Vuelo de vuelta del Viaje Apostólico a Armenia. Pregunta al Papa Francisco sobre la cuestión del diaconado femenino

 

Pregunta de los periodistas: Hace algunas semanas, usted habló sobre una comisión para estudiar la posibilidad de las diaconisas. ¿Ya existe? A veces una comisión sirve para olvidarse del problema…

 Respuesta del Papa Francisco: 

Había un presidente en Argentina que decía aconsejaba a los presidentes de otros países: cuando tú quieras que una cosa no se resuelva, haz una comisión. ¿eh? (Risas) El primero que se sorprendió de esta noticia he sido yo, porque el diálogo con las religiosas, que ha sido registrado y después publicado en el «Osservatore Romano», es otra cosa, sobre esta línea, pero no… Nosotros hemos escuchado que en el primer siglo había diaconisas. Pero se podrá estudiar esto, hacer una comisión… nada más han preguntado, han sido educadas. Son amantes de la Iglesia, mujeres consagradas. Yo conté que conocía a un teólogo sirio, que ha muerto, el que hizo la edición crítica de San Efrén al italiano, y una vez hablando de las diaconisas… cuando yo venía vivía en vía de la «Scofa» y él vivía allí, y en el desayuno dijo: «Sí, pero no se sabe bien qué eran, si tenían ordenación. Ciertamente existían estas mujeres que ayudaban al obispo y ayudaban en tres cosas: primero en el bautismo de las mujeres, porque era por inmersión, segundo en la unción prebautismal de las mujeres, y esto hace reír cuando era la mujer cuando la mujer iba al obispo porque el marido le pegaba, el obispo llamaba a una de estas diaconisas, la cual veía el cuerpo de la mujer para hallar los indicios que probaran estas acusaciones. He dicho esto, pero se puede estudiar, si. Yo diré a la Doctrina de la Fe que se haga esta comisión». Al día siguiente: «La Iglesia abre la puerta a las diaconisas»… De verdad, me he enfadado un poco con los medios porque esto es no decir la verdad de las cosas a la gente. Pero, he hablado con el prefecto de la doctrina de la Fe y me dijo: «¡Mire que hay un estudio que hizo la comisión teológica internacional en los años 80». Después hablé con la presidenta, le dije por favor si podía hacer una lista de gente que creyera que yo pudiera coger para hacer esta comisión. Me envió la lista, también el prefecto me envió la lista y ahora está ahí sobre mi escritorio para hacer esta comisión. Pero yo creo que se ha estudiado mucho sobre el tema en la época del 80, que no será difícil hacer luz sobre este argumento. Hay otra cosa, hace un año y medio, yo hice una comisión de mujeres teólogas que han trabajado con el cardenal Rilko y han hecho un buen trabajo, porque es muy importante el pensamiento de la mujer. Para mí la función de la mujer no es tan importante como el pensamiento de la mujer. La mujer piensa de otro modo que nosotros los hombres y no se puede tomar una decisión buena y justa sin escuchar a las mujeres. Algunas veces en Buenos Aires hacía consulta con mis consultores, escuchaba sobre el tema y después hacía venir algunas mujeres. Y ellas veían las cosas con otra luz que enriquecía mucho y después la solución era muy fecunda y bella. Debo encontrarme con estas mujeres teólogas que han hecho un buen trabajo, que se ha detenido porque el dicasterio para los laicos cambia ahora, se rehace. Yo espero un poco a que se haga, pero para continuar este trabajo, es otra cosa no de las diaconisas, las mujeres teólogas. Y esto querría subrayarlo, es más importante el modo de comprender, de pensar y de ver de las mujeres que la funcionalidad de la mujer. Y después repito lo de siempre: la Iglesia es mujer, es «la Iglesia», y no es una mujer soltera, es una mujer casada con el hijo de Dios, su esposo Jesucristo. Piense sobre esto y después me dice qué piensa.

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