El pasado lunes, los profesores de Religión en los centros públicos y concertados de la provincia se dieron cita en el Seminario de San José para participar en su tradicional retiro de Adviento, poniendo así «una pausa al ritmo frenético de estas fechas en colegios e institutos», donde todo el personal está atareado con evaluaciones y diferentes reuniones, tal como aseguran desde la delegación diocesana de Enseñanza, organizadora del acto.
Enrique Díez, diácono permanente de la diócesis, fue el encargado de dirigir el retiro, siguiendo la lectura del canto del Magníficat. Al igual que María, «esa sencilla mujer de Nazaret», cada uno de los profesores han sido «elegidos por Dios para acoger a su Hijo en sus vidas». El diácono también recordaba que los profesores, «desde su apasionante profesión», pueden «sembrar la semilla para que Jesús también sea acogido en los corazones de quienes nos rodean, especialmente de los alumnos a los que hemos de enseñar no solo desde la teoría sino desde el ejemplo».
«Es muy posible que nuestro tiempo sea más un tiempo de siembra que de recogida», recordó a los docentes, «pero no por ello debemos dejar de sembrar porque nuestra religión nos enseña que quien acoge a Dios en su vida sabe que el éxito es saberse amado en cada instante y nunca sentirse solo».
La jornada concluyó con un ágape fraterno, donde los profesores compartieron típicos dulces navideños y deseándose lo mejor para estas fechas y el año que entra.