Ecos del XXXIII Encuentro de diáconos permanentes de las diócesis españolas

XXXIII Encuentro de diáconos permanentes de las diócesis españolas

Se ha celebrado, en la Casa de Espiritualidad de los Carmelitas Descalzos, en Toledo, del 6 al 9 de diciembre de 2018, el XXXIII Encuentro de diáconos permanentes de las diócesis españolas. Ha sido organizado por la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y presidido por el obispo de Coria-Cáceres, Mons. Francisco Cerro, Presidente del Comité para el Diaconado Permanente de la CEE. Le han acompañado Mons. Braulio Rodríguez, Arzobispo de Toledo, y Mons. Juan Antonio Aznárez, Obispo auxiliar de Pamplona y Tudela, miembros ambos también del citado Comité. Los asistentes al Encuentro han sido unos 70, entre diáconos permanentes, esposas y presbíteros. El tema del Encuentro ha sido “El diaconado permanente y la familia”.

Mons. Braulio Rodríguez ha acogido a los participantes, expresando su alegría por haber instaurado recientemente la renovación del ministerio diaconal en Toledo, la archidiócesis primada de España, y Mons. Francisco Cerro ha subrayado la importancia de los Encuentros anuales para la formación, la espiritualidad y la convivencia entre los diáconos y sus familias.

La primera ponencia, de contenido teológico, la ha presentado Félix del Valle, profesor del Instituto Teológico San Ildefonso y director espiritual del Seminario Metropolitano. El tema ha sido “Doble sacramentalidad del diaconado permanente” y en ella ha tratado de la teología y espiritualidad del diaconado y del matrimonio, dado que la mayoría de diáconos permanentes son casados. Y cómo ambas espiritualidades han de tender a la santidad por la gracia de los dos sacramentos recibidos, los dos sacramentos del servicio.

La segunda ponencia la ha presentado el matrimonio formado por Javier Villalba, diácono y médico pediatra, y María Belén Santos, profesora, que han tratado de “La conciliación entre la vida diaconal y la familiar”. En ella han expuesto el reto que supone para un matrimonio cristiano acoger en su seno la vocación diaconal del esposo, que se ha de concretar en una vida librada al servicio eclesial y profesional con el apoyo fiel y constante de la esposa, y todo ello con el cuidado de la propia familia, Iglesia doméstica. El trabajo por grupos posterior a la ponencia ha permitido a los participantes profundizar en una problemática tan viva y tan presente en la vida y el ministerio de los diáconos casados.

La tercera ponencia ha consistido en la presentación, por parte de Miguel F. Garrigós, delegado diocesano de pastoral familiar de Toledo, de algunos conceptos clave de la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La alegría del amor) del Papa Francisco y cómo, a su luz, se ha organizado la citada delegación diocesana. Distintos miembros de la delegación ofrecieron asimismo su testimonio sobre el trabajo pastoral que desarrollan en este ámbito fundamental de la vida cristiana.

En el transcurso del Encuentro se presentaron también tres libros relacionados con el ministerio diaconal. La edición española de “El diaconado en el pensamiento del Papa Francisco. Una Iglesia pobre para los pobres” de Enzo Petrolino fue presentada por Aurelio Ortín, diácono de Barcelona, que subrayó la importancia de poder contar con esta obra que recoge el pensamiento del Papa sobre el ministerio diaconal desde sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires. El diácono de Madrid, Javier Villalba, presentó su libro “Diaconado permanente. Signos de una Iglesia servidora” y Pedro Jara, también de Madrid, “El diácono, pobre y fiel en lo poco. Meditaciones bíblicas en primera persona”.

Cada día, el trabajo ha sido iluminado por el culto y la plegaria: el rezo de Laudes y de Vísperas y la celebración de la Eucaristía han sido momentos para dar gracias a Dios por la reflexión y la convivencia.

En el aspecto cultural, el Encuentro ha disfrutado de las visitas guiadas a la hermosa ciudad de Toledo y a algunos de sus monumentos más significativos: la Catedral primada, el monasterio de San Juan de los Reyes, la sinagoga de Santa María la Blanca y la mezquita del Cristo de la Luz.

Aurelio Ortín

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