“El diaconado es una gracia, un don, una manifestación del amor que Dios tiene a cada uno de ustedes, los diáconos”, afirmó el cardenal Celestino Aós en su homilía. “Y ese amor y ese don a ustedes alcanza también como una bendición a la familia y alcanza a la Iglesia entera. Cuando tenemos un nuevo diácono es toda la Iglesia la que se alegra”, expresó.
En el día de san Lorenzo, se realizó una misa para celebrar a quienes siguieron su camino y descubrieron su vocación en el diaconado. Esta fue presidida por el Arzobispo de Santiago, quien estuvo acompañado por el diácono Manuel Muñoz y su esposa Patricia Pérez, de la Zona Oriente; Juan Carlos Tenorio y su esposa Sandra Meza, de la Zona Norte y Lyonel Laulié, de la Zona Centro.
Durante su homilía, el pastor de Santiago, sostuvo que este día era para hacer acción de gracias y que él y la Iglesia también se sumaban: “Gracias por lo que han hecho durante este tiempo. El diácono sabe que la diaconía de la caridad conduce necesariamente a promover la comunión al interior de la Iglesia particular. La caridad es el alma de la comunión eclesial, por tanto, ha de favorecer con empeño la fraternidad, la cooperación con los presbíteros y la sincera comunión con el obispo”.
En este momento, les dijo el arzobispo a los diáconos, “dadas las circunstancias de la vida nacional, social, de la vida de nuestra Iglesia de Santiago, se necesitan agentes de comunión. No necesitamos jueces que estén repartiendo sentencias (…) necesitamos diáconos que sean agentes de comunión, sembradores de esperanza y de alegría”.
Al momento de la oración, los diáconos presentes pidieron al Señor por la Iglesia, para que “renueve su vocación de ser una Iglesia servidora y sean sus diáconos generosos y alegres testigos de la humanidad”; y para que, “animados en nuestras dificultades por el ejemplo de san Lorenzo, sepamos alentar a los demás, especialmente, entre los enfermos, los cesantes, quienes están solos, quienes viven todo tipo de crisis o sufren injusticias y contagiemos el mismo espíritu que recibimos de Dios”.
Además, se hizo una oración especial por el eterno descanso de los hermanos diáconos que durante la pandemia han ido al encuentro con el Padre: “Rafael Arredondo Bobadilla, Alejandro Flores Muñoz, Francisco Javier Gil Llambias, Gerardo Herrera Hevia, Miguel Machuca Ahumada, Enrique Pizarro Ruz, Henry Rojas Sandoval, Roberto Serrano Morat, Juan de Dios Zúñiga Yáñez, Moisés Adriazola Bustamante; también oramos por las esposas, la viudas, los hijos, los padres de diáconos que han fallecido durante este año, especialmente, aquellos que han partido por causa de la pandemia. Hoy oramos particularmente por el eterno descanso de doña Isabel Valdés, madre de nuestro hermano diácono Mauro Castillo, que ha fallecido el día de ayer, por todos ellos, por su eterno descanso oramos al Señor”.
Monseñor Alberto Lorenzelli, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario para el Clero, en esta Fiesta de san Lorenzo también entregó un mensaje a los diáconos, en el que agradeció el servicio que prestan a la Iglesia y donde le pidió a Dios que los llene de esperanza y amor.
fUENTE “Necesitamos diáconos que sean agentes de comunión, sembradores de esperanza” (iglesiadesantiago.cl)