Por Haití

 

Diác. Rafael A. Tejera

Miembro de la Directiva del CIDAL y Referente Nacional del CIDAL en República Dominicana

Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 20 de enero de 2010

 

La República de Haití es una historia de dolor, rechazo, abandono, olvidos, pobreza en todos los órdenes, esclavitud, enfermedades, calamidades. Ha sido desde siempre un llamado, un grito de auxilio, un clamor de misericordia. (Cf. Éxodo 3,7)

Ocupa la parte occidental de la Isla de Santo Domingo, que comparte con la República Dominicana. Tiene una extensión de 27,750 km², y una población de 10.033.000 habitantes, 361 personas por km². El 95% de los haitianos son principalmente de ascendencia africana y el restante 5% está compuesto por blancos y mestizos. El francés es uno de los dos idiomas oficiales, pero es hablado por sólo una parte de la población. Casi todos los haitianos hablan kreyòl (criollo). La esperanza de vida es de 57 años. El promedio de hijos por mujer es de 4,86 (el promedio más alto del continente americano). La tasa de crecimiento poblacional es del 2,45% por año. Tan sólo el 52,9% de la población está alfabetizada. Su población está concentrada más fuertemente en las zonas urbanas, planicies costeras y valles.

El 60% de la población es católica y tienen a la Virgen del Perpetuo Socorro como su Patrona. Además hay grupos de protestantes, y se practica el vudú.

Cuando nos instalamos en nuestros propios intereses, en la búsqueda del progreso y bienestar propio, nos puede suceder que teniendo ojos no veamos, que teniendo oídos no oigamos y endurezcamos el corazón hasta la insensibilidad y la indiferencia.

Con este tremendo y devastador terremoto del pasado martes 12 de enero, parece como si se nos diera una fuerte bofetada en el rostro de nuestra indolencia e indiferencia para que despertemos y actuemos.

El Gobierno dominicano en pleno esta trabajando a toda capacidad socorriendo, organizando, sirviendo de base de acopio y coordinación. La Iglesia dominicana ha llamado a todas las parroquias del país a hacer oración, sufragios en la Misas, colectas en dinero y en especies; y todo cuanto pueda servir en esta situación. La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) auspició un telemaratón en la tarde del pasado domingo, al cual se integró toda la sociedad; con un resultado final de más de un millón y medio de dólares en efectivo, más una gran cantidad de bienes comestibles y medicamentos.

Las ayudas internacionales están fluyendo, los medios de comunicación social han hecho el trabajo de poner en la pantalla del mundo esta enorme tragedia. Hoy día, ya nadie puede decir que no sabe dónde está Haití, quiénes son, cómo viven y qué necesidades tienen.

La Comisión Nacional de Diáconos Permanentes de la República Dominicana, se solidariza y se integra con esta enorme tarea en favor de nuestros queridos y sufridos hermanos haitianos; y a la vez pide oración, sacrificios y acciones posibles.

Los dominicanos siempre decimos: “hoy por ti, mañana por mi”. Hoy Haití nos necesita. Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." (Mateo 25,40).

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