“Madre mía”

“Madre mía”

 

 

Dichosos tu vientre

y tus pechos, Madre.

Dichosa toda tú

que te fiaste de Dios,

que no abandonaste

en tus noches oscuras,

que mantuviste firme

tu fe de creyente y de madre.

Sí, dichosa tú, María,

porque hoy eres madre

de multitud de hijos.

Y dichoso yo por poder

llamarte madre mía.