El logo y su explicación

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El logo del Congreso presenta una gran riqueza visual que provoca distintas emociones en las distintas personas. Buscando profundizar su interpretación, se pueden señalar los siguientes aspectos:

 

  • La luz que ilumina el camino evoca la afirmación del salmista “tu Palabra es la luz en mi sendero” (cfr. Sal 119, 105). En el contexto del reciente Sínodo de la Palabra, debe resaltarse la conciencia de que cualquier impulso misionero brota de la Palabra y transmite la Palabra. En el capítulo 1 de Juan, Luz y Palabra se conjugan en Cristo, de quien los diáconos son discípulos misioneros en papel de Cristo Siervo (DA 205-208).

 

  • El color celeste personifica a la Virgen Madre, horizonte de servicio para los consagrados.

 

  • Los aros violetas representan la doble sacramentalidad del orden y del matrimonio (cfr. DA 205) con la que han sido enriquecidos muchos de los diáconos del continente. Ellos también simbolizan la comunión a la que están llamados todos los diáconos: entre sí, con su obispo, con el presbiterio y con toda la comunidad (cf. DA 206).

 

  • Se destaca la imagen de la familia, primer espacio de apostolado de los diáconos (cfr. DA 208).

 

  • Las siluetas dan la impresión de juventud, recuerdo de la búsqueda de renovación y conversión pastoral. En ellas se encarnan todos los diáconos del continente, y el compromiso que la Iglesia tiene de ofrecerles una adecuada formación integral, para ellos y sus familias, en las diversas dimensiones: humana, espiritual, intelectual y pastoral (cfr. DA 207).

 

  • El logo también transmite la sensación de movimiento. Los diáconos son apóstoles que se ponen en camino para evangelizar en las nuevas fronteras de misión que brotan de los cambios socio-culturales (cfr. DA 208).

 

  • Se incluye el logo de la Vª Conferencia, pues el espíritu de Aparecida es el que inspira y anima el carácter discipular misionero de este II Congreso. El deseo de un nuevo Pentecostés que anime la Misión permanente de la Iglesia en América Latina y el Caribe y el papel que los diáconos han de jugar en ella como apóstoles de las nuevas fronteras.

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