Nuevo libro «Diaconía en las parras de Chile», del diácono Miguel Ángel Herrera Parra X, y último

El amor hace cambiar

Yo quisiera que mi hijo, no fuese, lo que él declara,
y esperaba que mi hijo, no sufra al lucir su cara.

Yo no lo hice homosexual, él descubrió su orientación,
no será heterosexual, no habrá rehabilitación.

Su identidad es minoría, sujeta a marginación,
sin dignidad, sin valía, expuesta a crucifixión.

Defendamos la verdad, con el más paciente amor,
y que nuestra libertad, nos haga un ser servidor.

¿Qué padre podría ser, maltratando a un ser diverso?,
¿qué autoridad puedo ser, negando este universo?.

¿Qué amor es el que te obliga, a condenar al distinto?,
¿qué amor es el que te hostiga, con cruel espada en el cinto?

¿Amamos por partes o amamos sinceros?,
¿amamos verdades o amamos silencios?.

Yo amo a mi hijo entero, en su realidad completa,
mi amor es sin condición, que sea feliz, es mi meta.

Si yo, que soy imperfecto, y que amo tanto a mi hijo,
¿cómo lo ama el Dios perfecto, el que creó, así, a mi hijo?

Preguntas razonables de hoy

Si un rico, que tiene cosas buenas y cosas malas,
debe aportar lo que es, como persona, a la sociedad,
lo que podría implicar un riesgo y una incertidumbre,
¿por qué sólo a los pobres, se les pide que tengan cosas buenas
y ninguna cosa mala, para poder vivir y desarrollarse en esta sociedad?

Si un adulto, que tiene cosas buenas y cosas malas,
debe aportar lo que es, como persona, a la sociedad,
lo que podría implicar un riesgo y una incertidumbre,
¿por qué sólo a los jóvenes, se les pide que tengan cosas buenas
y ninguna cosa mala, para poder vivir y legitimarse en esta sociedad?

Si un heterosexual, que tiene cosas buenas y cosas malas,
debe aportar lo que es, como persona, a la sociedad,
lo que podría implicar un riesgo y una incertidumbre,
¿por qué sólo a los homosexuales, se les pide que tengan cosas buenas
y ninguna cosa mala, para poder vivir y validarse en esta sociedad?

Si un chileno, que tiene cosas buenas y cosas malas,
debe aportar lo que es, como persona, a la sociedad,
lo que podría implicar un riesgo y una incertidumbre,
¿por qué sólo a los migrantes, se les pide que tengan cosas buenas
y ninguna cosa mala, para poder vivir y arraigarse en esta sociedad?

¿Eso implica que los ricos, los adultos, los heterosexuales y los chilenos, son todos “buenos”, y los pobres, los jóvenes, los homosexuales y los migrantes, son todos “malos”?

Mi acción es la que no cree

El “Padre Nuestro” infantil,
no me ayudó para nada,
rezar palabras, a mil,
no me cambió la mirada.

La oración del Padre Nuestro,
nos lleva al fiel Jesús,
maestro y hermano nuestro,
que nos salvó, con su cruz.

Si, en conciencia, yo medito,
cada palabra del rezo,
ya no miento y no repito,
ni me puedo “hacer el leso”.

Esta oración es para el día,
para toda mi jornada,
y sentir la cercanía,
de su voz feliz, amada.

Mi alma cree y espera,
la que no cree, es mi acción,
en la práctica concreta,
vivo en la contradicción.

La quiebra

Quebró el negocio, de don Alberto,
su restaurant ya se cerró,
su fuente de ingreso ha muerto,
y a nadie, nadie, le interesó.
Se fue a la implacable quiebra, con fuerte deudas, ya se asfixió,
ya no pudo pagar su renta, y de este centro, se despidió.
Es doloroso sentir sus pasos, cerrando todo a su alrededor,
se rompen mesas y vasos, y su confianza de cumplidor.
Nada ya podrá cambiar, esta quiebra tan honesta,
y nadie podrá borrar, sus años de enorme gesta.
Buen servicio a sus clientes,
sus palabras indulgentes,
su riesgo, de los valientes,
su humor en horas sufrientes.
Son largos años de historia,
que no se podrán romper,
podemos hacer memoria,
los que ahí fuimos a comer.

