Santiago de Chile: Nuevo Rito de Admisión al Diaconado permanente en la Zona Sur

Con una capilla Santa Ana repleta, recibió su Rito de Admisión al Diaconado Permanente, Rolando Martínez Tamayo, quien junto a su esposa Rosangela Guajardo y sus hijos, pronunciaron un sonoro “¡Sí. Me comprometo!”, ante las preguntas del Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de la Zona Sur, monseñor Pedro Ossandón.

A la ceremonia, asistieron un sinfín de gente que mantiene cercanía con Rolando Martínez, su familia, sacerdotes, diáconos permanentes, fieles de las siete capillas de la parroquia San Columbano de la Zona Sur y representantes de dos iglesias evangélicas que Rolando ha servido por más de 40 años.

Este “Rito de Admisión” representa de manera oficial la voz de la Iglesia, constatando y acogiendo la vocación de una persona; y en nuestra Zona fue recibido durante el mes de marzo, aparte de Rolando, por los Sres. Sergio Espinoza. Rubén Salinas y Luis Vargas, pertenecientes a las Parroquias: “Nuestra Señora del Monte Carmelo”, “San Pedro y San Pablo” y “La Ascensión del Señor”, respectivamente.
Al culminar la comunión y como acción de Gracias, Rolando aprovechó la ocasión para dar testimonio de este momento: “Agradezco a cuantos están aquí presentes y a quienes nos han acompañado a lo largo de la vida. De manera especial a mi abuelita Raquel que con 104 años de vida no quiso estar ausente de este importante momento familiar y apoyó nuestro pololeo. A mis padres que me transmitieron la Fe y de forma destacada a mi madre que me enseñó a rezar antes de dormir. Agradecimiento a los pastores de nuestra Madre Iglesia, a los representantes de la Piedad Popular, a los vecinos y amigos literalmente de toda una vida, a las autoridades comunales que nos honran inmensamente con su presencia y con quienes hemos forjado amistad más allá de ideas particulares, buscando el bienestar de las personas”, manifestó.Agregó: “Gracias a mi muy amada esposa Rosangela por el caminar matrimonial y pastoral que “con la Gracia de Dios” hacemos en familia, con hijos, padres y suegros. A mis hijos amados. No teman, no perderán al papá ni me vendré a vivir a la Iglesia, porque esta vocación que -si Dios quiere- llegará al Diaconado Permanente en unos años más, tiene como prioridad la vida Matrimonial y Familiar, así que seguiremos apoyando la diversidad de talentos y vocaciones con que el Señor nos ha bendecido. A ti Rolando en la música, a Pancho que lo vemos acolitando con alba blanca e incontenibles deseos de lanzarse al mundo como Laico Misionero, a Ángela en el mundo de la medicina animal o humana y, por supuesto, también a ti, Pablo, que en tu nata vocación castrense cuentas con todo nuestro apoyo porque Chile también necesita de muy buenos militares”, dijo.

Al cierre, Rolando se refirió a los seis años de estudio que le dieron la formación a su Diaconado en el Arzobispado de Santiago, e invitó a otros varones a “estar atentos y no temer al llamado del Señor” expresó: “Les pido por favor que sigan rezando por nosotros. No recen pidiendo que nos vaya bien. Recen pidiendo a Dios que se haga su voluntad en estos siervos limitados y frágiles que se ponen a su disposición para servirle en la comunión de la Iglesia. Porque así como nos ven, en nosotros se ha hecho vida una frase que en estos años en la escuela de Diaconado se nos ha grabado a fuego, “Donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia”, sostuvo.

El proceso de estos cuatro nuevos candidatos al Diaconado Permanente de la Zona Sur, continuará por los siguientes años con la recepción de los ministerios de “Lectorado” y “Acolitado”, culminando, con la Ordenación Diaconal.
“Que la buena obra que Dios inició en ti; Él mismo la lleve a término”, se escuchó en gracia de Rolando, Rosangela y de sus hijos.

Fuente: Comunicadores Zona Sur
www.iglesiadesantiago.cl

 

 

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