Durante su homilía, el Arzobispo Cañizares ha pedido a los nuevos ordenados que no sean “déspotas, sino un modelo para los demás”, que no sirvan “por ganancia, sino siendo generosos; no a la fuerza, sino de buena gana”. Les ha exhortado a “ser servidores fieles, con obras y palabras, sin darse importancia”. Al mismo tiempo, les ha instado a ser solícitos “con los más pobres, con los más indefensos, con los más débiles que son explotados”. Sobre todo, atendiendo “a los necesitados de Dios”.
Igualmente, ha señalado que son “ordenados para la evangelización” porque “el mayor servicio para los demás es anunciarles que son queridos por Dios”, porque este servicio es “mucho más que una mera ayuda humana, social o psicológica”. Por eso, les ha llamado a “ser santos”, sin “tener complejos, con valentía, sin callarse ni retirarse ante el mundo”.
El nuevo diácono permanente es Francisco José España Vives.