A nadie, nadie, le interesó,
una fuente de ingreso ha muerto,
buen restaurant se cerró,
quebró el negocio, de don Alberto.

Perdón

Perdón, por no ser, el que tú has creado,
perdón por pecar, por dejarte de lado.

Perdón, por vivir como un personaje, olvidando la dignidad que me das.
Perdón, por elegir el mal, en medio de mi bienestar.

Perdón, por mi vasta soberbia, y por escupir tu faz.

Perdón por la deuda creciente, de mi insalubre oración.

Perdón, por mil manchas, por mi falta de amor veraz.

Perdón, por mi mal testimonio, que hiere a tu Pueblo aún más.

Perdón por abandonarte, pues no te he querido alabar.

Perdón, por los mil perdones, que yo no he sabido apreciar.

Perdón, por el dolor que causo, a mí mismo y a los demás.

Perdón, por querer amordazar, a tu Espíritu que me invita a Amar.

Perdón, pues no puedo escucharte, en medio de mi ególatra paz.

Sigue caminando

Enviado, entre las personas, muy fraterno y solidario,
servidor de otras personas, es valiente y temerario.
Su opción humana se aprecia, en su humanismo cierto,
en su sencillez que arrecia, cual profeta en el desierto.
Dio su vida por su esposa, se entregó por su familia,
hoy en el cielo se goza, en su danzante vigilia.
Catequizó a matrimonios, vivió en su comunidad,
y espantó a los demonios, que matan la libertad.
Su cristianismo social,
lo expresó en sus mil abrazos,
y su opción más radical,
él la pintó en bellos trazos.
Con su baile humanizante, con su humor tan pertinente,
con su fe fiel, dialogante, con su esperanza potente.
Nuestro hoy sigue cambiando, todo se está transformando,
su amor nos va animando, su amistad nos va alentando.

Los años que nos acercan,
a Cristo, que es el camino,
las vivencias nos acercan,
a la opción de Bernardino.

La Navidad que ha pasado

La Navidad que ha pasado,
a ser, un ser renovado,
liberado de ambiciones.
La Navidad que ha pasado,
me dio mil perplejidades,
a un corazón atrapado,
en fatuas banalidades.
La Navidad que ha pasado,
me ha invitado a otras misiones,
para aquel mundo olvidado,
marginado, en aflicciones.
La Navidad me ha donado,
al mismo Cristo sonriente,
nueva luz me ha regalado,
para animar a la gente.
La Navidad me ha llevado,
al mismo Cristo insistente,
que su carisma ha donado,
para iluminar mi mente.
La Navidad me ha mostrado,
a este pueblo penitente,
que un nuevo canto ha elevado,
desde el dolor de la gente.

Deformaciones de la Navidad

¡Feliz Nadadad!, donde nada se dará,
¡Feliz Nosedad!, donde ya nada sabrán,
¡Feliz Novodad!, donde ya no hay novedad,
¡Feliz Nohumidad!, donde no hay humildad.
¡Feliz Napedad!, donde ya no hay piedad,
¡Feliz Naredad!, donde no hay realidad,
¡Feliz Nafamad!, no hay familiaridad,
¡Feliz Nacridad!, donde no hay cristiandad,
¡Feliz Nosodad!, donde no hay sociedad,
¡Feliz Noautedad!, donde no hay autoridad,
¡Feliz Nofradad!, donde no hay fraternidad,
¡Feliz Noequidad!, donde ya no hay equidad,
¡Feliz Nomiedad!, donde no existe la edad,
¡Feliz Norecidad!, ya no hay reciprocidad,
¡Feliz Noidendad!, donde no hay identidad,
¡Feliz Notrandad!, donde no hay tranquilidad,
¡Feliz Nocaldad!, donde ya no hay calidad,
¡Feliz Nobondad!, donde no existe bondad,
¡Feliz Noprodad!, donde ya no hay prosperidad,
¡Feliz Nolidad!, donde ya no hay libertad,
¡Feliz Novecidad!, donde no hay vecindad,
¡Feliz Nofedad!, aquí no hay felicidad.
¿Volvamos a la sencilla Feliz Navidad?

