Sergio Pérez García, conocido como Chenchu, es uno de los aspirantes al diaconado permanente que se prepara
en la Diócesis de Málaga. Está casado con Silvia desde hace 14 años y tienen dos hijos, de 9 y 3 años.
Sergio trabaja como conductor en las Hermanitas de los Pobres y pertenece a la comunidad de la unidad pastoral Nuestra Señora de la Paz y San Juan de Ávila (Málaga).
Fue en su parroquia donde comenzó todo este proceso vocacional: «He de decir que mi vocación al diaconado la comencé a descubrir en la parroquia de San Juan de Ávila, donde tocaba la guitarra. Y es que la música ha sido y es para mí lugar de encuentro con Dios y una forma de darme a los demás tanto en la parroquia como en la música católica contemporánea donde llevo haciendo un servicio fielmente desde hace 25 años».
Cambio radical
«Ni yo mismo entendía lo que Dios me estaba pidiendo», reconoce Sergio, pues «es un cambio radical en mi forma de vida. Hoy por hoy, me embarga una felicidad y una libertad que antes no tenía. Llevaba años rondándome el ser diácono.
En 2011, D. José Carretero, capellán de las Hermanitas de los Pobres, me aconsejó que lo rezara y no me
desanimase. Así que, desde hace dos años estoy en el grupo de formación al diaconado permanente de nuestra
diócesis, que coordina Antonio Eloy Madueño. Además, curso mis estudios en Ciencias Religiosas a distancia, en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona.
Quiero agradecer al MAC, inicio en mi historia de fe, y a todos los sacerdotes, diáconos y laicos que me han acompañado durante todos estos años en el camino de la fe», concluye.