Diác. Miguel Ángel Herrera Parra
Referente Nacional del CIDAL en Chile
Santiago, Chile, 27 de julio de 2012
miguelangel.herreraparra@gmail.com
Nuestra Iglesia de Santiago, celebra, reflexionando,
con el clero, junto al laico, va discerniendo y orando.
Con pastores renovados, para anunciarle al mundo,
que, de Dios, somos amados, con su abrazo, fiel, profundo.
Testimonios convincentes, del Concilio, un gran regalo,
para liberar a las gentes, con Cristo, que ahuyenta al malo.
La Dei Verbum nos exhorta, a animar con la Palabra,
bíblica, que conforta, a la humanidad y salva.
Dios dialoga y comunica, se revela en esta historia,
y el Cuerpo de Cristo, implica, somos su amada memoria.
Parroquias, comunidades, servicios y movimientos,
bebiendo de las bondades, de lectio divina, insertos.
El Espíritu Santo aviva, vitaliza a toda la Iglesia,
cristocéntrica, y motiva, pues nunca sufre de amnesia.
La Lumen Gentium, resalta, la iglesia peregrinante,
el Pueblo de Dios, que canta, su diaconía, en todo instante.
La Sacrosanctum Concilium, nos da el calor de liturgia,
celebrativa y conciente, forma su fe, en la vigilia.
Entusiasmo y alegría, proclamación preparada,
con lenguaje y armonía, creativa e inculturada.
La Gaudium et Spes, anima, a ser iglesia, en el mundo,
sabia barca, que se arrima, a dar Vida al moribundo.
De la mano de María, nuestra madre misionera,
intercesora valiente, que nos brinda su amor puro,
a evangelizar y a servir, ayer, y hoy, y al futuro,
con Jesús, que es nuestro vivir,
su corazón de carne, no es duro.