Un vecino de La Rica -archidiocesis de Mercedes Luján, Argentina- será ordenado diàcono

Oscar Viladesau (foto), un querido y respetable vecino de La Rica, será consagrado Diácono Permanente de la Iglesia por el Arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Roberto Radrizzani.
La ceremonia de ordenación tendrá lugar el sábado 24 de agosto, a las 15:00 en la Parroquia San José, de Moquehuá, templo en el cual Viladesau prestará su servicio.

“Invitamos a todos a unirse junto con sus comunidades en oración por él, que se encuentra ya realizando su retiro previo a la ordenación. Quienes quieran y puedan concurrir, serán bienvenidos”, indicó la Arquidiócesis Mercedes-Luján, al hacer el anuncio de la consagración.

Primeras consagraciones

Oscar Viladesau ya tiene asignadas sus primeras consagraciones en carácter de Diácono.
Es así que el próximo domingo 25 de agosto, a las 10:00, tendrá a su cargo una ceremonia de bautismo en la Capilla de la localidad de Ramón Biaus.

Posteriormente, el sábado 7 de diciembre, en la Capilla San José, de Moquehuá, consagrará el primer matrimonio.

Qué es ser Diácono

El diaconado es un paso intermedio hacia el sacerdocio. Ofrece a la Iglesia la posibilidad de contar con una persona de gran ayuda para las labores pastorales y ministeriales.
Un diácono puede bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar.

No puede, a diferencia del sacerdote, celebrar el sacramento de la Eucaristía (misa), confesar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos.

Con todo lo que puede hacer, su ayuda es invaluable, especialmente en nuestros tiempos, en que hacen falta tantas personas que ayuden al sacerdote en todas las labores encomendadas.
Como en el caso de los sacerdotes, sólo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación para acceder al diaconado. Y esto es así, porque Jesús eligió a hombre (viri en latín) para formar el colegio de los doce apóstoles.

El diaconado puede ser conferido a hombres casados. Tal es el caso de Oscar Viladesau.
Este “diaconado permanente” constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia.

Los hombres casados que se dedican a ayudar a la Iglesia a través de la vida litúrgica, pastoral o en las obras sociales y caritativas pueden fortalecerse recibiendo el orden del diaconado y se unen más estrechamente al altar para cumplir con mayor eficacia su ministerio por medio de la gracia sacramental del diaconado.

El diácono no es simplemente una persona de ayuda al párroco o al sacerdote. Comporta todo un servicio al pueblo de Dios. De ahí la preparación espiritual, humana, teológica y filosófica que deba tener previo al ejercicio de su ministerio.

Fuente: https://hoychivilcoy.com

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