Conferencia Episcopal de Chile
Concepción, Chile, 27 de abril de 2010
Al inaugurar las clases de este año 2010 del Programa de Aspirantes al Ministerio del Diaconado que dicta el Instituto de Teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción se celebró la Santa Eucaristía en la Capilla del Campus Santo Domingo presidida por el sacerdote José Luis Roldán, Director de la Escuela al Diaconado Permanente del Arzobispado acompañado por el sacerdote Héctor Rivera, Decano de Costa Norte y Párroco de la parroquia Divino Redentor como de diáconos que actualmente ejercen su trabajo en distintas comunidades de la arquidiócesis de Concepción.
Antes de la liturgia sacramental hablamos con el Director de la Escuela, sacerdote José Luis Roldán, a quien le consultamos sobre el impulso e importancia que el Gran Canciller de la Universidad y Arzobispo de Concepción, Monseñor Ricardo Ezzati ha dado a los cursos de preparación a este sagrado Ministerio.
Padre José Luis Roldán ¿Qué importancia tienen estos cursos de Aspirantes al Diaconado Permanente?
“El Diaconado Permanente es un regalo de Dios para la Iglesia y que ha florecido en distintos tiempos y según la fuerza del Espíritu Santo de nuestra Iglesia diocesana .Ahora le estamos dando una forma más propia de Escuela. La Universidad Católica de la Santísima Concepción es parte colaboradora y muy importante que impulsa fuertemente Monseñor Ezzati. Es una fuerza ministerial importante para la Iglesia”.
¿Qué significa para la Iglesia diocesana este inicio de los cursos de Aspirantes al Diaconado?
“Significa un don, una gracia y sobretodo el diácono tiene la característica de vivir inserto en el mundo, en una familia. Ellos poseen esa oportunidad maravillosa de la Pastoral de Fronteras. Están en los lugares donde los sacerdotes y las hermanas no pueden llegar, a las oficinas, empresas, en la educación, en la salud, en tantos lugares. Son una riqueza para la Iglesia”.
¿Padre Roldán, considera usted que hay interés hoy por parte los laicos por abrazar este Ministerio?
“Se ha observado un florecimiento estos últimos años. Hay un interés muy grande, lo que si desde la Iglesia y de la Escuela se pretende encausar este interés, ordenando sistemáticamente, dando a conocer que esto es un llamado de Dios y que está encuadrado dentro de la vocación. La Iglesia pretende generar ese ambiente vocacional, a la vida religiosa, al matrimonio, al sacerdocio y al diaconado”.
¿Cómo llegan a conocer estas personas el Programa de Aspirantes al Diaconado y siguen estos estudios?
“Normalmente a través de los párrocos que conocen a sus colaboradores y juntos van dándole forma a esta vocación. Hay que hacer un discernimiento serio. Existe el primer año que es llamado Propedéutico y se hace en la parroquia, donde se buscará un director espiritual. El diálogo con el párroco es una tarea pastoral definida que puede evaluarse y un nexo de unas dos veces al año con la Escuela del Diaconado, en el orden del discernimiento. Después, forman parte de la Escuela y hacen el camino de formación lógico en los cuales el estudio del Programa de Aspirante al Diaconado Permanente que está a cargo de la Universidad Católica a través del Instituto de Teología”.
¿La mayoría de las personas casadas deben ser autorizadas por sus cónyuges?
“Es el Ministerio de la doble sacramentalidad. Es el ministerio de unidad que es el matrimonio. Cuando Dios llama a uno, cuando los dos son una sola carne, evidente que el llamado es para los dos como matrimonio. La señora es una parte importantísima en la formación. Por lo tanto, si ella dice que sí o no por más ganas que tenga él, en el sentido que este es el ministerio de unidad que es el matrimonio. En este tiempo que se vive de manera tan desprolija, lo que el amor y la familia son realmente una manifestación clara y testimonio de la unidad, del amor y de la vida en Cristo”.
¿Asisten a la Escuela de Formación sólo los interesados de la diócesis?
“La idea es abrirlo a toda la diócesis, Arauco, Coronel, Lota por ello queremos promoverlo. En el ámbito rural es muy necesario. Son los diáconos que acompañan a la comunidad.”
El Padre José Luis Roldán asumió la dirección de la Escuela para Aspirante al Diaconado Permanente hace dos años y la integran además un Consejo que está formado por los siguientes diáconos: Arturo Peña; Bernardo Hernández; Héctor Cevallos; Luis Toledo; Jorge Farías y la religiosa Saleses Misioneras, Hna. María Gema y otros sacerdotes que acompañan a los diáconos.
Conversamos también con un matrimonio que lleva su segundo año de estudio en el diaconado. Cristián Novoa y su esposa Carmen Reyes. La pregunta fue ¿Qué ha significado para ellos como matrimonio está formación y vocación?
Cristián: “Es un afianzamiento en lo que es la vida de fe. Este seguimiento lo he llevado siempre pero ahora se ha afianzado aún más sobretodo en el servicio a la Iglesia y que es lo que queremos nosotros de semejar a Cristo servidor”.
Carmen: ¿Cómo ha visto a su esposo y cómo lo ha acompañado en esta tarea?
“Muy bien. El trabaja en la empresa Masisa de Cabrero y ella es Manipuladora de Alimento en un jardín infantil. Esta preocupado con lo que está haciendo y tiene mucho interés. Como familia a nosotros nos alegra mucho junto con nuestro hijo Madrerix, de 14 años que estudia en el Instituto San Sebastián de Yumbel.
En la homilía habló el sacerdote José Luis Roldán, a los nuevos alumnos y a los antiguos indicando que “este servicio es a los más pobres, servicio que la Iglesia sigue haciendo a través de los diáconos que tiene que ver con el ejercicio de la caridad, en el Ministerio de Cristo Siervo. De este servicio que con los años se ha diversificado, que es mucho más que servir las mesas, es la disponibilidad para el servicio es lo que Dios pide al diácono”.
Los diáconos son íconos de Cristo siervo, son la imagen de Cristo siervo que la gente debe ver en cada uno de ellos, lo que ya son y los que se preparan.
En este día damos inicio al camino de formación. Lo primero es lo que dice el Señor a los apóstoles que estaban a la orilla del mar. “Soy yo, no teman. “Que tengamos presente a lo largo de este año “Soy yo no teman” que podamos escuchar que es el Señor que esta a través de nuestra formación de este llamado y la familia. Y lo que les pasó a los primeros siete diáconos, es obediencia y la disposición para servir. El Ministerio diaconal tiene como dos puntas: el tema del servicio y de la Palabra. Esta dos deben ser nuestras armas, a servir, conocer, amar y anunciar la Palabra de Dios”.
Las clases de formación se realizan los días sábado de 9 a 12.30 horas en el Campus Santo Domingo de la Universidad Católica siendo la Coordinadora del Programa al Aspirante al Diaconado Permanente, la profesora Pamela Pedreros.
Este año se integraron siete nuevos aspirantes y otros treinta pertenecen a las promociones 2007 y 2009 siendo los profesores teólogos doctor Arturo Bravo y Pablo Uribe, jefe del Departamento de Teología del Instituto de Teología de la Universidad Católica.
Fuente: Instituto de Teología UCSC