En el ciclo “Pastoral carcelaria sin fronteras”, el diácono permanente Edgardo Farias, argentino viviendo en Miami junto a su esposa Mónica, compartió sus experiencias como capellán en las cárceles de Estados Unidos. “A los 36 años sentí el llamado a participar un poco más dentro de la Iglesia desde el diaconado permanente en Miami. Allí comencé mi proceso vocacional acompañado por mi familia y mi comunidad parroquial que se inició formalmente tres años después. Y mientras me formaba como diácono ya visitaba las cárceles. Mi hermano estuvo preso en Melchor Romero, cárcel siquiátrica de Argentina, y eso hizo que me involucrara con la pastoral carcelaria. Hay que tener el espíritu bien alto y en comunión con Dios en este servicio. Hace 20 años coordinaba los servicios católicos en 4 cárceles del condado de Miami Dade como laico. Hoy como diácono director de la pastoral carcelaria de la arquidiócesis Miami coordino los servicios católicos en 30 instituciones entre cárceles de condado, prisiones federales y estatales y centros de detención de inmigración. En tres condados, Miami Dade, Broward y Monroe hay unas 20 mil personas privadas de libertad en esas 30 prisiones”, recalcó Edgardo.
“El estado de Florida tiene pena de muerte y es uno de los tres estados de Norteamérica con mayor cantidad de ejecuciones por año. Estados Unidos es una nación encarcelada, aquí hay casi 2 millones y medio de personas que están en prisión. Además, 2600 personas esperan ser ejecutadas en todo el país. Ya se está tomando conciencia de cambiar el sistema carcelario porque produce muchísimo problemas. Tenemos que hablar más de este tema, de lo que pasa en nuestras prisiones para solucionar el problema de la criminalidad como consecuencia del desamor social. Esto es parte del reflejo de la caída de todo un sistema, nos hace falta ir al encuentro y al diálogo, como dice el papa Francisco. Puntualmente en este tema hay que trabajar desde la prevención”, sostuvo Farías.
“La dinámica de pensamiento que usamos en la pastoral carcelaría de mi país es esta: ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué está sucediendo? ¿Qué debe suceder? Esta es tarea normativa con una lectura en clave de pastoral carcelaria al estilo del Papa Francisco en Fratelli Tutti. Y finalmente nos hemos la siguiente pregunta. ¿Cómo debemos responder? Tenemos muchísimos documentos de la Iglesia católica pero no las hemos puesto en práctica. Esto es parte de la conversión sinodal que tenemos que hacer todos como comunidad. En el mundo hay mucha polaridad”, enfatizó.
A pesar del cierre de los centros de detención y prisiones del estado de Florida, por la pandemia de coronavirus, el Ministerio de Detenciones de la Arquidiócesis de Miami sigue brindando ayuda espiritual a los encarcelados y prisioneros. Los centros de detención y prisiones han suspendido las visitas de familiares y de visitantes ajenos a las instituciones carcelarias, como los voluntarios que trabajan con los detenidos y los sacerdotes y religiosos. “Pero, el apoyo espiritual sigue llegando. No ha faltado nuestra presencia en acompañarlos suministrando biblias, rosarios, devocionales y tarjetas religiosas, que los capellanes distribuyen a quienes lo solicitan”, dijo el diácono permanente Farías, director de la pastoral carcelaria de la arquidiócesis de Miami.