Diác. Miguel Ángel Herrera Parra
Referente Nacional del CIDAL en Chile
Santiago, Chile, 7 de diciembre de 2011
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Ha partido de este mundo,
un diácono permanente,
que con afecto profundo,
quiso servir a la gente.
Motivado por su padre, Domingo del Álamo, supo,
aprender, como de una madre, de su Iglesia, que contuvo.
Con Margarita Barrera, su esposa, por muchos años,
misionaron, en la era, y vencieron mil engaños.
Fue sencillo y observante, sonriente y fiel amigo,
más silencioso que hablante, supo cuidar su buen trigo.
Cinco hijos libertarios, ciudadanos del milenio,
les donó su abecedario, del Amor de Cristo, en serio.
Su parroquia tan amada, por casi treinta y tres años,
supo de su fe y llamada, entre tropiezos y escaños.
Fue inspirador de otros,
sin que nunca lo quisiera,
fue testigo, entre nosotros,
y su entrega, no es quimera.
Como un fuego, él ha entibiado,
y mucha sed ha apagado,
colaborando, ha sembrado,
y hoy, humilde, ha cosechado.
Cuando pases por calle Seis,
de población San Genaro,
de Renca, sonreiréis,
pues su hogar, ha germinado.
Don Jorge es un labrador,
cual sereno campesino,
de la viña del Señor,
del pan nuestro, y nuestro vino.