“Creo que todos llevamos una oruga interior y al igual que estos varones, padres de familia que hoy son Diáconos, vamos pasando por un periodo de formación que nos transformará en hermosas mariposas.”. Para comprender mejor la reflexión invitamos a leer la noticia sobre las 17 ordenaciones diaconales realizadas recientemente en Arica en la sección “Información General” de esta edición.
Pbro. Julio Cristian Orrego Salas
Administrador Parroquial de Cristo Salvador
de la Diócesis de San Marcos de Arica, Chile
Es claro que no es el título para comenzar una nota acerca de la ordenación de los nuevo diecisiete diáconos permanentes que fueron ordenados para nuestra Iglesia de Arica, ayer lunes 27 por parte de nuestro Obispo Diocesano.
Algo muy singular me ocurrió mientras permanecíamos de rodillas en el rito de la «postración» donde los nuevos diáconos, rostro al suelo, escuchaban las «Letanías» cantadas, invocando la ayuda de nuestro Buen Padre Dios por intermedio de los santos; en el arreglo de flores a los pies de la Santísima Virgen María, salió volando una pequeña mariposa que revoloteó por unos instantes entre medio de los diáconos que estaban postrados en el suelo… luego regresó al mismo arreglo de flores donde creo que se quedó todo el momento hasta el final de la ceremonia.
No sé si alguien se dio cuenta de ese detalle, en ese instante mientras contemplaba a esos varones padres de familia y hombres de trabajo provenientes de tantos lugares y situaciones de vida no muy fácil, recordé la historia que vimos en una película que vimos con mis alumnos del colegio donde trabajo; la película se llama «El Circo de las Mariposas». Es la historia del dueño de un circo que va por las ciudades y pueblos, reclutando a personas que han tenido una vida muy complicada y dura… es como contemplar el estado larvario de las orugas que pasan de ser pequeños bichitos aparentemente feos a esos insectos que asimilamos con la belleza como son las mariposas. El dueño del circo, veía que detrás de esas personas, había algo especial que nadie podía ver aparentemente. Luego, cuando ellos descubrían sus capacidades interiores, eran capaces de presentar increíbles espectáculos que fascinaban a las personas. Era por decirlo así el despertar de las mariposas.
Sí, creo que todos llevamos una oruga interior, estos varones padres de familia fueron pasando por un periodo de formación que los fue preparando para convertirse en ministros de la Palabra de Dios. Su estado larvario, por decirlos así, fueron todos esos años que asistieron a clases después de cumplir sus jornadas de trabajo. Recuerdo que fui el primero que les dio un curso. Eran muchos y solo llegaron al final 17.
Recuerdo a uno de ellos que desde el principio no se tenía «fe» y pensaba que iba a quedar en el camino. Pasaron los años y bueno… fue uno de los elegidos… somos muchas veces nosotros mismos los que no vemos nuestras capacidades interiores y saber lo que somos capaces de hacer. Esa es nuestra oruga interior… sentirnos menos, pero es ahí donde el Padre Dios pone su mirada, una sabiduría sencilla pero tremendamente profunda.
Anoche no pude contenerme y emocionarme al poder ver que todo ese esfuerzo de parte de ellos por querer prepararse para este servicio a Dios por medio de la Palabra y la entrega de los sacramentos como el Bautismo y Matrimonio, valió la pena. Es ahora el momento en que comiencen a mostrar lo que Dios les ha dado, servir a los hermanos y ser testigos del Resucitado.
Señor de la Misericordia, sigue mirando a las orugas por que solo Tú tienes la capacidad de transformar, sólo basta tener fe y dejarse volver a rehacer… Dios, Padre Bueno, transforma mi corazón.