El diaconado permanente, una riqueza en la Iglesia que peregrina en Cuba

Los Apóstoles no tardan en compartir con los demás el ministerio del apostolado transmiten a sus sucesores la misión de enseñar. Ellos la confían también a los diáconos desde su institución (Nº11. Exhortación Apostólica Cathechesi Tradendae. Juan Pablo II. 16 de Octubre de 1979).

En el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado «como un grado particular dentro de la jerarquía» (LG 29).

En Cuba los Obispos solicitaron la restauración del diaconado el 17 de marzo de 1969, meses después reciben contestación de la Sacra Congregatio de Sacramentis aprobando está restauración; sin embargo, por diversas razones del momento socio político del país no es posible concretarla en ese momento. El 16 de julio de 1988 se realiza la primera ordenación en Camagüey por imposición de manos del hoy Siervo de Dios Mons. Adolfo Rodríguez Herrera. Desde entonces, las vocaciones han germinado en las distintas diócesis, las cuales progresivamente han ido restaurando el diaconado. Hoy Cuba cuenta con ochenta y seis diáconos activos en diez de las once diócesis del país.

El diácono en Cuba se ordenó desde el principio al servicio de la palabra, la liturgia y la caridad como enseñan los documentos magisteriales.

La formación siempre ha estado atenta a procurar que en el ejercicio diaconal no se dé un desequilibrio en la praxis de estas tres dimensiones del ministerio, pues podría darse la tendencia a minimizar uno, por enfatizar otro, de acuerdo a lo que cada grupo pudiera considerar más oportuno o necesario, por tanto la formación se realiza sobre la única verdad: la práctica equilibrada del ministerio diaconal integra los tres ámbitos en igual medida, por estar, como enseña el Magisterio de la Iglesia, indisolublemente ligados al quehacer del diácono.

Esta realidad formativa trae como efecto que en el ejercicio íntegro del Ministerio Diaconal en Cuba podamos encontrar diáconos en diversas áreas pastorales de la Iglesia: La misión dentro y fuera de los templos , la atención espiritual y material a comunidades rurales y periféricas, Cáritas, también en Centros de Formación, en el Catecumenado de adultos, jóvenes y adolescentes, en la Pastoral Bautismal, en la Pastoral Litúrgica, Pastoral Carcelaria atendiendo directamente al recluso y también acompañando a sus familias; en la Pastoral Campesina y en la Pastoral de Cementerios, en Comisiones Nacionales y diocesanas, en la Pastoral de Medios de Comunicación, Pastoral de la salud atendiendo a enfermos en sus casas y en los Hospitales.

EL DIACONADO PERMANENTE UNA RIQUEZA PARA
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mar 05/11/2019 11:03
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EL DIACONADO PERMANENTE, UNA RIQUEZA PARA LA IGLESIA QUE PEREGRINA EN CUBA

Los Apóstoles no tardan en compartir con los demás el ministerio del apostolado transmiten a sus sucesores la misión de enseñar. Ellos la confían también a los diáconos desde su institución (Nº11. Exhortación Apostólica Cathechesi Tradendae. Juan Pablo II. 16 de Octubre de 1979).
En el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado «como un grado particular dentro de la jerarquía» (LG 29).
En Cuba los Obispos solicitaron la restauración del diaconado el 17 de marzo de 1969, meses después reciben contestación de la Sacra Congregatio de Sacramentis aprobando está restauración; sin embargo, por diversas razones del momento socio político del país no es posible concretarla en ese momento, el 16 de julio de 1988 se realiza la primera ordenación en Camagüey por imposición de manos del hoy Siervo de Dios Mons. Adolfo Rodríguez Herrera. Desde entonces, las vocaciones han germinado en las distintas diócesis las cuales progresivamente han ido restaurando el diaconado. Hoy Cuba cuenta con ochenta y seis diáconos activos en diez de las once diócesis del país.
El diácono en Cuba se ordenó desde el principio al servicio de la palabra, la liturgia y la caridad como enseñan los documentos magisteriales.

La formación siempre ha estado atenta a procurar que en el ejercicio diaconal no se dé un desequilibrio en la praxis estas tres dimensiones del ministerio, pues podría darse la tendencia a minimizar uno, por enfatizar otro, de acuerdo a lo que cada grupo pudiera considerar más oportuno o necesario, por tanto la formación se realiza sobre la única verdad: la práctica equilibrada del ministerio diaconal integra los tres ámbitos en igual medida por estar, como enseña el Magisterio de la Iglesia, indisolublemente ligados al quehacer del diácono.

Esta realidad formativa trae como efecto que en el ejercicio íntegro del Ministerio Diaconal en Cuba podamos encontrar diáconos en diversas áreas pastorales de la Iglesia: La misión dentro y fuera de los templos , la atención espiritual y material a comunidades rurales y periféricas, Cáritas, también en Centros de Formación, en el Catecumenado de adultos, jóvenes y adolescentes, en la Pastoral Bautismal, en la Pastoral Litúrgica, Pastoral Carcelaria atendiendo directamente al recluso y también acompañando a sus familias; en la Pastoral Campesina y en la Pastoral de Cementerios, en Comisiones Nacionales y diocesanas, en la Pastoral de Medios de Comunicación, Pastoral de la salud atendiendo a enfermos en sus casas y en los Hospitales.

Estamos inmersos en la tarea de la Nueva Evangelización impulsada por San Juan Pablo II y animada por el Santo Padre Francisco, descubriendo, a la luz del Espíritu, aquellas realidades “nuevas fronteras” de nuestro país que necesitan ser iluminadas con la luz de Cristo, estas realidades que no nos son ajenas, comienzan en el seno de nuestro hogar, están en la vida de cada día de nuestras comunidades y esperan por nosotros para comenzar a transformarse en realidades nuevas.

Diácono Miguel Angel Ortiz Corrales

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