Aunque
Aunque todos te dejaran
aunque tus padres te abandonaran,
Yo jamás te abandonaré,
me lo ha dicho este Buen Padre.
Y ha cumplido su palabra, en toda mi entera vida,
y en cada precioso instante,
me lo ha dicho este Buen Padre.
Y siempre me ha levantado,
me ha abrazado y protegido,
me ha nutrido y esperado,
porque Él es mi Buen Padre.
Él ha creído en mí,
incluso, más que yo mismo,
y Él me quiere ver feliz,
cada día, Él cree en mí.
Padre
Padre del amor hermoso,
Padre misericordioso,
Padre del Bien victorioso,
Padre, cercano, amoroso.
Padre, de toda ternura,
Padre de alegría pura,
Padre que todo lo cura,
Padre de insondable altura.
Padre de la fiel belleza,
Padre de la azul grandeza,
Padre que invita a su mesa.
Padre que nunca abandona,
Padre que siempre responde,
Padre que abraza y perdona,
Padre que jamás se esconde.
Padre de toda armonía.
Padre del amplio universo,
Padre de la poesía,
Padre del sencillo verso.
Padre de todo lo bueno
Padre de la Caridad,
Padre Solidaridad,
Padre de la Verdad,
Padre de la Piedad.
Padre de luz y justicia, Padre de dulce delicia,
Padre de eterna caricia, Padre que todo lo inicia.
Padre de la gratuidad,
Padre de la humanidad,
Padre de la libertad,
Padre de creatividad.
Padre que dona sus bienes,
Padre que sale al camino,
Padre de las vocaciones,
Padre fiel, peregrino.
Padre de todo lo bueno,
Padre que nos das la vida,
Padre que hablas, en el trueno,
y que nos amas, en silencio.
¿Por qué?
¿Por qué tienes que escribir,
muchas cosas a la gente,
por qué poemas y odas,
por qué himnos y canciones?
¿Por qué tienes que hablar,
de tu vida a esa gente,
qué ganarás tú con eso,
qué ganarás de esa gente?
¿Por qué tienes que opinar,
si sabes lo que otros piensan,
por qué te gusta el conflicto,
que desata tantas guerras?
¿Por qué no te cuidas más,
por qué te expones así,
por qué tú no te callas,
y así me haces feliz?
No estás muerto
Ya te llegará el momento,
de quedarte en tu ataúd,
ya llegará tu momento,
de silencio, en plenitud.
En tu sarcófago sacro,
ya no escucharás a nadie,
no oirás la risa, ni el llanto,
jamás te molestará nadie.
Pero,
ahora,
se requiere,
que digas tus propias palabras,
pues, el que ama no muere,
compártenos tus palabras.
Tu hambre y tu sed de justicia,
pronto, podrán ser saciadas,
tu paz, ya es una primicia,
tu labor, en mil jornadas.