Santos diáconos del mes de Octubre

 San Romano el Meloda. 1 de octubre.
FormatFactoryMelodaFue uno de los más grandes himnógrafos griegos, llamado «el Píndaro de la poesía rítmica». Vivió entre los siglos V y VI, que son considerados como la «Edad de Oro» de la himnografía bizantina.
La principal fuente para conocer información sobre la vida de Romano es el Menaion de octubre. Además de dicho santoral, sólo es mencionado en otras dos fuentes antiguas; una es el poeta del siglo VIII San Germán y la otra es en la Suda, donde es llamado «Romano el melodista». A través de estas escasas fuentes sabemos que nació en una familia judía en Emesa (hoyHoms) o en Damasco, ambas en Siria. Fue bautizado siendo un niño (aunque no se sabe si sus padres también se convirtieron) y posteriormente se mudó a Berytus (hoy Beirut), donde fue ordenado diácono en la iglesia de la Resurrección.
Posteriormente se mudó a Constantinopla durante el reinado del emperador Anastasio (con respecto a si fue Anastasio I (Bizancio) (491-518) o Anastasio II (emperador) (713-716), el reconocido estudioso de Bizancio, Karl Krumbacher, favorece al primero.1 ) En Constantinopla sirvió como sacristán en la «Gran Iglesia» (Santa Sofía), residiendo hasta el final de sus días en el Monasterio de Kyros, donde fue enterrado con su discípulo San Ananías.
Si quienes creen que vivió durante el reinado del primer Anastasio tienen razón, entonces pudo haber continuado escribiendo durante el reinado del emperador Justiniano (527-565), quien a su vez fue un escritor de himnos; esto querría decir que fue contemporáno de otros famosos himnógrafos bizantinos Anastasio y Ciriaco.
 
San Francisco de Asís, Fundador. 4 de octubre.
FormatFactoryfranciscoNace en Asís en 1182. Tras su conversión en San Damián y renunciando a los bienes materiales se dedicó a llevar una vida ejemplar de pobreza, que al ser seguido por muchos de sus contemporáneos, le llevó a establecer una nueva orden, con tres ramas,  masculina, femenina (clarisas) y laical (tercera orden franciscana). El Papa Inocencio III, que aprobó la regla de los franciscanos, quiso que San Francisco fuese ordenado, pero el “Poverello” que nunca se consideró merecedor de ser sacerdote, accedió a ser ordenado diácono por el Papa y siguió siéndolo hasta su muerte en la Porciúncula en 1226.
 
Conocemos de San Francisco, que ejerció el diaconado, porque el obispo de Asís, le dio permiso para dirigir espiritualmente a Santa Clara y además por el tierno relato del “Primer Belén”, cuando ejerció el diaconado predicando la Noche Buena en que se inició la costumbre de los belenes.
 
San Meinulfo de Paderborn. 5 de octubre.
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En Paderborn, de Sajonia, san Meinulfo, diácono,  construyó y enriqueció el monasterio de Böddeken, confiándolo a una comunidad de vírgenes. c. Ahijado de Carlomagno; era diácono cuando fundó la abadía de Bödeken en Westfalia, y que cedió a una comunidad de vírgenes. Murio en el año 857 en Paderborn.
 
 
 
San Ywio de Bretaña. 6 de octubre
Según una leyenda local, Ywi fue un diácono y monje, discípulo del gran san Cutberto(obispo de Lindsfarne o Isla Santa), en el Mar del Norte, donde en el siglo VII se habían establecido los misioneros de Iona. Ywi emigró en el 625 a Britannia (o Bretaña, en el norte de Francia). Su nombre aparece el 8 de octubre en los antiguos calendarios ingleses, y sobre todo en el «Salterio de Bosworth», donde se lo asocia normalmente a la abadía de Wilton, cerca de Salisbury (Inglaterra), que alrededor del año 1000 afirmaba poseer las reliquias del «obispo Ywig».
De su vida no sabemos más que fue monje de gran espiritualidad, apóstol de la región, alerta en las verdades de la fe. Su culto era y es profesado en Inglaterra y Francia, dando da su nombre a cuatro parroquias. En la misma Francia, en Bretaña, se acostumbra empapar la camiseta de los pequeños en un manantial que fluye bajo el altar de San Ywi, para la curación de los cólicos infantiles.
 
San Eleuterio de París  mártir. 9 de octubre.
FormatFactoryeleuterioCayó preso en compañía del sacerdote Rústico y San Dionisio, primer Obispo de París, durante la persecución de Decio. Los tres fueron decapitados el 09 de octubre de 258. Los cristianos rescataron sus cadáveres del río Sena y les dieron sepultura. Una capilla, construída sobre la tumba, llegó a convertirse en la Abadía de San Dionisio.
 
 
San Felipe de Cesarea. 11 de octubre.
FormatFactorycesareaConmemoración de san Felipe, uno de los siete diáconos elegidos por los Apóstoles, que convirtió a los samaritanos a la fe en Cristo, bautizó al eunuco de Candace, que era la reina de los etíopes, y evangelizó todas las ciudades por las que pasaba hasta llegar a Cesarea de Palestina, donde, según la tradición, descansó en el Señor.
 
 
San Papilo 11 de octubre
En Pérgamo, en la provincia romana de Asia, en la actual Turquía, santos mártires Carpo, obispo de Tiatira, Pápilo, diácono, Agatónica, hermana de Pápilo, y otros muchos que, por la dicha de expresar su confesión cristiana, fueron coronados con el martirio. († s.II).  Fue detenido junto con su obispo San Carpo y llevados ante el gobernador romano en Pérgamo (actualmente Turquía) donde se les ordenó rendir culto a los dioses paganos. Al negarse fueron torturados y quemados vivos. No se sabe exactamente si su martirio ocurrió durante la persecución de Aureliano o de Decio.
 
