Formacion de la Esposa del diácono permanente en la diócesis de Bogotá, Colombia

Dimensión Académica

1. La formación intelectual de la esposa y su profesión colocarla al servicio de su esposo diácono, acompañándole y asistiéndole en su proceso formativo en las ciencias eclesiásticas.
2. La esposa esta llamada a formarse en el proceso académico de su esposo, ya sea participando de todas las clases, y con las responsabilidades generales de la escuela, presentando exámenes y trabajos de investigación. Ya sea, asistiendo a las clases, sin las responsabilidades anteriores, o sencillamente escogiendo unas materias dentro del pensum que desee cursar. Le obliga a la esposa por lo menos una mañana al mes, asistir a la escuela para la formación académica que ayuda a adquirir un lenguaje, unos estudios que serán de dialogo y de crecimiento y de aporte a la formación de su esposo diacono.
3. Intercambiar con su esposo que esta vacacionado a un ministerio, la doctrina cristiana, conocer las ciencias teológicas y afines para que el diálogo tenga un marco conceptual común y conocido.
4. Poner su profesión para relacionar los estudios y las ciencias del conocimiento en un marco más amplio que sea diálogo con el mundo y con las culturas.
5. Los hijos integrarlos al estudio de su padre, ayudándole a la investigación de los temas, ofreciéndole herramientas modernas de medios para que pueda presentar trabajos, tesis, investigaciones con apoyo de todos.

Dimensión Pastoral

1. Esta dimensión no es solamente del esposo, la esposa hace presencia, se prepara para asistir, acompañar, compartir el trabajo y ministerio diaconal.
2. Puede formarse como catequista, ministra de la comunión, ministerio de música, de alabanza, de animadora de los grupos de oración, de atención y consejería matrimonial, conferencista en cursillos para los sacramentos de la iniciación cristiana, escuela de padres, taller de padres, que le permitan hacer una pastoral con compromiso misionero en su parroquia, en instituciones o en ámbitos zonales y diocesanos.
3. La presencia de la esposa en el apostolado hace ver la familia comprometida con la vocación, vida y ministerio del diácono permanente., que produce frutos para la vida del mundo en la caridad.
4. La presencia de la esposa del diacono permanente en las prácticas apostólicas, de las pastorales: salud, penitenciaria, educativa, movilidad, y con pastorales de alto impacto con prostitutas, y habitantes de la calle, darán un aliento y un estimulo al apostolado de su esposo.
5. Toda presencia de la esposa, en la vida de la parroquia, será un testimonio permanente y continuo entre los fieles y ayudará a madurar en otros la fe y el compromiso cristiano.
La Esposa del Diacono en la viudez
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1. Capaz de suplir la ausencia del esposo en la familia, entre los hijos y los demás miembros.
2. Sentir la solidaridad y el apoyo en la justicia y en la caridad, una red de apoyo, humano, social y económico.
3. No perder la vinculación con las familias diaconales, con las cuales ha hecho un proceso formativo y que ha ayudado a asumir la condición de esposa del diácono.
4. Seguir dando testimonio de su fe, y de las bendiciones que deja el marido diácono difunto.

Académica

El aspirante y candidato tiene que cursar las materias propias que le dan la estructura necesaria para el ministerio diaconal. Así teniendo los conocimientos de las ciencias eclesiásticas se acerca a la evangelización, a la liturgia y a la caridad realizando las acciones propias de estas dimensiones del ministerio diaconal.
Cursa 11 semestres con materias de sagrada escritura, dogma, moral, derecho canónico, liturgia, sacramentos, doctrina social, psicologías, introducciones a la filosofía, acompañando con música sacra, latín y seminarios diversos que ayudan a estructurarse para el ministerio de servicio en la Iglesia.

Espiritual

El aspirante al diaconado permanente debe descubrir y sentir la llamada de Dios, en el ambiente de su vida matrimonial y familiar. Responder a la vocación desde el ámbito de la fe, cultivando los valores humanos y cristianos.
Debe dar muestras de una vida virtuosa. Exaltando la vida de oración, la participación en los sacramentos, y teniendo la eucaristía como centro de su vida de cristiano. Alcanzando los objetivos en los distintos procesos o etapas de formación previstos para llegar a ser ordenado diácono.
Tener claro que la vocación al diaconado permanente es una vocación de servicio, es configurarse con Jesucristo Siervo, dándose y entregándose en cada acción que realice con su testimonio de palabra y de vida. Con rectitud moral, capaz de impregnar el mundo, su entorno familiar y laboral de los valores que mueven al cristiano a ser a Jesucristo y a imitarlo en el obrar.
Que pueda realizar un proceso de discernimiento espiritual, acompañado del director espiritual alcanzando la madurez e idoneidad para ser llamado por el Obispo y la iglesia confirma su deseo, su vocación y su llamada.

Humana y conyugal

El aspirante al diaconado permanente tiene que ser un hombre de cualidades humanas, con liderazgo comunitario y laboral, con disciplina y observancia de la normatividad de la ley civil y eclesiástica. Con virtudes humanas, honradez, generosidad, justicia, caridad.
Que tenga sensibilidad por el prójimo especialmente por el que sufre, que sea samaritano en la ciudad. Tenga una vida matrimonial estable, donde se vive en armonía de amor y se establecen relaciones reciprocas de respeto, diálogo y mutua ayuda. Ser buen esposo, padre, y amigo.
Sostener su familia con el trabajo, en el cual debe dar muestras de responsabilidad, honorabilidad y entrega.

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