Por nuestro amor palpitante

Por nuestro amor palpitante, hemos creado tu vida,
como un regalo anhelante, te insuflamos esta vida.
Un pastor del buen pesebre, fue tu padre campesino,
que en su dolor, él celebre, pues perdonó a su asesino.
Tu madre es la buscadora, de la sagrada verdad,
con su alma rezadora, y que ama su libertad.

Eres un niño busquilla, que no asumió maldiciones,
que halló nuestra lucecilla, en primeras comuniones.
Comulgaste nuestro amor, al ritmo del chocolate,
dejaste atrás tu temor, en tu esperanza que late.
Vas buscando nuestro rostro, en las “Vidas ejemplares”,
de esos hijos siempre heroicos, en sus vidas serviciales.

En la más cruel tormenta, te llegó este salvavidas,
y ya perdiste la cuenta, en que curamos tu herida.
En tu soledad te abrazamos, en tu estudio te animamos,
discerniendo, te ayudamos, en tu amor, te acompañamos.
Con nuestra misericordia, te dimos alternativas,
para vencer la discordia, con buenas iniciativas.

Respondimos prestamente, cuando pediste ayuda,
para ver el bello amor, a tu lado, sin la duda.

Les enviamos de misiones, por las islas más remotas,
con tu esposa, bendiciones, y fortaleza, que notas.
Con nuestra eterna presencia, vives tu amor unitivo,
y con nuestra sabia ciencia, tu amor es procreativo.

Tu matrimonio ofreciste, que sea para nuestra Gloria,
mil lugares recorriste, testimoniando esta Gloria.
Discerniste con nosotros, tu vocación diaconal,
para servir a los otros, desde tu opción esponsal.
Que todo el mundo reciba, este espíritu de Amor,
que el excluido perciba, que existe un mundo mejor.

Somos familia de Amor, comunidad de personas,
que somos, en el amor, y les hacemos personas.
Nosotros, somos nosotros, que viven su ser, por siempre,
misericordia y valor, que les amamos por siempre.
Nosotros les ayudamos, a creer y a esperar,
con perdón les animamos, a construir y a sembrar.

Nosotros les inspiramos, cada instante de sus vidas,
a bajar su “yo” invitamos, y abandonar sus huidas,
a que sean, en nosotros, luz en la oscuridad,
una flor en el desierto, sal para la humanidad,
y podrán reconocernos, en la sencilla humildad,
en la solidaridad y en la perfecta verdad.

“Nunca te serviré”

En la elección de los hombres, de alejarse del Padre,
se halla una voz seductora, con una luz que nos arde.
“Yo me he aparecido solo” y “nunca te serviré”,
Luzbel le gritó, en su dolo, al Buen Dios, con su altivez.
Por esa astucia del Diablo, se ha presentado la muerte,
el ángel que se hizo malo, es “bello” y desobediente.
La caída de los ángeles, es su opción irrevocable,
pues, se consideran “dioses”, y Dios es el “rechazable”.
Destruyen todo lo bueno, por lujuria y por codicia,
no creen que Dios es bueno, ni en su Reino de Justicia.
Sólo creen en sí mismos, sus mentiras verdaderas,
iluminan, poderosos, con sus tentadoras “pruebas”.
La gloria de Dios respeta, esa esencial libertad,
vencer al Bien, es la meta, del Malo con su maldad.
Luzbel es el homicida, desde el principio del mundo,
que rechazó al mediador, al Salvador, más rotundo.
El poder de Satanás, nunca será infinito,
es “ángel bueno” del Mal, que detesta lo bendito.
El Reino de Jesucristo, no lo podrá impedir,
y el poder de Jesucristo, no lo puede resistir.
Aunque su acción destructora, lleve al mundo a odiar a Dios,
su seducción tentadora, nos podría llevar a Dios.
Que los humanos se salven, quiere el Señor de la Vida,
y que ellos no se salven, busca el Diablo, con su envidia.

