A vueltas con las diaconías
Diác. Gonzalo Eguía
Coordinador de Servir en las periferias
Bilbao, España, 1 de agosto de 2020
Este mes recién terminado de julio nos ha traído la Instrucción de la Congregación para el Clero “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”. El Informativo presenta la reflexión que sobre la Instrucción hace el diácono italiano Enzo Petrolino.
La referencia directa al ministerio diaconal la podemos encontrar en el capítulo octavo que se dedicada a las «Formas ordinarias y extraordinarias de encomienda de la cura pastoral de la comunidad parroquial», concretamente los artículos 79 a 82 del apartado quinto.
En estos artículos se presenta a los diáconos como ministros ordenados, colaboradores del Obispo y de los presbíteros en la misión evangelizadora desde la triple diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad.
Con el objetivo de garantizar la identidad diaconal se recuerdan algunas referencias del Concilio Vaticano II, del Papa Pablo VI. Destacan las declaraciones del Papa Francisco, ya comentadas en otras editoriales, en las que se reclama la identidad propia, no “como medio sacerdotes y medio laicos”, evitando todo clericalismo y funcionalismo, y se reivindica el ministerio del diácono al que asigna la custodia del servicio en la Iglesia: “el servicio de la Palabra, el servicio del altar, el servicio a los pobres”. La Instrucción recuerda diversos documentos magisteriales que tratan y desarrollan este temática.
Bajando al terreno concreto de las diaconías que se pueden encomendar a los diáconos, la Instrucción afirma: “Por tanto, son muchos los encargos eclesiales que pueden encomendarse a un diácono: todos aquellos que no implican la plena cura de almas. El Código de Derecho Canónico, con todo, determina qué oficios están reservados al presbítero y cuáles pueden confiarse a los fieles laicos; mientras que no hay indicación de algún oficio particular en el que el ministerio diaconal pueda expresar su especificidad” -nº 81-. El número 82 completa este “vacío legal” sobre oficios particulares diaconales de esta forma: “En todo caso, la historia del diaconado recuerda que fue establecido en el ámbito de una visión ministerial de la Iglesia, como ministerio ordenado al servicio de la Palabra y de la caridad; este último ámbito comprende también la administración de los bienes. Esta doble misión del diácono se expresa en el ámbito litúrgico, en el que está llamado a proclamar el Evangelio y a servir la mesa eucarística. Precisamente, estas referencias podrían ayudar a identificar tareas específicas para el diácono, valorando los aspectos propios de su vocación en orden a la promoción del ministerio diaconal.
Hemos podido escuchar primeros comentarios sobre la Instrucción, también de forma explícita sobre las referencias diaconales del mismo. Algunos de estos comentarios tienen que ver, por un lado, sobre la recuperación de la Iglesia de Comunión y toda ella Ministerial que desarrolló el Concilio Vaticano II, y por otro, lo poco profética que se muestra la Instrucción al proponer servicios y ministerios propios para los diáconos, para el laicado y la vida consagrada. Pareciera como si el marco teológico en el que se asienta la Instrucción, teniendo en cuanta la realidad eclesial actual, no tiene después concreciones ministeriales que respondan a las necesidades que tiene la Iglesia hoy, y a las respuestas que cada iglesia local va dando en este campo, en el área de los ministerios laicales, y de los servicios encomendados a los diáconos.
También hay comentarios de quienes no dudan en afirmar que ese “vacío” legal del Código de Derecho Canónico, sobre oficios particulares a asignar a los diáconos, en los que puedan expresar su especificidad, ha sido precisamente una posibilidad que ha permitido a muchas iglesias locales, atendiendo a las necesidades concretas que han ido descubriendo, señalar funciones específicas a los diáconos. En este sentido, hubiera sido interesante que la Instrucción recogiera esas experiencias, como una aportación del ministerio diaconal al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia.
En cualquier caso, y en relación con lo que estamos comentando, hay dos números de la Instrucción que, seguro que tendrán una repercusión dentro del ministerio diaconal, nos referimos a los números 115 y 116. En ellos se hablan de los centros llamados “diaconías” – nº116-, que podrán ser encomendados “a un vicario parroquial, o también, de modo especial, a uno o más diáconos permanentes, que tengan responsabilidad y los gestionen, eventualmente junto con sus familias, bajo la responsabilidad del párroco”, cuyo proceso de creación viene recogido en el número 115. Nos viene a la memoria la justificación teológica y las experiencias prácticas que al respecto se han venido realizando en varios lugares del mundo, de forma especial en Brasil, y de las que el diácono José Durán y Durán ha reflexionado ampliamente.
Adjuntamos las declaraciones que ha realizado el miembro de la nueva Comisión pontificia sobre el diaconado femenino, el presbítero español Santiago del Cura.
La pandemia de Covid 19 sigue avanzando a nivel mundial, en relación con esta triste y dramática situación, hemos conocido el fallecimiento de cinco diáconos mexicanos. Setenta diáconos de Panamá han reflexionado sobre la vida diaconal en tiempos de pandemia. Ante esta situación, la Asociación Nacional de Diáconos Hispanos de los EEUU ha cancelado la Conferencia anual que tenía pensado realizar en Houston, Texas, el próximo mes de septiembre. Por último, el diácono chileno Miguel Angel Parra nos ofrece la reflexión “La “crisis” de la identidad diaconal, en medio de la pandemia”
Hemos conocido que, en Brasil, la Comisión de Diáconos de Brasil, ha formalizado la Unión de Juristas Diáconos y Esposas de Brasil.
El Informativo ofrece dos interesantes reflexiones sobre el diácono en Ecuador y España, la primera del diácono Jorge Grijalva Salazar, y la segunda de nuestra colaboradora Montserrat Martínez, las dos provenientes del Centro Internacional del Diaconado, que acaba de convocar su Conferencia Internacional de Estudios, que se llevará a cabo en Barcelona -España-, entre los días 15 y 19 de septiembre de 2021, con el tema: “El futuro del diaconado en un mundo cambiante. ¿Cómo responden los diáconos a las crisis ecológicas, económicas, culturales y sociales de nuestro mundo?”
El Informativo presenta varios noticias y testimonios de diáconos, en relación con las diaconías que estos realizan. Desde España destacan tres: el diácono, recién elegido como parte del Consejo Asesor del Consejo Episcopal en Mallorca, el diácono Ricard Rodríguez-Martos en el campo del apostolado del mar en Barcelona, y el diácono Francisco Holgado Ruiz, como responsable del economato social en Jerez. Y desde Estados Unidos, el diácono Bill Reid, como administrador de la una parroquia en Indiana, tras la destitución del párroco, y el diácono Sergio González en Joliet, que narra su historia vocacional.
En el capítulo de publicaciones, el diácono brasileño ya mencionado José Durán y Durán ha presentado el libro «Igualdade e Desigualdade – Reflexões em Quarentena».
En el área de las escuelas diaconales, el Informativo presenta el programa de formación para el diaconado de la diócesis de Phoenix en EEUU.
A quienes seguís este medio Informativo deseamos haceros llegar nuestra cercanía y apoyo en estos duros momentos de pandemia, de forma especial a quienes vivís en vuestras propias vidas la cercanía de la enfermedad, y a quienes estáis dedicándolas al servicio de los demás, que San Lorenzo, nuestro patrón, al que vamos a recordar dentro de unos días en su fiesta, nos ayude a renovar nuestro seguimiento del Señor Jesús.
En nombre del Equipo Coordinador y de Redacción, un abrazo fraterno.
Gonzalo Eguía