El Cuerpo Diaconal de la Arquidiócesis de Concepción crece con solidez

 Concepción, Chile, 12 de agosto de 2012

 

Gratos momentos vivieron los diáconos y sus familias en la celebración de su día, en la Arquidiócesis de Concepción, realizada en casa de formación Betania, el sábado 11 de agosto.

 

Después de momentos de reflexión, los diáconos y sus esposas participaron de la Eucaristía que fue presidida por monseñor Pedro Ossandón, quien en emotivas palabras de despedida de su misión en la diócesis, agradeció profundamente el servicio del diaconado. “El Concilio Vaticano II recuperó el diaconado para la Iglesia Católica y éste ha significado, especialmente, para la Iglesia de Concepción un aporte extraordinario de testimonio de vida cristiana, animando y dando mucha vida a las comunidades de nuestra arquidiócesis. Quiero felicitar y agradecer en esta eucaristía, para bendecir a sus familias, porque son una bendición extraordinaria y lo seguirán siendo, bendito sea Dios”.

 

Al mismo tiempo hizo un llamado a otros matrimonios: “El Señor sigue llamando. Doy testimonio de eso. Hay muchos estudiantes que se están preparando para la Escuela del Diaconado y además, sé que los párrocos están haciendo un discernimiento para escuchar la voz del Señor que, en estos momentos, está llamando a otros diáconos. Así es que mucho ánimo, el Señor no nos abandona, está llamando y ellos están llamados a ser diáconos junto a sus esposas santos y santas de Dios”.

 

El coordinador de la Comisión Diocesana del Diaconado, Héctor Ceballos Carter, con 13 años de diácono en la parroquia Santa Cecilia, comentó que “siempre es una alegría celebrar un año más de nuestro ministerio y esto nos invita a reflexionar qué y cómo lo estamos haciendo y cómo estamos cumpliendo con este llamado que el Señor nos ha hecho para ser servidores en la Iglesia. Es fundamental sentir que ara eso hemos sido llamados para servir en la Iglesia y ver cómo estamos cumpliendo en la parroquias, en las comunidades y en todos los lugares donde nos toca ejercer nuestro ministerio”.

 

Afirmó que una característica del ministerio diaconal, es que aparte de ser personas consagradas “estamos también insertos en el mundo, de manera que tenemos que ser diáconos en el trabajo, en la familia y en la Iglesia. Por cierto es de una gran responsabilidad nuestra misión”.

 

Coincidió con la opinión de Monseñor Ossandón que “el diácono es un gran apoyo en las parroquias, porque los párrocos deben atender las comunidades y diversas laborales pastorales”.

 

El cuerpo diaconal de la Arquidiócesis está creciendo sólidamente. En la actualidad existen 32 diáconos ordenados, pero en proceso de formación hay otro número importante y próximamente próximos a ser ordenados.

 

El coordinador invitó a otros matrimonios y familias a reflexionar sobre la vocación del diaconado, reconociendo que “tomar este camino exige un buen discernimiento, porque no se trata de aceptar fácilmente, sino que es fundamental ver su real vocación de servicio”.

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