Conozca al diàcono Rafael Carmona: "Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda"

Rafael Carmona Estrada (Puente Genil-Córdoba, 1961) ha sido nombrado ecónomo diocesano por el obispo de Málaga, en España. Es audioprotesista y empresario. Casado y padre de dos hijos, recibió la ordenación como diácono permanente el 25 de junio de 2011, tras realizar sus estudios en la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos) y la formación en el Seminario Diocesano de Málaga. Ahora asume el reto de la economía diocesana. ¿Cómo llega un empresario a diácono permanente? Soy la cuarta generación […]
Ra­fael Car­mo­na Es­tra­da (Puen­te Ge­nil-Cór­do­ba, 1961) ha sido nom­bra­do ecó­no­mo dio­ce­sano por el obis­po de Má­la­ga. Es au­dio­pro­te­sis­ta y em­pre­sa­rio.

Casa­do y pa­dre de dos hi­jos, re­ci­bió la or­de­na­ción como diá­cono per­ma­nen­te el 25 de ju­nio de 2011, tras rea­li­zar sus es­tu­dios en la Fa­cul­tad de Teo­lo­gía del Nor­te de Es­pa­ña (Bur­gos) y la for­ma­ción en el Se­mi­na­rio Dio­ce­sano de Má­la­ga. Aho­ra asu­me el reto de la eco­no­mía dio­ce­sa­na.

¿Cómo lle­ga un em­pre­sa­rio a diá­cono per­ma­nen­te?

Soy la cuar­ta ge­ne­ra­ción de una fa­mi­lia de So­chan­tres (di­rec­tor del coro de una igle­sia en los ofi­cios di­vi­nos), to­dos de­di­ca­dos al ser­vi­cio de la Igle­sia des­de 1861. Hace unos 20 años, sien­do mi­nis­tro ex­tra­or­di­na­rio de la Co­mu­nión, me dis­po­nía a vi­si­tar a los en­fer­mos. Al mi­rar­los a los ojos, en la en­fer­me­dad y el do­lor, sen­tí la lla­ma­da del Se­ñor. En ese mo­men­to cam­bió mi vida.

¿Qué sig­ni­fi­ca para us­ted ser el nue­vo ecó­no­mo dio­ce­sano?

Res­pe­to, trans­pa­ren­cia y res­pon­sa­bi­li­dad. Al tiem­po que agra­de­ci­mien­to y emo­ción por la con­fian­za de­po­si­ta­da por el Se­ñor Obis­po en mi hu­mil­de per­so­na para este nue­vo ser­vi­cio a nues­tra Dió­ce­sis.

¿Se pue­de evan­ge­li­zar a tra­vés de la eco­no­mía?

Por su­pues­to. Úni­ca­men­te so­mos ad­mi­nis­tra­do­res fie­les de los bie­nes tem­po­ra­les de la Igle­sia. Los pas­to­res y los fie­les cris­tia­nos no so­mos due­ños de es­tos bie­nes, sino res­pon­sa­bles de su uso como un ser­vi­cio he­cho con amor y fi­de­li­dad.

¿En qué ta­reas dio­ce­sa­nas ha ser­vi­do como diá­cono per­ma­nen­te?

En las pa­rro­quias de San Lá­za­ro, San­ta Ma­ría de la Vic­to­ria y Cor­pus Ch­ris­ti y en la De­le­ga­ción Dio­ce­sa­na de Li­tur­gia. Des­de 2015 soy diá­cono co­la­bo­ra­dor de las pa­rro­quias de los San­tos Már­ti­res Ci­ria­co y Pau­la y San Juan Bau­tis­ta, en Má­la­ga ca­pi­tal, y de la San­ta Igle­sia Ca­te­dral Ba­sí­li­ca.

Ha ser­vi­do us­ted en di­ver­sas pa­rro­quias, ¿le si­gue sor­pren­dien­do a la gen­te que esté ca­sa­do y ten­ga hi­jos?

Mu­chas ve­ces sí. Por lo cual, le ex­pon­go lo que es la fi­gu­ra de “un diá­cono en la Igle­sia”. Por ende, ser­vi­do­res del pue­blo de Dios.

¿Cuál es su ac­ción de gra­cias a Dios en es­tos años de dia­co­na­do?

Con la mis­ma que co­men­cé hace aho­ra ocho años y siem­pre re­cor­dan­do el Sal­mo 115: “¿Cómo pa­ga­ré al Se­ñor todo el bien que me ha he­cho?”

¿Cómo con­ci­lia vida fa­mi­liar y ser­vi­cio como diá­cono? ¿Es po­si­ble?

Es sen­ci­llí­si­mo. Solo se tra­ta de po­ner al Se­ñor en el cen­tro de nues­tra vida como Igle­sia do­més­ti­ca. Son 30 años de ma­tri­mo­nio con dos ma­ra­vi­llo­sos hi­jos de 28 y 23 años. Tan­to mi es­po­sa Mar­ta como yo con­ce­bi­mos el ma­tri­mo­nio y la fa­mi­lia como co­mu­ni­dad de fe, es­pe­ran­za y ca­ri­dad. Por eso le po­de­mos lla­mar fa­mi­lia do­més­ti­ca. Cuan­do Dios ha­bi­ta en una fa­mi­lia, la fe­li­ci­dad abun­da en to­dos sus miem­bros.

 

Fuente: agenciasic.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *