D. José Bellido Salas será ordenado Diácono Permanente el próximo 21 de diciembre a las 7 de la tarde, en la Parroquia de La Asunción de Porcuna, presidida por nuestro obispo D. Amadeo Rodríguez Magro.
DIACONADO PERMANENTE
«El ministerio eclesiástico, instituido por Dios, se ejerce por diversos órdenes que ya desde antiguo recibían los nombres de obispos, presbíteros y diáconos» (LG 28).
El diácono, como clérigo, pertenece al ministerio ordenado.
Ya desde los comienzos de la Iglesia, el diaconado posee una función ministerial específica, expresada en la misma palabra “diákonos”, utilizada por el Nuevo Testamento, con el significado de ministro o servidor.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles los diáconos son instituidos de manera estable y permanente por la imposición de las manos.
A partir del Concilio Vaticano II el diaconado ha conocido un fuerte impulso como medio para la obra misionera de la nueva evangelización.
EL CARISMA
“El que quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos”. Mc 9, 35
Ser diácono significa ser capaz de imitar a Jesús en la acción de servir. Este diaconado, que puede ser conferido a célibes y casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia.
En efecto, es apropiado y útil que quienes realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, “sean fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental del diaconado”.
El Diaconado Permanente expresa muy bien el rostro de servicio, el ministerial y el misionero con que la Iglesia se presenta a la sociedad actual.
Allá donde esté, hará presente con su ministerio a la Iglesia servidora, aportando con su estado matrimonial y familiar, la cercanía a una realidad en la que es posible vivir con esperanza el amor.
EL MINISTERIO
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia católica restablecido el diaconado “como un grado propio y permanente dentro de la jerarquía”.
El diaconado permanente constituye un importante enriquecimiento para la misión de la Iglesia, ya que los ministerios que competen a los diáconos son necesarios para la vida de la misma.
El ministerio del diaconado viene sintetizado por la tríada: «de la liturgia, de la palabra y de la caridad». De este modo se expresa la participación diaconal en el único y triple ministerio de Cristo.
El diácono:
– es maestro, en cuanto proclama e ilustra la Palabra de Dios;
– es santificador, en cuanto administra los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio y los sacramentales; participa en la celebración de la Santa Misa en calidad de «ministro de la sangre», conserva y distribuye la Eucaristía;
– es guía, en cuanto animador de la comunidad o de diversos sectores de la vida eclesial.
Fuente: https://deporcuna.wordpress.com