Con amor, más allá de todo

En la tierra te cuidé, con el amor del Señor,
y por siempre te amaré, con mi espíritu y ardor.
De mi plena libertad, a tu plena libertad,
va mi solidaridad, rebosante de humildad.
Del amor glorificado, hoy te quiero animar,
de mi amor, resucitado, hoy te quiero abrazar.
Tú nunca has sido del mundo, este mundo es tu misión,
con tu cariño profundo, y toda tu buena acción.
La plenitud de la vida, es conocer a Jesús,
y la alegría de la vida, es compartir a Jesús.
Has sido enviada a este mundo, para dar tu testimonio,
de tu ser libre y fecundo, que vence al mismo demonio.
Todo lo mío es tuyo, lo nuestro es bendición,
con unidad, sin orgullo, en cualquiera dimensión.
Siempre serás mi princesa, regalona y amorosa,
la que alaba, sin tristeza, la que sirve, presurosa.
El amor que hemos vivido, no podemos esconder,
y a este familión querido, lo tenemos que encender.
Lo que tú vives, con Dios, siempre te levantará,
lo que tú hagas, en Dios, siempre te bendecirá.
Te amo y te amaré, con mi espíritu y ardor,
y alegre te cuidaré, desde el amor del Señor.
Estoy ensayando un baile, que es más hermoso que un vals,
y estoy luciendo mi traje, mi ser feliz bautismal.

Preguntas del alma

Señor, ¿tú me has abandonado,
o yo te abandoné a ti?,
¿Tú ya me has dejado de amar,
o yo no siento -hoy- tu amor?.
¿Soy yo, el que ahora quiere orar,
o eres tú el que quiere hablar conmigo?,
¿Soy yo, quien se quiere disculpar,
o eres tú, quien me adelanta su perdón?,
¿Soy yo, el que te veo en el sufriente,
o en el que sufre, tú me das tu voz?,
¿Soy yo, el que ha confiado en ti,
o eres tú el que -aún- confía en mí?,
¿Soy yo, el que ha esperado en ti,
o eres tú, el que espera siempre en mí?.
¿Soy yo, el que te ha elegido a ti,
o eres tú el que me ha elegido a mí?,
¿Soy yo, el que te ha creado a ti,
o eres tú quien me ha creado a mí?
¿Tú, ahora, estás enojado conmigo,
o yo me enojé conmigo, por no ser digno de ti?
¿Me lo puedes decir, por favor?,
¿me podrías susurrar más tu voz?

Los buenos

Los buenos solo saludan,
a toda la gente buena,
los buenos tan solo ayudan,
a su familia, que es buena.
Los buenos hacen cosas buenas, para que todos los vean,
y dicen palabras buenas, para que todos les crean.
Desechan a los distintos, excluyen a los ineptos,
frecuentan los buenos ritos, con maquillajes perfectos.
Andan siempre, bien vestidos,
para que otros los respeten,
y se expresan con gemidos,
porque otros los protegen.
Piensan que ellos no tienen,
nada malo en sus personas,
de buena familia vienen,
las demás son secundonas.
Incluyen sólo a los buenos,
y excluyen a otros, por malos,
a los malos y a los buenos,
los distinguen por sus halos.
Para los buenos, no existen,
los pobres, ni los enfermos,
y los que sufren, no existen,
existen buenos y malos.

