del ministerio de los diáconos permanentes y quizás también inspire nuevas vocaciones a este particular servicio eclesial.

Mons. Andrea Ripa

Subsecretario de la Congregación para el Clero

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