El obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Gabriel Barba, ordenó diácono permanente a Doroteo Herrera, quien realizó su formación en la escuela diocesana.
En la misa de ordenación, el obispo invitó al nuevo diácono que sea “testigo de la esperanza”, que lleve la esperanza del Dios que viene, del “Dios con nosotros” a toda la comunidad.
El nuevo diácono permanente, detalló el prelado, ejercerá su ministerio para la diócesis en una comunidad determinada y concreta, “donde debe dar continuidad al servicio evangelizador que ya viene ejerciendo desde tantos años”.
Ahora, habiendo sido consagrado, está sacramentalmente unido a Cristo Servidor y configurando su propio corazón con el de Jesús, siguiendo su ejemplo de servicio especialmente manifiesto en el lavado de pies en la última cena.
Jesús nos enseña con su propia vida a “ser servidor y a hacerse el último”, lo mismo pidió el obispo a Doroteo minutos antes de imponer sus manos, confiriéndole de ese modo el diaconado.
Hasta fin de año, prestará servicio ministerial en la parroquia Sagrado Corazón, de Altos de Laferrere. A partir de enero, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de González Catán.
Tomado de: aica.org