«Vete a hablarle de derechos humanos a un parado de larga duración»

José Ignacio Urquijo es sociólogo, profesor y diácono

Juan Domingo Fernández (hoy.es)

Extremadura, España, 12 de febrero de 2011

 

Vasco de nacimiento y enamorado de Extremadura, durante años fue el único diácono permanente de la región y el más joven de España. José Ignacio Urquijo es Referente Diocesano del CIDAL  en Coria-Cáceres, España

 

A pesar de su aspecto formal y de la seriedad de su discurso, José Ignacio Urquijo deja brotar espontáneamente una vena humorística que salpica la conversación. Delegado de Educación y Enseñanza en el nuevo equipo que designó en 2008 el obispo de Coria-Cáceres, en su experiencia conviven la fe religiosa y el compromiso social.

-¿Es aficionado a los juegos de azar?

-No. Me cuesta comprar la lotería de Navidad. Me gustaba jugar mucho al mus.

-Como buen vasco…

-Sí, pero aquí también hay muy buenos jugadores, ¡eh!

 -¿La política directa le ha tentado alguna vez?

-Mucho.

 -¿Y no ha caído?

-No he caído todavía. [Risas]. Hay una tradición política en mi familia desde hace mucho tiempo. Mi hermano es político en activo en el País Vasco, mi hermana lo ha sido, mi abuelo lo fue, tengo amigos muy metidos en la política, en distintos partidos también…

-¿Y en su familia se dan orientaciones diversas?

-Hay un par de orientaciones, no demasiadas.

 -Habrá algún nacionalista…

-Alguno hay, pero los tenemos muy controlados. [Risas]. Y sí me tienta la política. Porque la acción política busca la transformación del ser humano y sobre todo en sociedad. Para mí es un punto muy importante de mi programa como cristiano. Aparte, creo que hemos dejado mucho la política en manos de políticos profesionales. Hay una cierta partitocracia, pero no porque haya sido buscada directamente por la gente de los partidos políticos, es que los hemos abandonado.

 -Quizás porque ha renunciado la sociedad civil ¿no?

-Es que en España renuncia la sociedad civil, renuncia a participar en tantas y tantas organizaciones como son las sindicales, las oenegés, las de jóvenes, las culturales, las políticas… Si no hay, quedan cuatro en cada cosa que son los que tienen que funcionarizarse para que esto funcione. Luego nos quejamos, ¡pero si no participas! Si no votas… es legítimo no votar, pero entonces no te quejes mucho. Si no trabajas… Los movimientos sociales están muy poco nutridos por la sociedad, pero todos.

 -En 1998, cuando tenía ya dos hijos, se convirtió a los 38 años de edad en el único diácono permanente de Extremadura y en el más joven de España.

-Así es. No fue buscado. Yo había estado a mediados de los ochenta en el ámbito de la cooperación como misionero católico seglar, donde conocí y me casé con mi mujer, que es cacereña. Ese es el motivo de que esté aquí, en Cáceres, que es mi ciudad de adopción y mi tierra, porque yo soy de Llodio, a doce kilómetros de Bilbao y toda mi vida y mis estudios han sido en Bilbao.

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