5. Estado ministerial de los diáconos
Ocho de cada diez diáconos que responden (79 por ciento) están en activo en el ministerio, y uno de cada cinco (21 por ciento) están inactivos por una variedad de razones.
El 21 por ciento de los diáconos que ya no están en el ministerio activo incluye : el 16 por ciento que están jubilados, el 1 por ciento suspendido del ministerio activo, el 2 por ciento en un permiso de ausencia y el 2 por ciento inactivo por otras razones.8
Las 150 diócesis del rito latino que respondieron a esta encuesta informan un total de 12,289 diáconos activos, y las dos eparquías informan 16 diáconos activos.
6. Estado de incardinación de los Diáconos en el Ministerio Activo
– Incardinados en la propia diócesis: 90%
– Incardinados en otra diócesis diferente a la propia: 7%
– Incardinados en institutos religiosos: Menos del 1%
– Incardinados en diócesis de rito oriental: Menos del 1%
– Entre las diócesis de rito latino que respondieron, el 7 por ciento de los diáconos activos están incardinados en otra diócesis de rito latino, pero sirven en la diócesis informante. Menos del 1 por ciento de los diáconos activos están incardinados como miembros de institutos religiosos o incardinados en las iglesias católicas orientales que se encuentran geográficamente dentro de la diócesis.
– Además de lo anterior, las diócesis y las eparquías informan un promedio de siete diáconos (que pueden estar activos o inactivos) incardinados en la diócesis informante pero que sirven en otra diócesis, así como un promedio de 0.1 diáconos que servir en las parroquias de rito oriental y latino.
7. Estado matrimonial de los diáconos en activo
La mayoría de los diáconos permanentes en el ministerio activo están casados. La figura a continuación muestra el estado civil de los diáconos activos.10
Casados: 93%
Viudos: 4%
Solteros: 3%
El noventa y tres por ciento de los diáconos permanentes activos están casados. El cuatro por ciento es viudo, el 3 por ciento nunca se ha casado, y menos del 1 por ciento está divorciado o se volvió a casar.
8. Edad de los diáconos en activo
Entre 60-69 años: 42 %
+ de 70 años: 29%
Entre 50 y 59 años: 23%
Entre 40 y 49 años: 5%
39 años o menos: Menos del 1%
– Un poco más de cuatro de cada diez diáconos permanentes en activo (42 por ciento) tienen de 60 a 69 y más de una cuarta parte (29 por ciento) tienen 70 o más. Una cuarta parte de los diáconos activos (23 por ciento) están en la cincuentena.
– Uno de cada veinte diáconos en ministerio activo (5 por ciento) tiene entre 40 y menos de 1 por ciento tiene menos de 40. Según el Canon 1031.2 y el Directorio nacional para la formación, el ministerio y la vida de los diáconos permanentes en el Estados Unidos, la edad mínima para la ordenación al diaconado permanente es 35 para todos los candidatos.
9. Raza y origen étnico de los diáconos en activo
Casi ocho de cada diez diáconos en activo (78 por ciento) son caucásicos o blancos. Aproximadamente uno de cada seis (16 por ciento) diáconos activos es hispano o latino. El tres por ciento son afroamericanos o negros y otro 3 por ciento son asiáticos o de las islas del Pacífico. El uno por ciento de los diáconos activos son nativos americanos o miembros de otros grupos raciales / étnicos.
Los diáconos permanentes en activo son más diversos racialmente y étnicamente que los sacerdotes de EE. UU., Aunque no tan diversos como la población católica de los EE. UU. Según una encuesta nacional aleatoria de sacerdotes realizada por CARA en 2009, el 92 por ciento de los sacerdotes estadounidenses son blancos no hispanos, el 3 por ciento son hispanos o latinos, el 2 por ciento son afroamericanos o negros y el 3 por ciento son asiáticos estadounidenses11.
9 Como en todos los casos en este informe donde se informan los subgrupos, los porcentajes reflejan solo diáconos para quienes se proporcionó información.
10 Las respuestas de las eparquías se incluyen en las cifras del estado civil y otras características demográficas.
11 Gautier, M.L., Perl, P.M. y Fichter, S.J. (2012) Same Call, Different Men: La evolución del sacerdocio desde Vaticano II, Liturgical Press, pág. 10.