“En primer lugar quiero agradecer a la Comisión Diocesana de la Visita del Papa que se hayan acordados de los internos, porque efectivamente en el ministerio de Francisco siempre los presos han estado muy presentes. Cuando viaja siempre visita una cárcel, es un hombre que trata de ser muy coherente con el Evangelio”, expresó el diácono Guido Goossens Roell, asesor de la Pastoral Carcelaria de la Diócesis de Talca.

Han sido cerca de tres semanas de trabajo de un equipo de cinco personas privadas de libertad, quienes se han dedicado al armado de las alcancías a través de las que los agentes pastorales y fieles de la Iglesia diocesana de Talca cooperarán económicamente a solventar en parte los gastos que demanda la vista del Pontífice.

“La cárcel es un lugar periférico por excelencia, por eso esta acción está en mucha sintonía con el Papa Francisco. La Pastoral Carcelaria agradece este gesto como una luz de esperanza tras el mundo de las rejas. Los internos están felices que se les tome en cuenta, ellos también son parte de la Iglesia y esto es una forma de demostrar que no son invisibles a los ojos de la comunidad”, enfatizó Guido.