Diaconía con los jóvenes: abriendo los ojos para renovar la opción por la fraternidad y los excluidos.

Diác. Gonzalo Eguía
Coordinador de Servir en las periferias
Bilbao, España, 8 de agosto de 2019

En el hemisferio norte estamos en verano, tiempo de descanso para tomar fuerzas de cara al próximo curso. Las noticias diaconales no son muchas, por lo que me tomo la licencia, con vuestro permiso, de abrir mi corazón y comentaros mis últimas vivencias pastorales.

Acabo de llegar de las actividades de acompañamiento en la pastoral con jóvenes de nuestra Unidad Pastoral. Durante doce días acompañé a 70 jóvenes en una experiencia de oración en la ciudad italiana de Asís, tras un trabajo durante el curso conociendo e interiorizando la persona y el mensaje de San Francisco. Después tomé parte en el campamento con 120 niños, adolescentes y jóvenes. Por último, hasta ayer, he acompañado a 20 jóvenes en una experiencia de voluntariado en Rabat, Marruecos, en un orfanato y con niños, jóvenes y adultos -mujeres y hombres- del África subsahariana que emigran hacia Europa.

Al hacer balance de este intenso mes, teniendo en cuenta el ministerio diaconal que ejerzo, me gustaría comentar dos convicciones profundas, que estoy seguro compartiréis los hermanos diáconos y esposas que trabajéis pastoralmente con jóvenes.

En primer lugar, la firme persuasión de que acompañar en la fe a los adolescentes y los jóvenes es una diaconía de primer nivel. Supone reconocer el papel protagonista que en esta pastoral la juventud, al ser sujetos y agentes de la misma. Subrayar la relevancia de esta diaconía tanto por lo que supone el acompañamiento y el ofrecimiento de la propuesta del encuentro personal con Jesús y la respuesta de la fe -que muchos reciben como una bocanada de aire fresco para su existencia, abriéndoles una nueva visión para sus vidas-, como por lo que supone la interpelación de la juventud para la fe de los adultos. Sus cuestionamientos, sus preguntas, sus ilusiones y esperanzas, en muchas ocasiones tienen claras y firmes referencias con el Evangelio. Acompañar a la juventud rejuvenece siempre la fe de los adultos, haciéndola más viva y comprometida.

En segundo lugar, la sintonía de la juventud con las inquietudes más profundas de la Buena Notica del Señor Jesús. De forma especial, en esta ocasión, dos sintonías que tienen que ver con el corazón del Evangelio: la convocatoria a la construcción del Reinado de Dios en favor de la fraternidad universal -llama la atención la empatía de la juventud con el llamado “Espíritu de Asís”-, y la preferencia de Dios por los excluidos y más débiles, que en los proyectos de voluntariado en Rabat, tenían rostro de hermano y hermana negra subsahariana que tras miles de kilómetros de emigración buscan un mundo mejor, aun a riesgo de perder sus vidas en los desiertos, los mares o los muros de occidente. La juventud no tienen dificultad para reconocer en quienes viven la exclusión y la marginación el rostro del Señor, tampoco para comprometerse en la convocatoria a vivir hoy la experiencia del buen samaritano.

Es verdad que he vuelto de las experiencias cansado, mentiría si dijera lo contrario, pero renovado, esperanzado e ilusionado por el proyecto del Resucitado. Por esta razón invito a que sean cada vez mas los diáconos que recorran el camino de la pastoral con adolescentes y jóvenes.

Con la juventud y en ellos he visto el rostro del Señor. Me han ayudado a abrir los ojos para renovar la fraternidad y la apuesta por los excluidos de nuestro mundo. En el compromiso que cada joven ha tenido con los más excluidos he visto el rostro del Dios encarnado. Por cada joven, así como por los preferidos de Dios, le agradezco esta nueva experiencia espiritual que he vivido.

El Sínodo de la Amazonía sigue aportando noticias. Recogemos dos, la del pastoralista brasileño Agenor Brighenti, que en la larga entrevista que aportamos habla de la posibilidad del presbiterado de casados en toda la iglesia universal, haciendo un paralelismo con la implantación del diaconado en su momento para toda la Iglesia. Y la de Moseñor Erwin Krauler, obispo emérito de Xingú, en Brasil, en la que comenta que «al menos el diaconado femenino, eso es lo que esperamos del Sínodo de la Amazonía».

Desde Uruguay recibimos la entrevista realizada a Dartinelli Moreira, nuevo Secretario Nacional del diaconado permanente en aquel país, que habla sobre la vocación diaconal.

En relación con los testimonios diaconales destacan el del diácono Gustavo Wattson en su décimo aniversario de ordenación, el del diácono Joe Calvert, el del diácono Luis Enrique Álvarez Figueira, así como la crónica de la condecoración otorgada al diácono René Alvarado y su esposa María Ponce en Santiago de Chile, y el link del programa de “Personas y Testimonios”, que el programa 53 dedica a la “Diaconía” en su segunda entrega.

En relación con nuevas diaconías, con motivo del día de la pastoral en la carretera en España, aportamos dos experiencias, la entrevista al diácono Higinio Méndez responsable de esta pastoral en la diócesis de León, y el proyecto de acompañamiento a familiares que han perdido seres queridos en accidentes de tráfico, en la diócesis de Salamanca, acompañado por el diácono David González Porras.

En el apartado de “Documentos” de nuestra web hemos incorporado la Tesis de grado de Magister del diácono Miguel Ángel Herrera, bajo el título «Diagnóstico en la iglesia de Santiago de Chile: Percepciones de los diáconos permanentes sobre la catequesis».

En el área de mujer destaca la convocatoria del café mantenido por el obispo de Jundai en Brasil con esposas de diáconos, y el artículo -entre otros- del diácono portugués Joaquim Armindo titulado “La ordenación de mujeres diáconos” del diácono

Pasado mañana honramos la memoria de San Lorenzo, uno de los patrones de los diáconos del mundo, a él le ofrecemos nuestra disponibilidad de perseverar en el servicio, para que la presente al Señor, y en esta ocasión os propongo que le sumamos a todas y todos los jóvenes del mundo, que les ayudemos y nos ayuden a abrir los ojos a la Buena Noticia del Resucitado.

En nombre del Equipo Coordinador y de Redacción, un abrazo fraterno.

Gonzalo Eguía

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