Buenos Aires, Argentina, 4 de mayo de 2011, CIDAL

El 26 de abril, el Diác. Enzo Petrolino debió ser intervenido quirúrgicamente del corazón cuando se preparaba para participar del II Congreso Continental sobre Diaconado Permanente a realizarse en Brasil en la última semana del corriente mes de mayo. El Departamento de Vocaciones y Ministerios (DEVYM) del CELAM le había cursado una invitación especial, debido a su condición de Presidente de los diáconos de Italia. Enzo es, además, Referente Nacional del CIDAL en su país.

Me lo informaba unos días antes con estas palabras: «Ya los días del Congreso de Itací se están acercando y hoy te estoy escribiendo para informarte que desgraciadamente no podré participar de este importante acontecimiento. Lo siento mucho, pero tengo algunos serios problemas de salud que me obligan a quedarme en el hospital por toda la Semana Santa y también después de Pascua.

Tengo una oclusión de la coronaria que los médicos no pudieron resolver en los días pasados, por lo que han programado una cirugía a corazón abierto para el próximo martes (26/4), para ponerme tres bypass. Esta es la voluntad de Dios, que yo voy a aceptar con una fe y esperanza muy grandes. Confío mucho en vuestras oraciones, que me ayudarán seguramente a superar este momento de dificultad. Espero, con la gracia de Dios, encontrarnos en una próxima ocasión.

Un afectuoso saludo a ti y a todos los diáconos de Brasil y América Latina. Enzo».

Con posterioridad a la operación, me escribió estas líneas: «Cómo esperábamos, la operación fue exitosa y ahora, con la gracias de Dios, estoy finalmente en casa con mi familia y con la proximidad afectuosa de mis amigos y la de los hermanos diáconos.

Ahora debo realizar un período de convalecencia y recuperación, pero estoy lleno de esperanza y deseo expresar mi profunda gratitud a ti y a todos los diáconos que han seguido rezando por mí a lo largo de estas semanas. Te envío los mejores deseos de que realicen un Congreso muy provechoso en Brasil y aseguro mis rezos para ese éxito. Aunque no podré estar allí en persona, estaremos unidos en la oración, en una verdadera comunión fraternal. Quedo a la espera de noticias.

Un afectuosísimo saludo en el Señor Jesús Cristo a todos los hermanos diáconos. Enzo.»