Yo decreto

Yo decreto que no hay muerte,
y no hay muerte para mí,
yo decreto que no hay cáncer,
y no hay cáncer para mí.
Yo decreto que no sufro, y nunca más sufriré,
yo decreto que no lloro, y nunca más lloraré.
Yo decreto ser feliz,
aunque humille a mucha gente,
nunca más seré infeliz,
ya lo arranqué de mi mente.
Yo decreto que la ciencia,
se ponga a mi voluntad,
y ordeno que la creencia,
se ciña a mi autoridad.
Yo decreto y yo ordeno,
como un niño empecinado,
yo autorizo y yo gobierno,
cual dictador derrotado.

Ya que sigue aquí la muerte,
y el mal se ha globalizado,
sigo sufriendo inerte,
como un hijo abandonado.

A Jesús de Nazareth (escrito en Santiago de Chile, 1980)

Desde hace algún tiempo, te he venido observando,
y cada vez, me siento más sorprendido, por tu peculiar conducta.
Pese a que creo, eres una buena persona,
veo que te empeñas, por destruir tu buen nombre.

Muy a menudo, te he reconocido en medio de ladrones y prostitutas;
o conversando animadamente, con gente de mala fama, con alcohólicos y leprosos,
y también, -siendo esto el colmo- con los extremistas,
que buscan derrocar al César.
Además, se te conoce por ser comilón y bebedor……..

Estoy dudando de tu inteligencia, porque es un absurdo muy grande,
una falta de tacto increíble, el hecho de que te rebajes tanto,
de tu decente status social.
¿Cómo es posible que malgastes así tu tiempo,
y el prestigio de ser un buen cumplidor de la Ley?

¿Por qué no llevas una vida más ordenada,
como la gente instruida, que conoces en Galilea?
No entiendo por qué, me deba preocupar de este modo, por tu persona, siendo que te empeñas por desobedecer a todos los sabios prudentes que te han aconsejado.

Estoy percibiendo en ti, una actitud demasiado irrespetuosa,
hacia todas las tradiciones de tu nación,
¿es que acaso no eres patriota? ¿O será que no crees en Dios, pues no cumples todos los preceptos religiosos de tu pueblo judío?

Si sigues así, relacionándote con los gentiles y los parias, te harás uno más de ellos, y no te reconoceremos como uno de los nuestros.
Escucha Jesús, te voy a dar algunas recomendaciones,
pues tú sabes, que deseo algo bueno para ti.

Sería fabuloso, que te pudieras instalar en el taller que heredaste de José
y aprovechando que todos sus clientes reconocieron su eficiencia,
te pusieras a trabajar de empresario carpintero,
para que descanses de todos los problemas que te agobian.

Yo puedo prestarte un capital, si es que te faltan herramientas o madera;
y además, puedo facilitarte mano de obra barata.

¡Reflexiona!: mira que el tiempo es oro, y no puedes darte el lujo de desperdiciar tu vida, entre haraganes y tramposos.
Dime Jesús: ¿qué ganas al interesarte en ellos?, ¡Nada!, ¡absolutamente nada!

Sólo lograrás enfermarte y hacer que tu madre, María, se hunda contigo en la miseria.

Si te preocupas más de ti, disfrutarás de muchas comodidades,
tendrás una buena casa, comerás ricos manjares, tendrás sirvientes,
tendrás vestidos y joyas, y muchos animales;
pero, por sobre todo, tendrás muy buena fama.

Me da la impresión, que no te impactan mis palabras,
¡Qué extraño y misterioso eres Jesús!

Hay algo importante de lo que debo, ahora, prevenirte:
he sabido de muchos sujetos que te han denunciado
a las fuerzas armadas romanas que nos gobiernan.

Te han acusado –con algo de verdad- de que estás agitando y revolucionando al pueblo.

