Los diáconos permanentes de la diócesis de Cruz del Eje participaron del 30 de abril al 4 de mayo de su retiro anual, que tuvo lugar en la casa “El Vado”, de la Compañía de San Pablo, en San Esteban, departamento de Punilla.
Se trató de una semana de ejercicios espirituales en la cálida casa ubicada al norte de la diócesis, de la que participaron diáconos pertenecientes a la basílica Nuestra Señora de los Dolores; a las parroquias Nuestra Señora de Schöenstatt, San Juan Pablo II, San Francisco Javier, Nuestra Señora del Carmen de La Cumbre, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y a los Santuarios de Nuestra Señora del Tránsito – Santo Cura Brochero y San Roque.
Los participantes son esposos, padres de familia y algunos abuelos. Con sus ocupaciones civiles y temporales, han entregado su vida a servir a la Iglesia particular de Cruz del Eje. Dedicados a la atención de enfermos, visita a la cárcel, catequesis, Cáritas, Liturgia y fundamentalmente animadores de comunidades.
Durante una semana, estos hombres se convocaron para una renovación espiritual, limpiar el corazón y el alma con oración, reflexiones, adoración del Santísimo Sacramento y celebración de la Eucaristía, con doce horas diarias dedicadas a un fuerte encuentro con Jesús, para amarlo y dejarse amar y limpiar por su misericordia.
El predicador del retiro fue el padre Daniel Peralta, párroco de San Antonio de Padua, de Capilla del Monte, quien tuvo a cargo las charlas, meditaciones y reflexiones sobre dejarse encontrar por Jesús, salir a su encuentro y estar dispuestos a ser misioneros del Amor de Dios a todos los que lo necesiten.
Fuente: aica.org
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