Desde 1992, cada 11 de febrero se celebra la Jornada Mundial del Enfermo, instituida por el Papa Juan Pablo II, cuyo objetivo fue “sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos “.
En diálogo con EL LIBERTADOR, el diácono permanente, José Raúl Pereyra, indicó que este día tiene “un significado muy especial esta jornada en estos tiempos de pandemia, porque pone en evidencia, nuestra fragilidad, la interdependencia de cada ciudadano y la corresponsabilidad que nos compete en el sentido de cuidarnos mutuamente”
Por otro lado, también recordó las palabras del Papa Francisco, que señaló que la “salud es un bien común primario”.
“Por eso también destaca el papa el papel de los profesionales de la salud y de los cuidadores de enfermos”, agregó y mencionó que “es un enfoque que nos lleva a un concepto muy particular y muy profundo a la vez que es la solidaridad entre hermanos”.
Sobre la solidaridad, el diácono expresó que es un concepto en el que “tenemos que estar de acuerdo todos”. “No importa de qué color, raza o religión es; es nuestro hermano y es hijo de Dios, todos los somos, por eso no caben diferencias ni discriminaciones”, remarcó.
“En esto de la pandemia somos todos hermanos y tenemos obligación de cuidarnos mutuamente, que implica que una buena salud es un bien común primario”, señaló.
Además, destacó el trabajo que realizan los profesionales de la salud con los enfermos: “debemos familiarizarnos y ser solidarios para ayudarlos, porque ellos también son víctimas de la pandemia”.
Y siguió: “siempre oramos por ellos, con o sin pandemia, porque sin profesionales de la Salud, solo nos queda Dios en el medio”. “Él promueve todas las acciones que nosotros hacemos, en favor de los pobres, los desvalidos, los enfermos y de los profesionales de la salud, que es un servicio muy importante y dedicado a eso que denominados a la salud como bien común primario”, agregó.
“Tenemos que ser solidarios, cuidarnos entre nosotros. Esto exige responsabilidad en la comunidad. Ser responsables para no cometer errores que después terminan en desgracias”, concluyó.
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