Ministerios confiados a los laicos

 a) Ministros extraordinarios de la Comunión


Valera, Trujillo, Venezuela, 18 de febrero de 2011 (diariodelosandes.com)

 Veamos con confianza a quienes ayudan al sacerdote a repartir la comunión, son hermanos comprometidos con sus parroquias y como buenos cristianos, en vía de perfección.

 La iglesia cristiana católica está conformada por dos grandes grupos: uno jerárquico y otro laical. En el primero están los obispos, sacerdotes y diáconos y en el segundo el pueblo santo de Dios. A partir del Concilio Vaticano II el Magisterio ha venido fortaleciendo la importancia de los laicos no solo como receptores sino como multiplicadores a través del servicio en la liturgia y en la comunidad.

 Los laicos son bautizados que no son ni obispos, ni sacerdotes, ni diáconos, por lo tanto, son MAYORÍA APLASTANTE (como se dice en los cursillos de cristiandad). La iglesia con el propósito de incorporarlos en tareas más específicas, ha creado tres ministerios con los cuales los laicos pueden participar a través de estudios y de una preparación previa: Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, Lectores y Acólitos. Nuestro Obispo Monseñor Vicente Ramón Hernández, cree en este esquema laical y ha estimulado en la Diócesis de Trujillo, la inclusión de hermanos con estos roles en las parroquias. De hecho nuestra Diócesis cuenta con más de 1500 Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, de los cuales el 80% de ellos son mujeres. Este grupo colabora con las 65 parroquias, 344 Capillas, hospitales, clínicas, centros de internado judicial, caseríos y comunidades del Estado, como apoyo a los sacerdotes.

 Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión están conformados por hombres y mujeres, que ayudan a repartir la comunión en el templo y fuera de él. Solo la distribuyen, no consagra las hostias. Estos hermanos prestan un servicio cuya ejecución no depende de su santidad, por lo que la rigidez o juicios de valor sobre la pertinencia o no de estas figuras, viene sometida solo ante los ojos misericordiosos de Dios que verá en ellos el ser humano que son: con defectos y virtudes. Si una persona puede comulgar, también puede distribuir la Sagrada Comunión ¿Qué es más delicado, comulgar o dar la comunión? Por supuesto, comulgar.

 En nuestro templo de San Pedro los MESC han crecido en número, pues de un tiempo a esta parte hemos incorporado a sus esposas (aquellos que están casados); ha sido nuestra voluntad hacerlo así pues damos con ello más consistencia a aquel sentido cristiano del matrimonio: una sola carne, una sola persona.

 No pretendamos que los ministros de la comunión no tengan problemas, ni dificultades o no hayan cometido errores o faltas, recordemos que la perfección no es cosa de hombres por lo que se necesita la ayuda de Dios, más bien hay que rezar por ellos y llamarlos a la corrección fraterna si es necesario.

 

b) Ministros lectores y acólitos

 

Valera, Trujillo, Venezuela, 25 de febrero de 2011 (diariodelosandes.com)

 

Retomamos el día de hoy el tema que el viernes pasado iniciamos relacionado a los ministerios laicales, con la intención de instruir a los fieles sobre las personas que ayudan al sacerdote, al diácono y a los obispos en las celebraciones litúrgicas, muy especialmente en la misa. En nuestro templo de San Pedro todos los días contamos con la asistencia de estos ministros que contribuyen en el desenvolvimiento de las celebraciones, dándole a éstas, orden, belleza y solemnidad.

 Los ministerios laicales son tres: Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, Lectores y Acólitos. Ya hablamos sobre el primero, que puede ser desempeñado tanto por hombres como por mujeres; el lectorado y el acolitado en cambio, es destinado sólo a varones quienes asumen estas figuras bajo previa institución del Obispo y luego de haber realizado una serie de estudios.

 El lector, es una persona que en la celebración de la Eucaristía cumple las funciones de «leer» las Escrituras, (1ra, 2da lectura y a veces los salmos y la oración de los fieles o intenciones), por lo que se empeña, no sólo en entonar y pronunciar como es debido, sino que se acerca de manera especial a los Sagrados Libros, conociéndolos de manera particular y transmitiéndolo como es debido. Los lectores son ministros que ayudan también en la catequesis y todo lo relacionado con la Palabra.

 El acolitado es un ministerio que como el lectorado requiere de una preparación pero que supera en tiempo a la del lector. Está al servicio en el altar, por lo que interactúa directamente con el obispo, sacerdote o el diácono, suministra la comunión si es necesario y puede exponer o reservar el Santísimo Sacramento pero sin dar la bendición eucarística.

 El lectorado y acolitado son ministerios laicales permanentes y para los aspirantes a diáconos o sacerdote son ministerios que obligatoriamente deben recibir.

 Los invito a rezar para que cada día tengamos más y mejores ministros, según el querer de Cristo y querer de la comunidad. Los ministros laicos se preparan permanentemente para crecer en espíritu, fortalecerse en la caridad y ser reproductores de buen proceder, si hay alguna queja o disgusto por la actuación de alguno de estos hermanos, lo mejor es comunicárselo al párroco.

 Si en cambio alguno de nuestros lectores está motivado a iniciar este camino, puede hacérselo saber a su párroco, él se encargará de orientarlo y de hacerlo llegar hasta la Escuela Diocesana de Ministros, que dirige el presbítero Rafael Peña, de la iglesia Nuestra Señora del Valle, de San Luis, o con el presbítero José Luis Navas, párroco de la Inmaculada Concepción de Motatán y Director Diocesano de la Escuela de Diáconos.

 Y si desean revisar más material relacionado con el tema busquen la Exhortación Apostólica «Christifidelis Laici», de Juan Pablo II, donde se expresa con gran lucidez, porque la iglesia, es una iglesia de laicos; asimismo el Código de Derecho Canónico, libro número 2, titulado el pueblo de Dios.

El P. Walkelys fue ordenado sacerdote en la ciudad de Valera el 30 de agosto de 1997 y ha ha desempeñado diversas funciones pastorales en la Diócesis de Trujillo, entre ellas: Vicario parroquial de la Iglesia Catedral de Trujillo, Párroco de Burbusay, Director Diocesano de la Pastoral Vocacional con sede en la ciudad de Trujillo, Asesor del Camino Neo Catecumenal.

En su formación profesional ha estudiado Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma y a su regreso a Venezuela fue designado Director de la Casa de Convivencias «Monseñor Camargo» en Trujillo.

Actualmente es Asesor Diocesano de la Renovación Carismática de dicha Diócesis

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