Tú mismo has oído en la calle, en tu propia cara, que te han amenazado de muerte.
¿Ves que estoy en lo cierto Jesús?.

Dime, sinceramente: ¿Por qué no cambias a tiempo tu manera de vivir?,
¿por qué no te conviertes?
Salva tu vida del castigo que las autoridades dan a los rebeldes y a los asesinos.
¿Es que no tienes miedo, ni criterio?

Mira, todos están hablando muy mal de ti, y así,
de todo lo malo que ocurre en el país, te están echando la culpa.

Se te ha visto con un grupo de ex-pescadores, que te siguen a todas partes,
¿Crees tú que, con esa banda, de apenas doce hombres ignorantes,
harás lo que sea te propongas?

Yo pienso que no.

¡No vivas de ilusiones buen hombre!, que los sueños se rompen al fin, como simples pompas de jabón.

Yo te hablo, por mi propia experiencia, porque Dios me ayuda a solucionar todos mis problemas, que son meramente espirituales, él me hace ser bueno, hogareño, apolítico, y así, jamás me he metido en dificultades, -ni mucho menos- con el orden social establecido.

Me han dicho además, que en Jericó, curaste a un ciego de nacimiento y a otro en Betsaida; y cerca de Cesarea de Filipo, sanaste a un joven epiléptico, y también a un hombre endemoniado, y a uno de la mano seca, y a una mujer que sufría hemorragias, y así, una larga lista de sorprendentes sanaciones.

¿Te das cuenta?

Por lo visto, también puedes dedicarte a mago, médico o curandero;
de manera que, con tus “milagros”, te hagas de mucho dinero,
pues son muchos los enfermos.
Esa es otra vía, para tu despegue económico personal,
¡Cuenta conmigo si te decides por el rubro!

He hecho una encuesta o sondeo de opiniones, para ver qué condiciones productivas puedes obtener de ti; y he observado cómo te define la gente.

Pero, me he visto defraudado, porque la mayoría te mira como a un profeta;
y tú comprenderás que ese oficio no es rentable de ningún modo.

Me han hecho saber, -y esto es el colmo- que un tal Pedro, dijo que tú eras el Cristo, o sea, el Mesías, el Salvador del Pueblo de Israel.

¡Y eso sí que no lo acepto!

Nunca creeré que un pobre y mediocre hombre, blasfeme contra el cielo, y profane el santo Nombre de Dios, diciendo que es su “Hijo”.

Te advierto que si te dejas llevar por esa propaganda, te cerraré todas mis puertas y que jamás, usaré mis influencias para salvarte del madero.

Te prometo que no me engañarás, con tus palabritas que convencen a los pobres, que no tienen instrucción en la Ley.

Si te desvías, de las normas jurídicas, te harás responsable de todo lo que te ocurra, en el futuro.

Ya lo sabes Jesús, o vives como todos nosotros, -las personas normales- o tu locura por los demás finalmente te matará.
Hablas mucho del Amor a todo el mundo. ¡el Amor!

Yo te pregunto: ¿Cómo si alguien ama su vida, va a amar también su muerte?.

Te callas. No contestas.

Y yo quedo satisfecho, porque tengo la razón.
……………………………………………………………………………………………

Ya te apresaron y torturaron crudamente,

Y ahora vas subiendo hacia la Cruz.

Hoy, después de varios meses te pregunto: ¿qué has ganado?

Dime, ¿qué has ganado?
…………………………………………………………………………………………..

(Silencio, tu silencio. ¡Tu poderoso silencio!)

No respondes, y yo no comprendo nada,
más no puedo apagar este loco deseo,
que en mi corazón nació; porque ……. ¡estoy sufriendo contigo!

Me ha contagiado tu irracionalidad, y ahora solo pido,
ser tan imprudente como tú.
……………………………………………………………………………………

¡Tú has ganado Señor Jesús!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *