El obispo emérito de Xingú (Brasil), monseñor Erwin Kräutler, a favor de la ordenación de casados y de diaconisas como la única solución a la "horrenda" escasez de curas en la Amazonia

 La ordenación de hombres casados al sacerdocio y la consagración de mujeres al diaconado. Esas son las únicas soluciones posibles a la escasez «horrenda» de sacerdotes en la Amazonia que implica que el 90% de los fieles en la región no tienen acceso a la eucaristía, y como tales han de abordarse en el Sínodo de los Obispos de la región Panamazónica a celebrarse en octubre de 2019, según ha sostenido el obispo de Xingu, monseñor Erwin Kräutler.

El obispo austriaco, el todavía secretario de la comisión del episcopado brasileño para la región amazónica, reveló a la agencia austriaca Kathpress el día después de la convocatoria del Sínodo por el Papa Francisco que en su mayor parte los católicos de la Amazonia solo tienen acceso a Liturgias de la Palabra, con lo cual -privados de la gracia del Sacramento- acuden cada vez más a las celebraciones de las comunidades protestantes evangélicas. «Apenas ven una diferencia entre sus Liturgias de la Palabra y las celebraciones dominicales evangélicas», lamentó Kräutler.

En el ángelus del día 15 de este mes, el Papa anunció que convocaba el Sínodo con el fin de proponer «nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y sin perspectiva de un futuro sereno, también a causa de la crisis de la foresta Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta». Evangelización que Kräutler cree que no se puede emprender sin la ayuda de sacerdotes casados. Y también, sin la ayuda de las mujeres que actualmente encabezan muchas de las comunidades católicas de la Amazonia, y así podrían perfectamente ser ordenadas como diaconisas.

 

Como ejemplo de cómo podría llevarse a cabo esta colaboración con los sacerdotes célibes y casados y las diaconisas, Kräutler citó la propuesta de Fritz Lobinger, otrora obispo de Aliwal en Sudáfrica, según la cual las parroquias amazónicas podría ser lideradas por «equipos de mayores» seleccionados de entre sí. Aunque estos «mayores» no serían clérigos, sí serían sacerdotes ordenados sacralmente, y quedarían bajo la autoridad de un sacerdote célibe en su papel de animador.

Lo que hace más urgente aún que se llegue pronto a una solución a la escasez de curas y eucaristías en la Amazonia es que, como relató Kräutler, la única otra opción que ha estado encima de la mesa -la de mover a curas del sur de Brasil a las regiones nortes- ha fracasado, ya que a los sacerdotes sureños les ha resultado extremadamente difícil adaptarse a la cultura amazónica.

La confirmación de Kräutler a Kathpress que las cuestiones de sacerdotes casados y mujeres diaconisas estará en la agenda de los padres sinodales tiene una credibilidad especial, dado que el obispo de Xingu fue uno de los primeros obispos en anunciar la voluntad del Papa de relajar la disciplina del celibato clerical.

Tras una reunión con Francisco en 2014, Kräutler reveló que el pontífice le había dicho que «no podía hacerlo todo personalmente desde Roma», y que dependía de los obispos locales -«quienes conocemos mejor las necesidades de los fieles»- hacer «propuestas valientes». Según el obispo, Francisco le aconsejó a «buscar consenso entre el episcopado sobre cualquier reforma del sacerdocio o diaconado y luego traer sus sugerencias a Roma»: precisamente la oportunidad que los obispos de la Amazonia tendrán ahora, en octubre de 2019.

Tomado de: religión digital

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