En tiempos de pandemia, la Iglesia de Manaos no da la espalda a los más afectados por la crisis

Desdea el comienzo del distanciamiento social, decretado por el arzobispo de Manaos, Monseñor Leonardo Steiner, la Iglesia ha puesto el servicio a los más pobres como una de sus acciones prioritarias. Este trabajo, en el que Caritas Arquidiocesana de Manaus está desempeñando un papel destacado, se ha concretado en lo que se ha llamado “puxirum manauara”, que se viene desarrollando desde el 26 de marzo.
Esta campaña, según el diácono permanente Alfonso Brito, Secretario Ejecutivo de Caritas Manaos, «tiene como objetivo ayudar a las personas sin hogar, migrantes, recolectores de materiales reciclables y pueblos indígenas, cuatro grupos como prioridad». De la campaña también forman parte la Pastoral del Migrante, la Pastoral de los Sin Techo, el núcleo local de la Confederación de Religiosos (CRB), la Pastoral Indigenista y la Fiscalía del Trabajo.

Hasta ahora, se han recolectado suministros básicos de alimentos e higiene, y se han entregado más de 300 canastas básicas de alimentos y una buena cantidad de material de higiene personal y ropa a familias que viven en edificios abandonados o incluso en la calle, migrantes, vendedores ambulantes, recicladores, una realidad muy común en el centro de la capital del estado de Amazonas. Esta ayuda también ha sido recibida en algunos de los albergues donde estas personas se bañan y comen, y también se han entregado 100 máscaras para ayudar a contener la pandemia. En total, según el secretario ejecutivo de Caritas, unas 227 familias han sido atendidas.

La última ayuda recibida ha sido 500 canastas básicas de la cadena de supermercados DB, pero eso a todas luces parece insuficiente para satisfacer las necesidades. Según Alfonso Brito, «tenemos una gran lista de Pastoral de los Sin Techo, Migrante, Indigenista, Catadores, que vienen a buscar estas canastas». La campaña sigue abierta, «sin embargo, el número de donaciones que está llegando aquí a Caritas ha disminuido considerablemente. Desde la semana pasada, no hemos registrado una gran cantidad de donantes”, según el secretario, quien refuerza la invitación para que las personas continúen ayudando, porque la demanda es alta, muchas personas llegan a Caritas buscando estos alimentos, aunque la campaña tiene una especificidad para estos grupos de riesgo extremo.

Manaos está siendo la ciudad más afectada por la pandemia en toda la Panamazonía, con 2371 casos confirmados y 202 fallecidos, a pesar de que la sospecha de casos es infinitamente mayor, dada la falta de pruebas y la confirmación de las causas de muerte en la gran mayoría de los fallecidos. Durante más de una semana, el número diario de entierros en la ciudad superó los cien, cuando el promedio, antes del inicio de la pandemia, era de 30, siendo sepultados en fosas comunes, lo que ayuda a imaginar los números reales. Incluso entre los colectivos ayudados en la campaña, es posible que haya personas infectadas, según Alfonso Brito.

La pandemia ha hecho aún más visible la realidad en la que muchas personas viven en Manaos, donde las políticas públicas dirigidas a estas poblaciones se han reducido drásticamente en los últimos años. Según Alfonso Brito, «todo esto se hizo aún más evidente, la precariedad empeoró con esta situación, vivían de pequeñas chapuzas para poder comer a diario». Ante esta realidad, el diácono insiste en que «la salida es el apoyo, estamos apoyando con canastas básicas».

Junto con esto, Caritas está orientando a estos grupos «para que puedan acceder a este recurso de 600 reales (una ayuda ofrecida por el gobierno brasileño, de poco más de 100 euros), de la misma manera para los migrantes», creando pautas y poniendo a disposición a la abogada de Caritas para tratar de ayudarlos a ingresar en el programa, algo que está siendo difícil para una buena parte de la población, especialmente los grupos más precarios, que una vez más cuestiona las políticas sociales del gobierno brasileño.

El trabajo de Caritas también ayuda a quienes viven de alquiler para no ser desalojados. Incluso con una ley que suspende todo esto, Alfonso Brito dice que «la ley termina siendo abstracta, porque el dueño de la propiedad quiere recibir su dinero, porque también lo necesita». Esta es una realidad que afecta principalmente a los migrantes, que buscan la ayuda de Caritas, ya que el gobierno del estado de Amazonas no consigue ayudarlos. El secretario ejecutivo de Caritas, denuncia un episodio de xenofobia, pues el gobierno del estado ha puesto un gran gimnasio a disposición de los migrantes, pero la población local no quiere que los extranjeros estén entre ellos. Se han buscado alternativas, pero este servicio es claramente insuficiente para la demanda que tiene.

Caritas también está recibiendo muchas solicitudes de parroquias y áreas misioneras en la periferia, especialmente en el este y el norte de la ciudad, donde más de un millón de personas viven en condiciones precarias. Piden alimentos para satisfacer las demandas que están surgiendo en las comunidades, que aumentan cada día. En este sentido, el secretario ejecutivo de Caritas pone como ejemplo las 150 canastas básicas que se entregarán en una gran ocupación en esa región, para minimizar su situación. Estos parámetros ayudan a sentir la situación de la periferia, insiste Alfonso Brito.

Las palabras del Secretario Ejecutivo de Caritas Manaos son otro ejemplo de la realidad en que una buena parte de la población vive en Manaus y en Brasil, donde la pandemia ha demostrado la falta de políticas públicas y la creciente precariedad del empleo, lo que contribuye decisivamente en la quiebra social en tiempos de crisis. En este contexto, el trabajo de la Iglesia, especialmente a través de las pastorales sociales, se convierte en un elemento decisivo, que puede ayudar a mitigar, aunque sea mínimamente, el sufrimiento de los más pobres, a que ellos continúen teniendo esperanza.

Fuente: religión digital

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