La ordenación diaconal de nuestros hermanos Francisco Mera, Raúl Veroisa e Ignacio Arriagada se realizará el próximo sábado 8 de septiembre, a las 10:00 hrs en la Catedral. ¡Acompañémoslos!
Contentos de vivir su fe en el servicio y desafiados por los tiempos que corren en nuestra Iglesia están estos tres hermanos que el próximo sábado verán finalizado su proceso de formación al diaconado permanente con la correspondiente ordenación de su ministerio. Se han preparado por 6 años para vivir esta vocación, apoyados por sus familias y por nuestra vicaría que ha sido testigo de su caminar.
Acompañar el mundo del trabajo.
En el caso de Ignacio Arriagada el proceso de discernimiento del diaconado se remonta al periodo en que el Padre Ignacio Muñoz era vicario para la Pastoral de los Trabajadores. En ese entonces Ignacio era dirigente sindical y participaba en la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), “el vicario abrió las puertas de la vicaría a las centrales de trabajadores, nos acogió y empecé a participar en lo sindical y pastoral”. Desde ahí Ignacio comenzó a apoyar al área Animación Laboral acompañando comunidades de trabajadores.
Ser diácono fue una decisión que le tomó tres años, hasta que finalmente dijo sí. Lo suyo era poder servir en el mundo sindical, en el mundo del trabajo. El 2013 el padre Andrés Moro lo presentó a la Escuela del Diaconado.
“Me siento feliz. Cuando entramos con mi esposa a la escuela del diaconado nuestro interés era aprender a madurar en nuestra fe y poco a poco fue prendiendo este bichito de llegar al diaconado. Hoy estamos felices porque podemos ayudar de otra forma y hoy, como está la Iglesia, se hace necesario contar con hombres con experiencia de matrimonio, de trabajo, de haber criado hijos, de haber vivido y sufrido situaciones que las personas viven todos los días, creemos que podemos hacer un aporte. Nuestra labor es la de estar ahí, acompañando”.
Ignacio va a continuar colaborando con las comunidades de trabajadores, y participando en su parroquia San Gaspar Bertoni, en Puente Alto.
“Hay que poner la mirada en Dios”
Los primeros pasos de Raúl Veroisa en el camino al diaconado fueron en el Santuario Nacional de Maipú, donde trabaja como administrativo y es miembro del equipo pastoral. “Todo comenzó acompañando a mi hijo como acólito, colaborando en la pastoral de acólitos de la arquidiócesis, después me pidieron acompañar a la virgen misionera y del consuelo por todo Chile, hasta que después, un amigo diácono de la vicaría me comentó del diaconado, Él me fue preparando sin que yo lo supiera”, recuerda.
Luego de un año de discernimiento comenzó su proceso de formación en la escuela del diaconado. Hoy tiene claro que su horizonte en el servicio es la Pastoral Social. “Viendo las necesidades que existen me incliné por servir como diácono en los enfermos, porque hay muchos que necesitan ser oídos, acompañados, necesitan que se les lleve la comunión en los hospitales”.
A días de su ordenación se siente con muchas ganas de comenzar esta nueva etapa. “Estoy tranquilo, esperando el momento para servir. Esta generación enfrenta momentos difíciles por la situación que está viviendo la Iglesia pero hay que poner la mirada en Dios y echarle pa’ adelante”.
Agradece a su familia, a quienes lo han guiado en este camino, diáconos y sacerdotes amigos por la experiencia que han tenido y por su confianza y a la gente del Santuario.
Esperanza ante una Iglesia herida
Francisco Mera es ingeniero, hoy Trabaja en Radio María pero su vinculación con la Vicaría se dio mientras trabajaba en la Fiscalía. “Teníamos una comunidad e la fiscalía y el área laboral de la vicaría apareció como una parte de la Iglesia que nos ayudó a prepararnos para la confirmación, nos dio formación, nos ayudó con herramientas para que la comunidad tuviese vida”, recuerda Francisco.
La experiencia en esa comunidad, unida a su participación en la pastoral carcelaria hizo que Francisco sintiera que era la Iglesia la que lo estaba acogiendo y sentía una gran gratitud por eso, aunque no sabía qué hacer para responder. Para Él, el diaconado era estar en la parroquia, estar en el altar, pero luego se dio cuenta que era mucho más que eso y que a través de este camino podría servir en el mundo del trabajo, “comencé a descubrir el servicio y la espiritualidad en el trabajo”.
Ahora que ya falta poco para la ordenación, se siente con esperanza ante una iglesia herida. “Iglesia somos todos, entonces de esta (situación) salimos todos. Siempre en las crisis de la iglesia es el pueblo, curas, diáconos, laicos, todos salimos adelante, todos somos llamados a unidos salir adelante y ahí siento un fuerte llamado a contribuir”.
Invitamos a todos a acompañar a Ignacio, Raúl y Francisco en su ordenación diaconal, este sábado 8 de septiembre, a las 10.00 hrs. en la Catedral de Santiago
Fuente: http://www.vicaria.cl