El ministerio de acólitos es un servicio al altar y consiste en ayudar a los diáconos y presbíteros en la acción litúrgica, principalmente en la Eucaristía, y en instruir a los fieles que eventualmente ayudan en la liturgia. También son ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión en las celebraciones y en la distribución de la misma a los enfermos en sus casas, hospitales o residencias de ancianos. También pueden exponer el Santísimo Sacramento de la Eucaristía para su adoración pública, excluyendo la bendición con el mismo. Este ministerio exige ofrecerse diariamente a Dios en la oración y en la acción ordinaria, y estar cerca del Pueblo de Dios, especialmente de los necesitados, también de los jóvenes y ancianos. Por supuesto, el acolitado requiere una especial sensibilidad litúrgica.
El próximo domingo, 17 de junio, será una verdadera fiesta diocesana, que se realizará en Calamocha, parroquia donde está Wilberto.