Testimonio de un diácono permanente y su esposa (entre otros), y alegría marcaron el Jubileo de las Familias en Santiago (Chile)

Cientos de familias provenientes de todas las zonas de la arquidiócesis capitalina se congregaron en el frontis de la Catedral Metropolitana, junto a su pastor, para pasar por la Puerta Santa del Año de la Misericordia, y acoger este don para la vida familiar y social.

Antes de comenzar la Eucaristía, monseñor Gallardo invitó a diversas familias a subir al altar para recibir el reconocimiento del arzobispo por sus testimonios.

Se pudo escuchar el testimonio de Segundo Pavez, diácono permanente, y Soledad Soler, seis hijos, han estado siempre al servicio de la Iglesia, a pesar de tener un hijo con una grave enfermedad y una hija junto al Padre Dios.

En el contexto de estos testimonios y de la Palaba de Dios proclamada, el cardenal Ezzati comenzó su homilía dando las gracias y acogiendo con alegría a tantas familias congregadas en la catedral.

«¡Qué hermoso ver a tantos papás y a tantas mamás llevando a sus hijos pequeños en brazos o de la mano! ¡Qué hermoso contemplar en cada uno de ustedes el proyecto de Dios, que nos quiere familia, porque que Él mismo es familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo!», expresó.

Luego, el cardenal Ricardo Ezzati quiso hacer una confidencia personal: «Cuando era niño, en el inmediato post guerra, cuando la pobreza estaba tan presente en Europa, no dejo de recordar que cuando golpeaba la puerta de mi casa algún mendigo a la hora de almuerzo, siempre mi mamá preparaba un lugar para sentarlo a la mesa. Ahí aprendí el valor de la familia, ahí aprendí lo que significa ser una familia que viviendo el Evangelio del Señor, es una familia acogedora, especialmente hacia los más necesitados».

Finalmente, el Arzobispo de Santiago hizo un llamado a las familias de la arquidiócesis: «Que su hogar sea de verdad un santuario, donde en la oración, en la vivencia del Evangelio, en la práctica de la caridad, puedan encontrar la plenitud de la felicidad que Dios le otorga a una familia».

Pidió a Dios que acompañe las familias, para que a Chile no le falten familias que no cesen de testimoniar «que la gracia recibida en el sacramento del matrimonio plenifica y da sentido de belleza y de futuro».

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl

 

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