Santos diáconos de África, mártires. 12 de octubre.
Se desconoce sus nombres. Son parte de 4966 mártires a manos de los Vándalos. Santos mártires y confesores de la fe, que el año 486 murieron en la persecución desencadenada por los vándalos en África, donde, por mandato del rey arriano Hunerico, obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia de Dios, junto con una muchedumbre de fieles, en odio a la fe católica fueron confinados en un horrible desierto, mientras algunos otros consumaban su martirio en medio de variados tormentos, como los obispos Cipriano y Félix, invictos sacerdotes del Señor
San Opilio de Piacenza. 12 de octubre.
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En Piacenza, ciudad de la Emilia, Diacono s. V.
 
 
 
 
San Próculo de Pozzuoli. 18 de octubre.
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Santos Próculo, Euticio y Acucio. Próculo era diácono y sus dos compañeros eran laicos cristianos. Los tres fueron martirizados en el Foro Vulcano de la ciudad de Pozzuoli (Campania, Italia), en el siglo IV, por ser cristianos y en particular por haber protestado contra la condena a muerte de san Jenaro y de sus compañeros.
 
 
San Elophe de Domremy, mártir. 16 de octubre.
Martir en Lorena del siglo IV. Irlandés o escocés, martirizado en Toul, reliquias trasladados a Colonia en el siglo décimo.  San  Elophe el primer mártir Lorena y uno de los personajes más antiguos conocidos de nuestra historia religiosa … Elophe hombre una vez sin miedo, no duda en proclamar públicamente, a hablar en las asambleas y en Gran a Solimariaca, donde opera numerosas conversiones. Su celo incluso conlleva la destrucción de los ídolos paganos. Encarcelado, comparezca ante Julien Apóstata. El emperador multiplica promesas, tentaciones y amenazas, pero en vano, hacer abjurar, y finalmente condenado a la decapitación … (de la historia de los santos de los Vosgos, el trabajo de Canon Lawrence «Ellos son nuestros antepasados «- La diócesis de Saint Die)
San Hermete de Adrianópoli, mártir. 22 de octubre.
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En Adrianópolis, en Tracia, santos mártires Felipe, obispo de Heraclea, y Hermetes, diácono. El primero de ellos, Felipe, al pedirle el prefecto Justino, durante la persecución bajo el emperador Diocleciano, que cerrase la iglesia, entregase los vasos sagrados y mostrase los libros litúrgicos, le respondió que no podía dar estas cosas ni él recibirlas, por lo que, después de ser encarcelados y azotados, fueron quemados vivos en el siglo IV
 
 
San Valerio de Besançon, mártir. 22 de octubre.
En el territorio de Besançon, en Germania, san Valerio, diácono de la iglesia de Langres, al que dieron muerte unos paganos. 407.
Arcediano que fue compañero de martirio de san Desiderio de Langres. Mártir en Langres por los vándalos.
 
San Severo, dia 22 de octubre:
FormatFactoryseveroJunto al obispo Felipe y otros dos clérigos, los santos Hermes y Eusebio, cayeron presos. Durante el juicio, que se les celebró cerca de Constantinopla, se les mandó que entregaran los libros sagrados de la Iglesia. Alnegarse a hacerlo, fueron conducidos a Adrianópolis donde fueron torturados y quemados vivos en el año 304.
 
San Martín de Vertou, abad. 24 de octubre.
En el monasterio de Vertou, en el siglo VI,  en el territorio de Armórica, en la Galia, san Martín, diácono y abad, al que san Félix, obispo de Nantes, envió para convertir a los paganos de la región.
San Martirio de Constantinopla, subdiácono y mártir. 25 de octubre.
Los Mártires Marciano y Martirio, Escribas de Constantinopla, sirvieron en una catedral de Constantinopla. Marciano fue un lector y Martirio un subdiácono. Ambos realizaban en la capacidad de escribas, es decir secretarios, para el patriarca Pablo, el Confesor (6 de noviembre).
Los herejes arrianos expulsaron y secretamente ejecutaron al justo Patriarca Pablo. Su trono se dio al hereje Macedonio. Los herejes trataron de atraer a los Santos Marciano y Martirio más a su lado por la adulación. Se les ofreció el oro y prometió consagrarse como arzobispo, pero todos los esfuerzos de los arrianos fueron en vano.
Entonces los impíos amenazaron para despotricar contra ellos ante el emperador, y trataron de intimidarlos con la tortura y la muerte. Pero los santos firmemente confesaron la ortodoxia, como fue dictada por los Padres de la Iglesia. Marciano y Martirio fueron condenados a muerte. Antes de la muerte, los mártires oraron: «Señor Dios, que has creado invisiblemente nuestros corazones, y dirigido todos nuestros hechos, acepta con paz las almas de Tus siervos, ya que morimos para Ti y somos considerados como ovejas de la masacre (Sal 32 / 33:15, 43/44, 22). Nos alegramos que por tal muerte vayamos de esta vida por Tu Nombre. Concédenos ser partícipes de la vida eterna contigo, Fuente de vida». Después de la oración de los mártires, con alegría tranquila, doblaron sus cuellos bajo la espada de los impíos (+ ca. 335).
Sus santos cuerpos fueron reverentemente enterrados por los cristianos ortodoxos. Más tarde, por decreto de San Juan Crisóstomo, las reliquias de los santos mártires fueron trasladados a una iglesia construida en su honor. Los creyentes aquí fueron curados de muchas enfermedades a través de las oraciones de los santos, a la gloria de la Una Vivificadora Trinidad.

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